miércoles 25 de junio de 2025 - Edición Nº4113

Espectáculos | 23 jun 2025

Gran expectativa

Darín vuelve al teatro porteño con un clásico de Ingmar Bergman

Se trata de la adaptación argentina de “Escenas de la vida conyugal”, obra que protagonizará junto a Andrea Pietra, dirigidos por Norma Aleandro. El estreno de la nueva temporada será el 19 de noviembre y esta semana comienza la venta de entradas


Tras una década de éxito en Argentina, Uruguay, Chile y Perú, y luego de agotar todas sus funciones en el último Tour de España, la adaptación argentina de Escenas de la vida conyugal continuará emocionando a miles de espectadores con una historia universal, intensa y profundamente humana. 

Con versión de Fernando Masllorens y Federico González del Pino, dirección y adaptación de Norma Aleandro y actuaciones de Ricardo Darín y Andrea Pietra, el 19 de noviembre estrena una nueva temporada en el Teatro Coliseo, Marcelo T. de Alvear 1125. La preventa exclusiva de entradas larga este miércoles 25, por 48 horas (tres cuotas con Naranja X), en tanto que el viernes 27 comienza la venta general.

La última vez que esta pieza se presentó en Argentina fue en el Teatro Maipo, hace siete años. Específicamente, Ricardo Darín y Andrea Pietra protagonizaron la función a beneficio de la Fundación Sí, en septiembre de 2018.

Con más de 700 funciones y habiendo superado los 600 mil espectadores, la obra ha recorrido los escenarios más importantes del teatro iberoamericano y se consolida como uno de los clásicos modernos en español.

Basada en la mítica película de Ingmar Bergman, esta versión teatral presenta una serie de episodios que retratan la historia de Juan y Mariana, una pareja atravesada por el amor, la rutina, las contradicciones y las rupturas. Desde la aparente armonía de la vida conyugal hasta el caos emocional de la separación, la obra desnuda con brutal honestidad los vínculos humanos.

Escenas de la vida conyugal es un espejo. Nos confronta, nos emociona, nos incomoda. La agudeza de Bergman combinada con una interpretación visceral y una dirección íntima transforma cada función en una experiencia inolvidable.

La adaptación 2018 apuesta por lo esencial: texto, actores y emociones. Con un diseño escénico sobrio y sin artificios, la atención se centra en los diálogos poderosos y las actuaciones descarnadas que oscilan entre el humor, la ternura y el dolor.

Cada escena funciona como un capítulo independiente, pero juntas construyen una narrativa que evoluciona —y a la vez se desmorona— frente a los ojos del público.

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