sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº3682

Economía | 24 oct 2016

Opinión

La Argentina sin memoria

Suena increíble que quienes dinamitaron las reservas del Banco Central para cubrir sus gastos corrientes junto a una emisión monetaria digna de un circo monetario, vean con malos ojos endeudarse para cubrir el despilfarro que ellos mismos generaron haciendo del Estado un hambriento aparato público que el sector privado está asfixiado de solventar.


Argentina es un país por demás peculiar. Si hay algo que ha caracterizado al kirchnerismo en su paso por el poder, especialmente los últimos 8 años de Gobierno al mando de la doctora Cristina Fernández de Kirchner ha sido el ensanchamiento en todas sus dimensiones del brutal y corrosivo aparato del Estado.

Empleados públicos al por doquier, corrupción sin precedentes, enemistad con el mundo y demás cuestiones, han hecho no solo un Estado grande, sino por demás inmensamente ineficiente.

Tal es la ineficiencia del Estado, que los males económicos heredados del Gobierno kirchnerista no solo se limitan a cuestiones de tamaño en las esferas públicas, sino que esto ha sido en parte la causa que originó el nivel de déficit fiscal más grande de la historia (el 2015 finalizó con un déficit fiscal primario de más de 5,4 puntos del PBI); un control de cambios que pulverizó el comercio con el mundo y la deuda pública con serios inconvenientes de default.

Y como si esto fuera poco, habiendo pasado años de bonanza en los precios de los commodities y un viento a favor proveniente del resto del mundo, el kirchnerismo no pudo combatir el 30 % de pobreza estructural que acarreamos en promedio desde el año 1989; pulverizó el PBI per cápita y como para concluir con la descripción, ha dejado un país con una infraestructura tan degradada que costará un largo tiempo volver a cánones que nos permitan ser realmente productivos.

Pero a pesar de todo ello, parece que la oposición peronista no logra recordarlo y hoy alzan las banderas cuestionando los niveles de pobreza, de déficit fiscal y de endeudamiento externo.

Suena increíble que quienes dinamitaron las reservas del Banco Central para cubrir sus gastos corrientes junto a una emisión monetaria digna de un circo monetario, vean con malos ojos endeudarse para cubrir el despilfarro que ellos mismos generaron haciendo del Estado un hambriento aparato público que el sector privado está asfixiado de solventar.

Sería conveniente en tal caso que quienes nos han gobernado por prácticamente las últimas tres décadas comiencen por realizar una autocrítica sincera y constructiva para que sin el pesar de su consciencia puedan esgrimir sus críticas a quienes nos gobiernan, ya que en estos años no han logrado (a pesar de contar con todas las contingencias a su favor) hacer de ésta una sociedad más justa, más productiva y con un futuro mucho más digno, sino que por el contrario, mientras que han duplicado el tamaño del Estado y han hecho que el sector privado produzca más de la mitad de cada año solo para abastecer impositivamente el monstruo estatal, han multiplicado los niveles de pobreza por seis, han hecho que la productividad caiga a niveles de hace un siglo atrás y que el PBI per cápita se haya despedazado quitándonos un mejor estándar de vida para cada uno de los argentinos que todos los días buscamos un país con un futuro mejor.

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