Espectáculos | 16 ene 2020
Cine
“Parasite”, la bomba surcoreana
Dos familias que tienen mucho en común pese a pertenecer a mundos totalmente distintos, comienzan una interrelación de resultados imprevisibles. El 23 de enero estrena en Argentina.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (ANDigital) Luego de obtener el Globo de Oro a la mejor película extranjera, además de los premios de la Critics Choice Awards 2020 y del premio de la 54º National Society Of Film Critics, Parasite, el mundialmente aclamado film del surcoreano Bong Joon Ho, llega a las salas argentinas.
El jueves 23 de enero es la fecha del estreno de esta producción ganadora de la Palma de Oro y múltiplemente nominada al Oscar.
Tanto Gi Taek (Song Kang Ho) como su familia están sin trabajo. Cuando su hijo mayor, Gi Woo (Choi Woo Shik), empieza a dar clases particulares en casa de Park (Lee Sun Gyun), las dos familias, que tienen mucho en común pese a pertenecer a mundos totalmente distintos, comienzan una interrelación de resultados imprevisibles.
Bong siempre se ha caracterizado por el humor negro, por saltar entre géneros y por rizar las historias con giros atípicos y personajes conducidos irremediablemente al extremo.
En Parasite, dentro de un tono burlón, hay una intención por exponer aspectos incómodos de la nación surcoreana, como la notable diferencia de clases y el miedo más o menos constante a sus vecinos de Corea del Norte.
El director surcoreano vuelve con una comedia retorcida donde hay espacio para el thriller, el drama familiar y la crítica social.
El realizador sostiene que “para personas con diferentes historias de vida y circunstancias, vivir juntas en el mismo espacio no es fácil. Cada vez es más común en este mundo triste que las relaciones humanas basadas en la coexistencia o la simbiosis no puedan sostenerse, y así un grupo es empujado a una relación parasitaria con otro”.
“En medio de todo esto, ¿quién puede señalar con el dedo a una familia encerrada que lucha todo el tiempo por la supervivencia y son llamarlos parásitos?”, interroga, para luego dar cuenta que “no es que fueran parásitos desde el principio. Son nuestros vecinos, amigos y colegas, que simplemente han sido empujados al borde de un precipicio”.
Y completa: “como una representación de la gente común que cae en una conmoción inevitable, esta película es una comedia sin payasos, una tragedia sin villanos; todo lo que lleva a un violento enredo y una caída precipitada por las escaleras”. (ANDigital)