viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº3681

El Fierro | 26 ene 2015

Opinión

La pelea entre los de arriba es feroz

La muerte dudosa del fiscal Nisman desnuda los 20 años de impunidad por el atentado terrorista a la AMIA, la pelea entre fracciones de la “inteligencia” y por la manija de la justicia. Atrás de esas “guerras” dentro del Estado, está la pelea por el control de la Argentina entre viejos y nuevos amos imperialistas y sus socios nativos. La semana política por Ricardo Fierro. 


Una muerte dudosa

El cadáver del fiscal Alberto Nisman fue hallado poco antes de la reunión de la comisión del Congreso en dónde iba a presentar su denuncia sobre la “asociación criminal para la impunidad” en el atentado terrorista a la AMIA. Así califica al acuerdo entre el gobierno de Cristina Kirchner y el ex presidente de Irán, Ahmedinajad. En esa “asociación criminal”, Nisman ubica a Cristina K, Timerman, el “Cuervo” Larroque, y funcionarios y dirigentes kirchneristas que habrían integrado una “diplomacia paralela” con el gobierno iraní.

Pesan sobre el crimen de la AMIA 20 años de impunidad, 11 con el gobierno actual. Nunca se investigaron las conexiones internas, incluyendo la SIDE (dividida por una guerra interna), sin las cuales ese atentado hubiera sido imposible.

Cristina Kirchner, cuando era senadora, fue partidaria de “la pista Siria”. Más tarde, el gobierno argentino “mejoró” sus relaciones con Obama. Las agencias de espionaje yanqui (CIA) y de Israel (Mosad), trajeron a la Argentina declaraciones de un iraní “arrepentido” (rehén de esas agencias), y el Departamento de Estado yanqui pasó a calificar a la Argentina de “aliado en la lucha contra el terrorismo”. La causa AMIA pasó a basarse en “la pista iraní”. Para Estados Unidos ese atentado a la AMIA fue, durante mucho tiempo, el único hecho sobre el que afirmaban que tenían pruebas para calificar a Irán de “Estado terrorista”, y planificaron bombardeos a sus instalaciones atómicas y centros militares.

Las “alertas rojas”

La captura del avión con los códigos secretos de las comunicaciones del espionaje yanqui, con Timerman como primer actor rompiendo la cerradura del baúl donde estaban esos códigos, fue parte de un giro en el alineamiento de la Argentina: del forcejeo con Estados Unidos hacia la “alianza estratégica argentino-china”, como sinceraron Cristina Kirchner y Xi Jimping en la visita del presidente de China a la Argentina. Irán es el principal proveedor de petróleo a China; es un aliado estratégico del imperialismo chino.

El pacto argentino-iraní se inscribe en ese proceso de alineamiento estratégico del gobierno K con China. El gobierno lo hizo aprobar por el Congreso. Luego fue declarado inconstitucional por la justicia, lo que está en apelación. La clave de ese pacto era el levantamiento de las capturas que pesaban sobre importantes funcionarios iraníes, las llamadas “alertas rojas” de “la policía” internacional, Interpol. Sobre esa base se negoció impunidad y petróleo por granos y carnes, en una perfecta demostración de la escala de valores del gobierno K.

Las capturas sobre dirigentes iraníes no se levantaron por presión de Estados Unidos, por eso, Irán no aprobó en su Congreso el acuerdo. Además, en una situación económica y social muy grave, los ayatolas, que son el corazón del Estado Islámico de Irán, le bajaron el pulgar a Ajmadinejad y avalaron un gobierno favorable a una negociación con Occidente.

La goleada china

Cristina K defendió el pacto con Irán ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Autorizó la base militar china en Neuquén antes de que fuera aprobada por el Congreso. Son cosas pesadas en el tablero mundial.

¿Qué ganó la Argentina, en la década K, con la “asociación estratégica integral con China”? En el año 2003, la Argentina exportó a China por valor de 2.478 millones de dólares, e importó de ese país por 720 millones: el saldo fue favorable a la Argentina por 1.767 millones. En el año 2013, la Argentina exportó a China por valor de 5.989 millones de dólares, e importó de ese país por 11.362 millones: el saldo fue favorable a China por 5.377 millones. En los primeros 11 meses del año 2014 el saldo del comercio entre los dos países fue favorable a China por 4.545 millones de dólares.

