lunes 18 de marzo de 2024 - Edición Nº3649

El Fierro | 17 sep 2019

Opinión / La Hora Política

El Pueblo le abrió la mano a Macri

La movilización popular arrancó la Ley de Emergencia Alimentaria frente al hambre que crece. Seguimos avanzando en la unidad en las calles y en las urnas, para derrotar a esta política y este gobierno con el Frente de Todos en octubre. La semana política por Ricardo Fierro.


Avanzamos en la lucha contra el hambre

La lucha contra el hambre, encabezada por la CCC, la CTEP y Somos Barrios de Pie, conquistó la media sanción de la ley de Emergencia Alimentaria.

En los sectores más pobres, el hambre creció un 35,8 % desde el 2010 hasta ahora. La falta de comida subió un 17,4 % y la falta de alimentos necesarios para el desarrollo físico y mental trepó 44 %. El Gran Buenos Aires es la zona más castigada. La situación más grave, los más dañados, son los niños desde que nacen hasta los 4 años y los de 12 a 17 años, en los que la desnutrición tiene consecuencias que arrastrarán de por vida (datos del Observatorio de la Deuda Social de la UCA).

El plan de lucha de la CCC, la CTEP y Somos Barrios de Pie, con la masiva movilización de la semana pasada en todo el país, acompañada de amplios sectores populares, conquistó la aprobación de la Ley de Emergencia Alimentaria en la Cámara de Diputados. Macri y su gobierno sostenían públicamente que esa ley no era necesaria, mientras reducían las partidas de alimentos. La lucha popular con el apoyo de amplios sectores fue acorralando a Macri y su gobierno. Así fue que pasaron a votar la ley, aunque reafirman su política.

Las fuerzas troskistas atacaron el proyecto de ley de emergencia alimentaria, actuaron sectariamente dividiendo la unidad necesaria, sufrieron la represión macrista que repudiamos, y una de sus diputadas se “abstuvo”, quedando funcionales al macrismo. Clarín, que apadrina a algunas de esas fuerzas, se burló de la CCC, cambiándole el nombre por “Corrientes Clásicas y Combativa”. Una falta de respeto a miles y miles de trabajadores que se movilizaron en todo el país para conquistar comida para sus hijos.

Crece la ola popular anti Macri

Sigue la crisis política. Pero no hay que bajar la guardia.

El miércoles 18, el Senado completaría la aprobación de la Ley de Emergencia Alimentaria. No hay que bajar la guardia. Además, el gobierno anunció que envía al Congreso el proyecto de Ley de Presupuesto. Es una ley clave que define adónde va a parar la plata de los impuestos que paga el pueblo: va para las emergencias que sufre el pueblo o para seguir la timba financiera. Va a ser una dura batalla social y política.

El duro castigo que recibió el gobierno en las elecciones de agosto abrió una crisis política que se profundiza. Macri y Peña trabajan para embarrar la cancha y dar vuelta el resultado electoral, a cualquier costo. Otro sector del gobierno se prepara para irse de vacaciones o volver a sus empresas después del 10 de diciembre. Intendentes y gobernadores de Cambiemos empujan boletas cortas para los comicios de octubre, despegándose de Macri y Pichetto.

Hay jueces que destraban los juicios por corrupción, como el del Correo, donde está metido Mauricio Macri, su familia y sus socios. Las organizaciones del empresariado de la industria y la Mesa de Enlace Agraria toman distancia del gobierno y conversan con Alberto Fernández.

El FMI postergó la entrega de la cuota de 5.400 millones de dólares hasta después de las elecciones del 27 de octubre. Crece la ola antimacrista en el pueblo. Pero no hay que bajar la guardia.

Se aceleran las decisiones políticas

La primera condición es garantizar la derrota de Macri el 27 de octubre.

Se agrava la pelea entre las potencias imperialistas. A la guerra comercial entre Estados Unidos y China, Trump le sumó “la amenaza a la seguridad” de la nueva red de comunicaciones 5G inventada por China. A los factores de guerra se agrega ahora el ataque con drones que destruyó la mayor destilería de Arabia Saudita, lo que ya provocó un aumento del precio del petróleo: el barril subió a 72 dólares. Trump anunció que “contestará” a esa agresión.

Las elecciones en la Argentina no son ajenas a esa disputa. En el “clima” de “cambio de gobierno” que se ha instalado, se aceleran las conversaciones, negociaciones y viajes al extranjero. También, funcionan los equipos técnicos que preparan políticas y se acercan las definiciones sobre funcionarios. Incluso hay quienes estudian atajos para adelantar las elecciones de octubre y el traspaso del gobierno.

Como ya ocurrió en el 2001, en medio de una crisis política, social y económica, se habla de “la necesidad de un pacto social”. Se han escuchado voces fascistas, como la del diputado Olmedo frente a la Emergencia Alimentaria. Por el contrario, el diputado Daniel Arroyo señaló: “Estamos ante una catástrofe social (…) y los movimientos sociales y los sindicatos son parte de la solución y no del problema: hay que construir desde ahí”.

Fortalecer al PCR

Para derrotar a Macri y su política, en las calles y las urnas, y abrir un camino que acabe con la dependencia y el latifundio.

A nivel popular hay mucha incertidumbre por la situación. Desde usinas del gobierno y medios oficialistas insisten en que el resultado de las elecciones “ya está”, que “el Frente de Todos ya ganó”. Y hacen todo lo posible para que el centro de discusión pase a ser lo que va a hacer el gobierno que viene.

Pretenden con esto que las fuerzas populares bajemos la guardia, abandonemos la calle y aflojemos en la campaña electoral del Frente de Todos. Ese es el escenario que necesitan para poder maniobrar y condicionar al próximo gobierno.

Fue el protagonismo de grandes masas en las calles y en la lucha política lo que permitió obtener triunfos parciales como la emergencia social y la emergencia alimentaria. También fue la base sobre la que se edificó la gran paliza que le dimos al macrismo en las PASO. Abandonar ese camino y quedarnos de brazos cruzados sería entrar en el juego que propone el gobierno.

La situación de hambre de millones, los trabajadores que vieron cómo se licuaban sus salarios por la inflación, los jubilados abandonados a su suerte, las mujeres que van a su 34 Encuentro Nacional, los campesinos arruinados por esta política, no pueden esperar al cambio de gobierno del 10 de diciembre.

La situación exige seguir en las calles para conquistar respuestas concretas a estos graves problemas y redoblar los esfuerzos en la campaña electoral impulsando comisiones de apoyo al Frente de Todos, para que el 27 de octubre esta política de hambre, entrega y represión sufra una derrota contundente.

Fortalecemos el PCR para acabar con la política macrista, poniendo en primer lugar la deuda con el pueblo, el hambre y las demás emergencias, el trabajo y la producción nacional, el mercado interno y las relaciones con América Latina. Acumulando fuerzas para abrir un camino que acabe con la dependencia y el latifundio oligárquico y el Estado podrido que los sostiene.-

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