jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº3687

Interés general | 16 ago 2016

Más allá de un tutorial

Consejos para principiantes de la fotografía

En un momento en el que las nuevas tecnologías tienden a desplazarla de su carácter artístico y llevarla a un lugar completamente superficial, la conmemoración del Día de la Fotografía resulta una buena oportunidad para reivindicar la actividad. 


CAPITAL FEDERAL (ANDigital) Algunas veces surge a partir de la compra de una cámara a la que no se le está sacando provecho, otras se aproxima un viaje y se busca guardar mejores recuerdos fotográficos. Son muchos los motivos por los que se desea aprender fotografía. 

“A mucha gente, sobre todo la que viene de una vida muy rutinaria y convencional, aprender fotografía le abre muchísimo la cabeza. Hay algo de lo transformador del arte que resulta muy poderoso”, señala Claudia Marcu, fotógrafa y docente, que hace ocho años lleva adelante talleres de fotografía junto a su padre, Michel Marcu.

De acuerdo con la fotógrafa, hay cinco cuestiones importantes que deben tener en cuenta los fotógrafos amateur:

---) Imprimí fotos

Cuando sacamos fotos digitales muchas veces quedan en la computadora y no les prestamos la atención que merecen. Imprimir fotos conlleva un trabajo de selección importantísimo, además es muy estimulante ver tus fotos en papel.

---) Atentos y preparados

Es importante estar atento y preparado a todo lo que rodea. No para buscar cosas maravillosas, sino para encontrar lo maravilloso en las cosas cotidianas. Además, si salís a sacar fotos con gente no vayas conversando de otra cosa. Intentá ir en silencio para poder observar con más atención. No dejes toda la tarea a la cámara.

---) La cámara ayuda, aunque no es lo único que importa

Una persona sensible y con ojo atento con una cámara promedio puede sacar grandes fotos, una persona sin buen ojo y con una gran cámara solo puede sacar fotos mediocres. Así que no desesperes por el último modelo de cámara o gastes una fortuna en la más cara, mejor afiná la mirada.

---) Paciencia

No saques miles de fotos cada vez que salís: eso hace que no estés atento a los momentos o situaciones importantes. Por otro lado, llegás a tener tantas fotos que las buenas se pierden y es mejor conseguir algunas buenas fotos que 300 de mala calidad. Para conseguir calidad en fotografía es importante saber reconocer el momento preciso.

---) El ojo se afina, igual que el oído

Te recomiendo mirar libros de fotografía, exposiciones, películas, pinturas, artes visuales. Cuando observes tratá de tener una mirada crítica: preguntate si te gusta, porque te gusta o por qué no te gusta. También podés buscar un profesor de fotografía que te guíe en ese sentido.

¿Por qué un taller de fotografía?

Clase a clase, cuenta la fotógrafa, los participantes del taller empiezan a ver un progreso notable en sus fotografías, lo que los motiva para seguir avanzando. Además de la formación, encuentran un espacio de autoconocimiento en el taller: “el año pasado una alumna comenzó con el taller básico y después se enganchó con otros. Un día me contó que durante una sesión de terapia había llegado a la conclusión de que antes solo mataba la tarde hasta la hora de cenar y después de acercarse a la fotografía se pasaba el día ansiosa por llegar a la casa y ponerse a editar o salir a sacar fotos”, cuenta Marcu.

Y completa: “cuando escucho esas cosas me siento llena y feliz de ayudar un poco a que la vida de algunas personas sea más plena”.

La primera cámara de fotos

Suele pensarse que para empezar un taller es necesario tener la mejor cámara, sin embargo, considera Marcu, “lo fundamental para ser un buen fotógrafo no es gastar un montón de dinero en una máquina sino aprender a mirar en lugar de sacar de a millones de fotos de forma automática”.

En ese sentido, aconseja: “es importante prestar atención y preguntarse por qué se saca cada foto, y llevar la cámara siempre encima para estar listo cuando aparece una buena foto”.

Si estás pensando en invertir en una cámara, lo primero es pensar qué uso le vas a dar. “La verdad es que tiene mucho que ver con el estilo de vida que lleva cada persona y qué le gusta fotografiar. Por ejemplo, hay gente que viaja con cámaras pesadísimas y varios lentes, yo, por ejemplo, prefiero viajar liviana”, comenta.

Para la fotógrafa, un modelo básico de una cámara réflex es más que suficiente para comenzar, en tanto se puede experimentar con distintas herramientas, que es muy limitado de realizar con una cámara automática.

¿Cómo elegir un taller?

Transmitir conocimientos y experiencias es mucho más que ofrecer información bajo el aspecto de tablas, recetas o tips. “Enseñar, podríamos decir, es compartir el proceso mismo por el cual nosotros, como maestros, incorporamos aquellos conocimientos y experiencias”, destaca Marcu. ¿Y cómo sabe el que busca aprender que se encuentra frente a alguien que tiene algo para compartir? Lo primero es conocer la obra de quien podría enseñarle, ver cuál es la substancia con que se nutre el autor, ya que solo la obra garantizará que haya algo para aprender.

Además, los programas de los cursos funcionan como una buena guía para decidir si es lo que se busca. “En fotografía es necesario ver los programas que se ofrecen, más allá de los contenidos básicos, estos sólo significan algo cuando quienes los transmiten proponen una idea clara de los objetivos fundamentales del curso, cuando el método de enseñanza contempla la participación activa de la sensibilidad e inteligencia del alumno, cuando los contenidos van más allá de lo que puede encontrarse en cualquier manual de fotografía y proceden del bagaje mismo de experiencias de los maestros”, sostiene.

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El 19 de agosto de 1839 llegaba desde París, la noticia de la invención de la fotografía. El francés Joseph Nicéphone Niépce, hizo la que se considera la primera foto de la historia, que consistía en un paisaje llamado “cour de domaine de gras”.

Esa foto estuvo más de un siglo olvidada hasta que en 1952 fue adquirida y copiada por Kodak, la empresa que fundó George Eastman, y hoy se conserva como pieza de museo. Años más tarde, la técnica se consolidó como disciplina artística y sirvió para documentar la historia de la humanidad.

Por eso agosto es considerado “el mes de la fotografía”, y por tanto, qué mejor forma de celebrarlo que visitando las distintas propuestas que ofrece Buenos Aires por estos días.

La danza del viento

Hasta el 28 de agosto puede visitar en el Centro Cultural Borges. La exhibición consta de 10 imágenes en blanco y negro sobre lienzo que retratan el trabajo, el andar o la música sobre la que se mueve el viento en distintos escenarios: una cortina se escurre por fuera de una ventana; una ola rompe con fuerza contra las piedras y un pastizal se revuelve en la oscuridad de la noche.

En línea con su serie previa, La danza de lo efímero, el lente de Claudia Marcu rescata los momentos en los que nada y todo ocurren al mismo tiempo. La Danza del Viento se compone de una decena de instantes en los que lo cotidiano manifiesta toda su belleza.

Colectiva

Hasta el 15 de septiembre en FOLA (Godoy Cruz 2620). Colección de fotografías vintage de grandes maestros proveniente de la colección Throckmorton.

La muestra abarca desde los inicios de la fotografía (1850) un recorrido en la evolución este “nuevo arte” que se convirtió, en poco tiempo, en el registro de la historia del mundo (tradiciones, costumbres, etcétera), como diría Henri Cartier Bresson, en la visión de la decisión espontánea del artista, denominado fotógrafo.

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