viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº3660

Interés general | 2 may 2018

Novedades editoriales

Muertes que importan

Sandra Gayol y Gabriel Kessler proponen una mirada sociohistórica de casos que marcaron la Argentina reciente. En su libro, reconstruyen el destino de estas víctimas, seres anónimos que se convirtieron en símbolos que atravesaron el tiempo y que colocaron al Estado en el centro de los reclamos públicos.


CAPITAL FEDERAL (ANDigital) La historia argentina reciente no sólo puede recorrerse desde los fenómenos políticos y económicos. También puede contarse hilvanando una serie de muertes violentas que conmocionaron a la sociedad.

El secuestro y asesinato de Osvaldo Sivak; la masacre de Ingeniero Budge; los casos Carrasco, María Soledad y Cabezas; las muertes de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán; la tragedia de Once; los casos de Maximiliano Ferreyra, Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, entre otros, lograron convertir el duelo privado en una interpelación colectiva a los poderes públicos.

Este libro publicado por Siglo XXI Editores, tan riguroso como inquietante, explora una serie de asesinatos que, desde 1983, generaron efectos políticos y sociales, dejaron huellas en la memoria colectiva, instalaron demandas al Estado y forzaron cambios políticos.

Son muertes que permiten caracterizar las épocas en las que ocurrieron: los resabios de la dictadura en los años ochenta; los efectos de la corrupción y los abusos de poder, la inseguridad y el gatillo fácil en los años noventa; la represión y la muerte política desde los 2000.

A través de un exhaustivo análisis de medios, debates parlamentarios, leyes, investigaciones periodísticas y entrevistas, los autores reconstruyen el destino involuntario de estas víctimas y sus cuerpos, seres anónimos que se convirtieron en símbolos que atravesaron el tiempo y que colocaron al Estado en el centro de los reclamos públicos.

Muertes que importan, que apela a los intereses de un abanico amplio de lectores –en especial a los investigadores en historia, memoria, violencia e inseguridad, cuerpo, medios de comunicación–, analiza el modo en que la muerte se convierte en un problema público y, en ese recorrido, abre una constatación: nuestra dolorosa historia de las últimas décadas dejó sus marcas para que a una parte significativa de la sociedad argentina la muerte violenta no le resulte indiferente. (ANDigital)

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