jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº3687

Interés general | 4 dic 2018

Salud

Hepatitis C: La mayoría de los pacientes desconoce ser portador del virus

Sin tratamiento, esta enfermedad conduce al trasplante o a la muerte. Su diagnóstico se realiza con un sencillo test sanguíneo. Con el objetivo de concientizar a la población sobre la importancia de la detección tempana, la Asociación HCV Sin Fronteras realizará una actividad este viernes en el Salón Anexo del Senado bonaerense.


CAPITAL FEDERAL (ANDigital) Aun cuando la hepatitis viral puede ser fácilmente detectada mediante un sencillo análisis de sangre, la mayoría de las personas que se encuentran infectadas con el virus que la causa no lo saben, ya que se trata de una enfermedad que no suele dar síntomas hasta que progresa y daña en forma tan severa al hígado que hace necesario un trasplante o incluso puedo llevar a la muerte.

Su prevención, detección y tratamiento son tópicos a abordar este viernes 7 de diciembre en La Plata, en la Jornada de Capacitación “Trabajando juntos hacia la eliminación de la hepatitis viral”, organizada por la Asociación HCV Sin Fronteras.

“En la actualidad contamos con tratamientos altamente efectivos que son capaces de curar la hepatitis C en el 98 % de los casos, pero lograr la negativización viral y sostenerla en el tiempo es imposible si la persona no conoce primero que es portadora del virus. Es por ello que el diagnóstico precoz es la herramienta fundamental para ampliar el acceso a un tratamiento que evite las consecuencias de la enfermedad”, expresa María Eugenia de Feo Moyano, presidente de la Asociación HCV Sin Fronteras, organización sin fines de lucro que representa en la Argentina a la World Hepatitis Alliance.

La hepatitis viral es una inflamación del hígado causada por alguno de los cinco virus de la hepatitis (A, B, C, D y E). En mayo de 2016, la Asamblea Mundial de la Salud lanzó la “Estrategia mundial del sector de la salud contra las hepatitis víricas 2016-2021”, a través de la cual hizo un llamamiento a la eliminación de las hepatitis virales, enfermedades a las que considera una amenaza para la salud pública, ya que causan 1,34 millones de muertes al año, un número mayor a los decesos atribuidos a otras enfermedades infecciosas como la tuberculosis o al VIH/SIDA. De hecho, mientras que la mortalidad asociada a estas dos afecciones se encuentra en retroceso, la mortalidad por hepatitis viral se halla en aumento.

De todas las hepatitis virales, las causadas por los virus B y C son las responsables del 96 % de todas las muertes por hepatitis. Pero a diferencia de la hepatitis B, que puede ser prevenida mediante la vacunación, no existe a la fecha una vacuna que brinde protección contra el virus de la hepatitis C.

Vale consignar que el virus de la hepatitis C se transmite por contacto directo con sangre infectada o con derivados de la sangre. Y si bien la posibilidad de que sea transmitida por vía sexual es de muy baja incidencia, en relaciones no seguras es recomendable el uso de preservativo.

La jornada “Trabajando juntos hacia la eliminación de la hepatitis viral”, que se realiza en La Plata, está dirigida a profesionales de la salud, organizaciones no gubernamentales y miembros de la comunidad.

Hepatitis C: Una enfermedad silenciosa

En la Argentina, se estima que aproximadamente el 1 % de la población se encuentra infectada con el virus de la hepatitis C, lo que representa alrededor de 400 mil personas viviendo con hepatitis C.

Esa estimación fue corroborada por el Laboratorio Nacional de Referencia para Hepatitis Virales del Instituto “Dr. Carlos Malbrán” que en el marco de una campaña de detección y concientización de la enfermedad que incluyó más de 11 mil testeos, detectó un porcentaje de resultados positivos del 0,72 por ciento.

El gran problema es que la mayoría de esas personas no lo sabe. Una reciente encuesta de la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (AAEEH) halló que ocho de cada diez argentinos saben poco o nada sobre la enfermedad, y que siete de cada diez no se consideran en riesgo de haber contraído el virus.

Causada por el virus de la hepatitis C –HCV, por su sigla en inglés, o VHC, por su sigla en castellano–, la hepatitis C produce inflamación hepática y si no es detectada y tratada en forma temprana puede producir fibrosis, cirrosis, e incluso cáncer hepático.

“Una de sus principales características es que en la mayoría de los casos no presenta síntomas visibles hasta que, tras 20 o 30 años de desarrollo, llega a un período avanzado. Además, en su etapa aguda sus síntomas suelen ser confundidos con un malestar hepático. Es por eso la mayoría de las personas infectadas no saben que lo están, y el diagnóstico generalmente llega de forma casual cuando la persona dona sangre o se realiza un chequeo completo de sangre”, añade la presidente de la Asociación HCV Sin Fronteras.

Y completa: “en la Argentina, el análisis para detectar hepatitis C no es un análisis de rutina, por lo que hay que pedírselo al médico”.

La detección se realiza a través de un simple análisis de sangre donde se estudia si existen anticuerpos para hepatitis C (Anti-HCV); en caso de resultado positivo se realiza otro estudio de sangre llamado PCR para confirmar si la enfermedad está presente o si el cuerpo la eliminó espontáneamente. En la actualidad existen distintos tratamientos para la hepatitis C. Los más efectivos –llamados Antivirales de Acción Directa (AAD) – pueden curar la infección hasta en el 98% de las personas, en pocas semanas y con mínimos efectos adversos.

Más que una enfermedad del hígado

Si bien la hepatitis C daña progresivamente el hígado, sus efectos sobre el organismo no se limitan a ese órgano. La hepatitis C es una enfermedad que posee numerosas manifestaciones extrahepáticas, que puedan involucrar aspectos endocrinológicos, articulares, renales y hematológicos, entre otros.

A nivel endocrino, el virus de la hepatitis C puede causar resistencia a la insulina, situación que puede derivar en diabetes tipo II, así como también una disfunción tiroidea que conduzca al hipotiroidismo. En lo que respecta a las articulaciones, la enfermedad pueda causar artritis, altralgia o síndrome fibromiálgico.

A nivel renal, es capaz de ocasionar disfunción en el riñón, mientras que a nivel de la sangre la hepatitis C pueda dar lugar a cuadros como la púrpura trombocitopenia idiopática, la anemia hemolítica autoinmune, el linfoma no-hodgkin y la crioglobulinemia. En la piel, los pacientes con hepatitis C pueden presentar porfiria cutánea tardía, vasculitis y liquen plano, y en los ojos y boca los síndromes de Sicca y Sjorgren. En cuanto a las manifestaciones psicológicas y cognitivas, la infección por virus de la hepatitis C puede cursar con fatiga crónica, depresión y disfunción cognitiva. (ANDigital)

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