martes 16 de abril de 2024 - Edición Nº3678

Interés general | 15 dic 2017

Pruebas exitosas

Las bielas abiertas de América Latina

El primer auto eléctrico desarrollado por una universidad pública a nivel continental es una realidad y tiene el sello de los ingenieros de la UNLP. El vehículo, un VW Gol adaptado con materiales reciclados, se enchufa a un tomacorriente estándar y consume la mitad de energía que un aire acondicionado para recargarse.


MAGDALENA-BUENOS AIRES (ANDigital) En la localidad de Bavio, partido bonaerense de Magdalena, la Facultad de Ingeniería de la UNLP puso a rodar el primer auto eléctrico, desarrollado por una universidad latinoamericana, impulsado con baterías de litio.

El vehículo, un VW Gol adaptado con materiales reciclados, se enchufa a un tomacorriente estándar y consume la mitad de energía que un aire acondicionado para recargarse, en un tiempo estimado de cinco horas.

Del proyecto participan ingenieros y estudiantes avanzados de Aeronáutica, Mecánica, Electrónica e Ingeniería en Computación, quienes destacaron que es un auto eléctrico puro, que no contamina. Su autonomía está entre 90 y 70 kilómetros, a una velocidad media de 70 kilómetros por hora.

“El andar es precioso, sólo se siente el ruido de las ruedas pegando en el asfalto”, describió el ingeniero electrónico Guillermo Garaventta, o “el señor litio”, como lo llama el decano de Ingeniería, Marcos Actis, quien también participa del proyecto.

Cabe consignar que Garaventta es investigador de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) bonaerense y trabaja en el Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA) del Departamento de Aeronáutica.

El ingeniero cuenta en su trayectoria haber participado, junto a Actis, de los desarrollos de una moto eléctrica que circuló por las calles platenses en 2010; un triciclo eléctrico que llegó a Mar del Plata en 2012; luego de la adaptación de los colectivos eléctricos que recorren el Bosque platense.

“El CTA invirtió alrededor de 8 mil dólares en equipamiento y baterías para convertir este auto, que fue una donación del Estado provincial. Del proyecto participaron integrantes de los Grupo de Ensayos Mecánicos Aplicados (GEMA) y el CTA, ambos del Departamento de Aeronáutica; y de la unidad de investigación Ingeniería Aplicada Mecánica y Electromecánica (IAME) del Departamento de Mecánica. Desarrollamos una mutación de este vehículo estándar a uno puramente eléctrico”, afirmó Garaventta. 

El ingeniero señaló que “el litio es un mineral estratégico para el mundo y Argentina cuenta con importantes reservas. Las facultades tienen que estar en la frontera del conocimiento. Entonces, estamos tratando de validar conocimientos tecnológicos eléctricos puros, utilizando estrategias de control de cargas y descarga de las baterías, que son propias, porque nadie te dice cómo se realiza”.

Cabe reseñar que el auto tiene un motor eléctrico trifásico y de 12 kilovatios. Se enchufa a un tomacorriente estándar, consume la mitad de energía que un aire acondicionado para recargarse.

“No va a volar la instalación de una casa, mientras que cualquier vehículo eléctrico que uno compre se le va a tener que hacer una adaptación energética”, explicó el ingeniero.

Y agregó: “tiene baterías de litio. Las pilas no son nuestras, pero es muy probable que el litio que tiene adentro sea de nuestro país. No hay legislación de autos eléctricos en el país. Por eso, esto es un desafío para nuestro staff político, para que vea que estamos en condiciones de hacer autos eléctricos. Que la universidad no pretende fabricarlos, pero sí informar a la sociedad para qué sirve un auto eléctrico, cuáles son sus ventajas, y por qué es necesaria una legislación y proteger este recurso, que no se tiene que ir del país como carbonato que es lo que está pasando, sino que se tiene que ir como pila”.

“No importa si las máquinas para hacerlas las tenemos que comprar. Deberían instalarse empresas aquí y que nos dejen participar con nuestro staff científico para que puedan desarrollarse las nuevas tecnologías del litio”, completó.

Actis, que es ingeniero aeronáutico, recordó que desde el 2003 soñaban con el auto eléctrico. “Queremos demostrar la pérdida que está teniendo la Argentina por dejar salir el litio a granel y no en baterías. Por eso además de este auto también estamos con un proyecto de un colectivo eléctrico para diez personas, realizado íntegramente en la Facultad”, ponderó.

Acto seguido, sostuvo que “recientemente se aprobó desde la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) un subsidio para proyectos tecnológicos ambientales y el del micro fue seleccionado. Y otro anhelo es hacer un avión eléctrico”.

Tomás Martiarena es ingeniero mecánico y electromecánico. El joven profesional comentó que la construcción del auto comenzó hace un año y medio y resaltó el uso de elementos reciclables.

“Los recursos económicos generalmente condicionan los proyectos y, como nosotros queríamos hacerlo, tratamos de reutilizar cosas que en otros proyectos ya no servían. Buscamos reducir el costo y, a su vez poder reciclar, que va también con el concepto del auto”, detalló.

El ingeniero puntualizó que al vehículo se le sacó el motor de combustión interna por completo y todos los elementos accesorios que tenía el tanque de combustible. También se le extrajo el caño de escape.

En ese sentido, graficó: “tuvimos que diseñar todo el acople mecánico porque antes teníamos un motor de combustión interna con un volumen, una potencia, y ahora tenemos un pequeño motor eléctrico que no ocupa ni la quinta parte de ese espacio”.

Por su parte, Axel López Acuña, estudiante de Ingeniería en Computación que trabaja en la parte de programación del proyecto, expresó que “fue muy gratificante a esta altura de la carrera, a punto de egresar, tener una experiencia real de un proyecto tan importante como es el desarrollo de tecnología de punta con una persona como Guillermo Garaventta, que tiene muchísimo conocimiento para dar y para demostrar. Es increíble”. (ANDigital)

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