jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº3687

Interés general | 1 mar 2019

Opinión

Otra vez sopa, paro docente

Es hora de tomar decisiones. Necesitamos de una gran mesa de debate con políticos de todos los partidos, pensando sin egoísmos, en cómo hacemos para devolverle al docente el prestigio perdido y brindarle las condiciones necesarias para desempeñar su trabajo.


Por Laura Lewin (*)

Otra vez, sin clases por un paro docente. En los inicios del sistema educativo argentino, muchas de las escuelas que se construyeron eran monumentales, verdaderos palacios. De hecho, el Palacio Sarmiento, que es el actual Ministerio de Educación y Deportes de la Nación Argentina, fue construido en 1886 para ser una escuela primaria ¡Qué visión poderosa de la educación tenían en el siglo XIX! La consideraban digna de un palacio. ¿Cómo se llega entonces al día de hoy?

Está claro que los sueldos no son representativos del trabajo descomunal que hacen los docentes. La docencia es la madre de todas las profesiones. Sin embargo, tamaña responsabilidad hoy no viene acompañada de un sueldo digno, ni del prestigio que debiera tener la profesión.

Necesitamos comprender de una buena vez que la única manera de avanzar como país es a través de la educación. Y para esto hay que estar el aula. No afuera. Todos: alumnos y docentes.

Necesitamos decidir si reclamar por el que es justo justifica dañar a los más indefensos. Y necesitamos además definir qué docentes queremos tener. No poder contar con un sueldo digno repercute en la calidad de enseñanza. Y por favor, no hablemos de vocación. Todo el que ama lo que hace tiene vocación. Ser docente no es ser un mártir…

Es hora de tomar decisiones. Necesitamos de una gran mesa de debate con políticos de todos los partidos, pensando sin egoísmos, en cómo hacemos para devolverle al docente el prestigio perdido y brindarle las condiciones necesarias para desempeñar su trabajo. Cómo hacer que su sueldo le permita vivir como merece, e invertir tiempo en su desarrollo profesional, y además, cómo protegerlo de los ataques físicos y psicológicos de padres y alumnos que nunca aprendieron a respetar, ni a manejar su frustración o enojo. Pero de esto, hablemos en otro momento.

Necesitamos un plan que trascienda a este gobierno y que no tenga distinciones políticas. Un plan ambicioso para la educación, a corto, mediano y largo plazo. Y sí, no podemos pensar sólo en marzo de este año; es momento de pensar qué país queremos en 5, 10 y 50 años.

¿Pero por dónde se empieza? Por el derecho indeclinable de los chicos a recibir una educación, o el derecho legítimo de los docentes a recibir sueldos dignos y el prestigio que merece la profesión? Es la historia del huevo y la gallina.

Dicen que el dinero no está. Será cuestión de barajar y dar de nuevo. Será cuestión de priorizar dónde va el dinero.

Los fracasos deben llevarnos a mejorar la apuesta, a replantearnos las estrategias y a aceptar que si no cambiamos, la historia se va a repetir.

Si pudiéramos contar con un plan consensuado por todos los partidos, que transcendiera el gobierno de turno, para definir qué educación y qué educadores merecemos, cómo debemos compensar a los docentes, y de dónde va a salir el dinero, bien podríamos pensar en la educación como un derecho de los niños, y por lo tanto considerarlo un servicio público esencial. De esta manera se podría sancionar una ley para proteger el derecho de los niños de tener clases. Pero sin la garantía de mejorar las condiciones de trabajo, esta nueva ley sería tomada como una excusa para acallar los reclamos más que justos de los educadores.
Alemania ya tiene su ley. Ecuador y Costa Rica también ¿Podrá la Argentina dejar de lado sus egoísmos de siempre y enfocarse en lo que todos sabemos debemos hacer?

Son tiempos extraordinarios, el mundo cambia vertiginosamente. Hay un cambio de paradigma a nivel social, cultural, científico. La educación debe volver a ser vista como merecedora de estar en un palacio, pero eso no va a ocurrir hasta que los gobiernos no reconozcan a los docentes como lo que son: profesionales jerarquizados que impactan directamente en el desarrollo integral de nuestros hijos.

 

(*) Capacitadora, consultora y autora. 

Ha dictado cientos de talleres en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Es consultora y capacitadora de instituciones educativas en Argentina y en el exterior.

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