viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº3660

Gremiales | 11 sep 2019

Extrema tensión

La interna del clan Medina echa nafta al fuego del conflicto de YPF

Tras el enfrentamiento en el ingreso de la destilería y los mensajes intimidatorios hacia la intervención, ahora volvieron a registrarse escaramuzas en la planta productiva de Ensenada.


ENSENADA-BUENOS AIRES (ANDigital) Un grupo de trabajadores de la constructora AESA volvió a reclamar en las últimas horas una respuesta de las autoridades interventoras de la UOCRA por “nuevos despidos” y ante “un desajuste salarial no resuelto” en las liquidaciones de los empleados de la firma contratada por YPF para realizar obras en su planta.

Vale recordar que hace apenas dos semanas el lugar había sido escenario de un violento enfrentamiento entre dos facciones del gremio de la Delegación La Plata, sintetizada en la interna del clan que hasta hace dos años tenía un jefe indiscutido: Juan Pablo Medina. El choque en cuestión, terminó con tiros y represión policial.

A los pocos días, hubo tiros y mensajes intimidatorios en la sede sindical del centro de la capital provincial, apuntando contra la intervención. “En La Plata manda El Pata y El Puli. Váyanse todos porque van a morir rosarinos comegatos”, rezaba una nota dejada en el lugar.

Según los trabajadores, el conflicto fue por “problemas gremiales”, mientras desde la intervención explicaron que “surge el día viernes 23 de agosto por un problema de liquidación de haberes” y “en vez de venir los afiliados a pedir explicaciones, gente relacionada a la gestión anterior convocó por redes sociales un piquete”.

Un soldador que trabaja en la planta reveló que se solicitó ayuda a la CGT regional y así se “consiguió una reunión para destrabar el conflicto para que volvamos a trabajar”.

“Decidimos en asamblea popular que dos muchachos lleven adelante nuestro reclamo, pero la intervención (de la UOCRA) tienen la representación de los trabajadores y debe responder”, añadió, en relación al normalizador Carlos Vergara, quien conduce la UOCRA luego de que el exdirigente Juan Pablo ‘Pata’ Medina, fuera detenido en septiembre de 2017.

Desde la intervención aclararon que “hasta ahora sólo hay 30 nuevos despedidos” desde el lunes de la protesta, realizada hace dos semanas en las puertas de la destilería, que terminó en un enfrentamiento entre dos facciones del gremio, con intervención policial.

“Hasta la noche del lunes también había 34 suspendidos por vandalismo, ya que el martes pasado, cuando los trabajadores marcharon al Ministerio de Trabajo, quedaron en la planta 60 empleados, y de esos esos 60, 34 hicieron vandalismo y fueron suspendidos”, detallaron, al tiempo que sentenciaron: “existe una sola UOCRA, que es la única que puede negociar con el Ministerio de Trabajo”.

La interna

Por un lado está el ‘Pata’ acompañado por su esposa Fabiola y el hijo de ella, Agustín García; por el otro su hijo Cristian ‘Puli’ Medina junto a su nieto Braian. En juego está nada más y nada menos que la conducción política de la UOCRA La Plata.

Un primer episodio salió a la luz hace un año, cuando Fabiola denunció a Braian, luego de que un grupo irrumpiera a una propiedad del ‘Pata’ la localidad ensenadense de Punta Lara, asaltara la caja fuerte y golpeara al custodio.

Al poco tiempo, desde la cárcel, el detenido líder acusó a su nieto de haber armado el raid, y a Analía, la madre de Brian y a Cristian, hijos del primer matrimonio del sindicalista, de conspirar contra él. Posterior e inmediatamente, familiares y allegados del ‘Pata’ protagonizaron un enfrentamiento en las adyacencias del penal de Ezeiza, donde el exjefe de la UOCRA cumple prisión preventiva acusado del delito de asociación ilícita.

En la previa a una visita coincidieron Brian Medina, sobrino del sindicalista, y Agustín, hijo de Fabiola, quienes se cruzaron verbalmente y todo terminó a los golpes entre allegados de uno y otro.

Ahora, con las protestas en YPF afloró nuevamente la interna, pues Agustín intenta diferenciarse de Brian, sacando lustre de los métodos que hubiese utilizado su padre, hoy sin chances de recobrar el protagonismo, sea cual sea el escenario a partir del 10 de diciembre, palabra prohibida para unos y vulgarmente “quemado” para otros. (ANDigital)

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