Animarse a reescribir el camino

Por Maricel Soete (*)
Especial para ANDigital

Una vez que somos traídos al mundo nos encontramos condicionados y marcados por situaciones que escapan nuestra voluntad. Época histórica en que nacimos, valores, familia en la que nacimos, etcétera.

Frente a esta situación, se nos plantean varios caminos a tomar. Básicamente podríamos dividirlos en dos: uno en el que, a pesar de los conflictos que pueden traernos, estará del lado de la mano del pensar y del deseo; mientras que por el otro lado se encuentra el camino en el que nos adaptamos permanentemente a lo dicho e impuesto desde afuera.

Recientemente escuché algo interesante: “desde que nacemos lo único garantizado que tenemos es el final. Lo que hacemos en el medio es lo que depende de nosotros”.
Adaptarse, no pensar, cumplir las normas sin cuestionar nada puede resultar en a apariencia para algunas personas muy simple. Es como si les hubieran dado un guion y apretaron un botón y comenzaron a actuar.

Hay otros que poseen la posibilidad de pensar e intentar encontrarse con su deseo. Es un camino difícil, complicado, ruidoso. Encontrar nuestro deseo ya es algo muy complicado pero ser espectadores de nuestra vida sin protagonizarla suele ser muy doloroso también.

No hay forma de pasar por la vida rozando el deseo, las ganas, sin que esto genere conflictos, sin que nos convoque a preguntarnos, a movernos, a sentir cierta incomodidad que moviliza.

Espero que todos en algún momento de nuestra existencia podamos animarnos a reescribir nuestro camino.

(*) Licenciada en Psicología
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