La “década” la ganó el imperialismo chino por goleada. Además del pacto con Irán y la base militar china en Neuquén, está la entrega del ferrocarril, puertos, obras públicas (represas, usinas atómicas, etc.), petróleo, minería, el creciente endeudamiento (que paga seguros por el default), la presión para la compra o arriendo de tierras, etc. Todo viene acompañado de la masiva inmigración de mano de obra y técnicos chinos.

Pero también hay que decir que, en esa década que la Argentina perdió por goleada, el grupo K, sus testaferros, amigos y socios, se convirtieron en un grupo de burguesía muy poderoso.

Amo viejo y amo nuevo

Hay una feroz disputa entre las potencias imperialistas por un nuevo reparto del mundo. También en un mundo conmovido, los patriotas de la Revolución de Mayo, en 106 y 1807 frente a las invasiones inglesas, definieron su estrategia: ¡Ni amo viejo ni amo nuevo, ningún amo! El gobierno kirchnerista, en cambio, ha definido “la asociación estratégica integral” con China, y la “asociación estratégica” con Rusia. Es decir, los Kirchner eligieron el sometimiento al amo nuevo: un país sojero, megaminero y petrolero, furgón de cola del imperialismo chino, y en cierto grado con Rusia, a la que le entregaron el dispositivo estratégico antártico argentino.

Lo que está ocurriendo con la denuncia de Nisman y su dudosa muerte, muestra que la disputa por la hegemonía de la Argentina, entre viejos y nuevos imperialismo, y las fracciones de las clases dominantes subordinadas o asociadas a una u otra potencia, está al rojo sangre.

El grupo K y sus aliados trabajan para que, cualquiera sea el resultado electoral, ellos sean la principal fuerza política y conserven todos los resortes posibles del poder. Sus rivales en el bloque dominante, quieren impedir que les dejen una Argentina minada de bombas económicas, políticas y sociales, que los condenen a ser “un gobierno de transición”.

Paro nacional, multisectoriales y Frente Popular

Otras muertes están ocurriendo por abajo. La muerte de hijos de campesinos originarios del Chaco, sometidos a la desnutrición y la tuberculosis, es un genocidio para expulsarlos de sus tierras, atrás de lo cual hay un negociado, antes con capitales árabes y ahora chinos. Con la desnutrición, la tuberculosis y más enfermedades crecen en zonas pobres del campo y las ciudades. En un país que produce alimentos para 400 millones de personas, el hambre es un crimen de lesa humanidad.

Crece la desocupación. Las pequeñas y medianas empresas PyMES, que son las que la presión que viene desde abajo, luego de los plus de fin de año que conquistaron parte de los sindicatos, se están negociando “cifras puente” para postergar las paritarias para marzo.

Todo esto exige unir las luchas en un paro nacional activo de 36 horas, multisectorial, para torcerle el brazo a esta política que descarga la crisis sobre los trabajadores y el pueblo.

El paro nacional es, también, una necesidad, para colocar en el centro de la política nacional las urgencias y necesidades de los trabajadores y el pueblo, en la agenda electoral, para ponerle las barbas en concentran la mayor cantidad de trabajadores en actividad, denuncian que su producción cayó en diciembre un 7,7%, y en todo el 2014 un 5,5%. Ocho de cada diez PyMES sufren la recesión. El movimiento de desocupados y el de jubilados marchan a nuevas iniciativas de lucha. Se agravó la crisis de las economías regionales. Federación Agraria denunció la grave situación de los chacareros. Tractorazo en Mendoza por la vitivinicultura. Es muy grave la situación en la fruta en Río Negro, Tucumán y Entre Ríos.

Ante remojo a todos los partidarios de ajustes y hachazos devaluadores, sean los K, como Scioli, Randazzo, Urribarri y otros, o los Massa, Macri, De la Sota, Binner o Cobos.

El gran lanzamiento del Frente Popular, y sus candidaturas, el “Tano” De Gennaro y Juan Carlos Alderete, y la campaña por la personería del PTP en las provincias que faltan, son herramientas para que grandes sectores de trabajadores y el pueblo puedan ser protagonistas de la lucha y protagonistas de la política.

Y el paro nacional, las multisectoriales, y el Frente Popular, son instrumentos fundamentales para que los trabajadores y el pueblo avancen por su propio camino de lucha y con su propio programa, en un 2015 que se asoma tormentoso.-

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