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miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº3686

Campo | 22 abr 2015

Pueblos fumigados

Científicos de la UNLP analizan las consecuencias de los agrotóxicos

Se trata de integrantes del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIMA), perteneciente a la Facultad de Ciencias Exactas de la Casa de Altos Estudios. Colaboraron junto a médicos y geógrafos de la Universidad Nacional de Córdoba en un diagnóstico del estado de salud colectivo ambiental en el municipio de Monte Maíz, en la provincia mediterránea. Se llevó a cabo por pedido de los mismos habitantes del lugar, quienes notaron un aumento progresivo en los casos de cáncer y colagenopatías. 


LA PLATA-BUENOS AIRES (ANDigital) Científicos del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIMA), perteneciente a la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) colaboraron junto a médicos y geógrafos de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) en un diagnóstico del estado de salud colectivo ambiental en el municipio de Monte Maíz, provincia de Córdoba.

Se llevó a cabo por pedido de los mismos habitantes del pueblo que notaron un aumento progresivo en los casos de cáncer y colagenopatías. El lugar se caracteriza por estar ligado a actividades rurales, por lo cual el uso de agrotóxicos es algo normal.

El doctor en Química, Damián Marino, miembro del CIMA y participante en la realización del estudio, precisó que “venimos hace rato trabajando con la Red de Médicos de Pueblos Fumigados haciendo estudios ambientales, de la atmosfera, agua de consumo”.

“Desde ese lugar y vínculo, esta Red es la organizó el estudio sanitario en Monte Maíz y nos contactaron a nosotros para medir la matriz ambiental para la interpretación completa de los resultados”, añadió.

Respecto a la forma como trabajaron, el profesional manifestó en diálogo con Radio La Plata FM 90.9 que “constituimos un equipo de trabajo de la Facultad de Exactas de la UNLP y nos enfocamos en tomar muestras de aguas de consumo y tierras de espacios públicos; participamos junto a la gente en el armado de mapas de las zonas más críticas desde el punto de vista de los plaguicidas en el ambiente urbano”.

“Lo más interesante fue la consolidación de un equipo multidisciplinario: había médicos de Córdoba, gente de geografía de la UNC y nosotros con el trabajo ambiental; de esta manera tuvimos la matriz epidemiológica y la ambiental para ver si había algún posible vínculo entre las zonas con observaciones de enfermedades y los plaguicidas”, indicó.

El equipo del que fue parte el CIMA investigó la teoría de que la causa del aumento en los casos de cáncer en Monte Maíz se debía a que la zona tiene un alto contenido de arsénico natural; por esto, se analizó el agua que consumen los habitantes del municipio y se llegó a la conclusión que no estaba involucrado ese tóxico.

“Esto condujo la discusión hacia el tema de los plaguicidas”, afirmó Marino y agregó que “ahora habrá una segunda fase del estudio que es montar el mismo estudio en otro pueblo con otro tipo de actividad productiva, más vinculada al turismo para poder comparar”.

En igual tono, puntualizó que “se está articulando también con la Facultad de Medicina de Rosario donde tienen unas 120 mil personas relevadas en 12 pueblos de la provincia de Santa Fe”, esto servirá para poder comparar Monte Maíz con lugares que sufran la misma problemática y hoy son denominados como “pueblos fumigados”.

Sobre esto, explicó que “poseen entre ocho mil y diez mil habitantes insertos en la actividad agrícola ganadera”, el cual “es un patrón común de pueblos de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, al ser de tamaño reducidos están constantemente en contactos con los campos agrícolas”.

Además, el doctor afirmó que “basta con tomar las listas de la Organización Mundial de la Salud (OMS)” para darse cuenta de las consecuencias de los agrotóxicos en la gente. Además, dijo que “una persona en un ambiente puede estar expuesta a muchas cosas, desde hidrocarburos, metales pesados o un plaguicida; por eso se deben encadenar la matriz enfermedad, ambiental, la historia del pueblo, la dinámica poblacional, que son factores que hacen a cada lugar”.

“Recién hace cinco años se están activando mecanismos de generación información. Estos compuestos tienen una acción biológica determinada que es matar bichos; la única herramienta que queda es ésta (evaluaciones como las realizadas en Monte Maíz) pero acompañando con todas las disciplinas como en nuestro caso con el impacto ambiental”.

Finalmente, informó que actualmente la Universidad de Córdoba está manejando cuándo se realizará la segunda parte del estudio porque “poner en marcha esta logística es bastante costosa desde el punto de vista de los recursos humanos y de infraestructura”.

De todos modos, adelantó que para el mes de octubre se comenzará a trabajar en el estudio comparativo con un pueblo denominado “control” que, como dijo antes, no tiene actividad agrícola, sino turística. (ANDigital)

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