jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº3687

Panorama Bonaerense | 22 jun 2014

Bitácoras bonaerenses

La sombra de los fondos buitre sobre el tablero bonaerense

El fallo adverso de la Corte Suprema de Estados Unidos sembró preocupación en el territorio provincial y sus posibilidades de buscar financiamiento externo para hacer frente a las necesidades cotidianas de una administración. Existe preocupación sobre el futuro. Por ahora, los principales sectores políticos se alinean con la estrategia de la Casa Rosada.

 


Los ecos de la noticia retumbaron en Calle 6, el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos que se conoció en el país a las 10.35 del lunes 16 de junio, sacudió los cimientos de la economía nacional y las réplicas llegaron hasta las tierras bonaerenses. El rechazo a la apelación argentina ratifica el pago de 1.330 millones de dólares efectivos a los fondos buitre NML, Aurelius, Blue Angel y otros pequeños inversores. Un severo revés judicial.

La gran preocupación no sólo impregnó con su olor los principales despachos del Gobierno nacional, también se hizo sentir en la Gobernación bonaerense. Los primeros pronósticos, en caliente, eran poco alentadores. Nadie quería emitir opinión sobre el rumbo a seguir, ni oficialistas u opositores, todos esperaban la palabra de Cristina Kirchner o de algún funcionario de la Casa Rosada. Esa noche de lunes tenso, la Presidenta habló por cadena nacional y dijo: “Argentina no va a defaultear su deuda y tiene voluntad de negociación, lo que no tiene es voluntad de ser sometida a extorsión”. La señal de mando se había plasmado.

Pero la incertidumbre aún reinaba y las especulaciones, muchas maliciosas y mufas, eran parte del menú caníbal a la que a veces se somete la política argentina. El futuro económico de la Argentina, no de un gobierno o un partido, sino del país entero estaba en juego. En ese clima, racional, medido, pero coherente, Daniel Scioli habló sobre la situación. Pidió “encolumnamiento de todos los sectores” ante fallo en favor de los fondos buitres. Desde Tigre, Sergio Massa también apeló a la racionalidad y desde el Frente Renovador anunció su “vocación de acompañar las decisiones necesarias” que busquen alcanzar “una estabilidad económica del país”. Consientes, ambos políticos saben que sus aspiraciones presidenciales dependen del camino que tome la administración de CFK, ninguno quiere heredar un país con una severa crisis económica o con un default técnico venenoso. La suma de todos los miedos.

En medio de las observaciones, dos ex ministros de Economía bonaerense esgrimieron su visión sobre el panorama económico provincial y la sombra de los fondos buitre. El ahora ministro de Infraestructura, Alejandro Arlía, apeló a la metáfora futbolera para describir su análisis. “Esto complica en el corto plazo, depende de cómo nos volvamos a parar en la cancha”, expresó. El funcionario se refirió a un punto central de gran preocupación para la economía provincial, dijo esta situación “podría tener un costo para el desarrollo y el crecimiento”, pero marcado por el gen sciolista, llamó al optimismo y manifestó que el escenario “se va a ir ordenando en las posibilidades del acceso al crédito internacional del sector privado y de los gobiernos”. Desde el massismo, el diputado bonaerense, Jorge Sarghini, quien fue ministro de Economía en la gestión de Felipe Solá, cuestionó al Gobierno nacional por “no haber tenido una política de solución para los fondos buitre” y aseguró que el fallo de la Corte de Estados Unidos “complica a la Provincia”. El legislador quedó en off side, porque desde Tigre se bajó la orden de “no detenerse” a lanzar críticas. De todos modos, se animó a esgrimir sobre la cuestión del financiamiento, opinó que en el caso bonaerense la situación “nos aleja de los mercados financieros”, lo cual complica a “todo aquél que quiera tomar deuda en los mercados voluntarios”. “La Provincia estaba queriendo colocar algún bono, cuando sale el acuerdo con el Club del París se frena el proceso porque se pone en evidencia que la tasa que iba a pagar era exagerada y que seguramente el Gobierno no la hubiese permitido tomar crédito a esa tasa, ahora lo vuelve a complicar”, evaluó. Un repaso a dos miradas experimentadas.

El día martes, la preocupación en Calle 6 se hizo más evidente. Ante el clima tenso y cargado de incertidumbres, Scioli convocó a su Gabinete económico a una reunión para analizar el fallo adverso para la Argentina. Rodeado de hermetismo y a puerta cerrada el Gobernador evaluó la situación junto a su jefe de Gabinete, Alberto Pérez; la ministra de Economía, Silvina Batakis; el titular de Arba, Iván Budassi; y uno de los directores del Banco Provincia, Rafael Perelmiter, quien -además- fue su primer ministro de Economía y un hombre de consulta permanente. El síntoma del nerviosismo.

Aún a la espera de las decisiones que salgan de la Casa Rosada, Scioli y sus asesores económicos analizaron bien el fallo, las opciones y los escenarios que se abren a nivel nacional y provincial. Los análisis fueron varios, pero en su mayoría se trazó que un escenario posible es un impacto que pueda hacer caer la actividad económica. La conclusión, sobre esa posibilidad, es que el peligro de que esa caída sea sufrida por todas las economías provinciales. Algunas fuentes consultadas manifestaron que durante la reunión se evaluó la posibilidad de “recortar el gasto”, pero otras fuentes afirmaron que “no se habló de bajar el gasto”. Lo que parece ser un horizonte opcional para la Gobernación es apuntar a “cuidar el gasto”. También se presentó el momento para analizar la posible afectación a la economía bonaerense en sus posibilidades de búsqueda de deuda y en la colocación de bonos. Desde el Ejecutivo bonaerense intentan bajar el tono a ese clima nublado y sostienen que durante el 2013 la Provincia no salió a buscar colocar bonos y “no pasó nada”. Asimismo, destacan que “hace tres meses” y hasta antes de conocerse el fallo “tampoco” la Provincia podía salir a buscar deuda. Endeble pronóstico de tranquilidad.

De todas formas, las conclusiones que llegaron en la reunión es esperar las acciones que tomará la Nación y todo dependerá de esa estrategia. Además, afirman que confían en que las posibilidades de buscar financiamiento en el exterior se sigan dando y recuerdan que en el 2007 “después de estar cinco años en default” se emitieron bonos de deuda “sin problemas”. Pero dentro del propio sciolismo existen otros pensamientos, quizá menos optimistas o más realistas. Sus miedos reposan en que un posible default técnico también afecte los pagos que tiene que cumplir el Gobierno bonaerense con el amplio sector de empleados públicos que posee, sobre todo en los aguinaldos de fin de año o el pago a los proveedores del Estado, sumado a los costos políticos que se pueden generar por una situación de conflicto con estos sectores. Sobre ese tablero, también hay quienes en la Gobernación bonaerense pronostican que la Rosada mantendrá su postura de restricción de asistencia económica a la Provincia y que está situación “sirva de pretexto” para mantener esa falta de ayuda. Opciones y temores.

El sendero tomó algo más de claridad el viernes 20 de junio, Día de la Bandera, donde Cristina dio más señales sobre cuál será la estrategia argentina para la cuestión de los fondos buitre. “Queremos que se generen las condiciones para poder negociar”, expresó la Presidenta, y manifestó: “A mí me quedan un año y ocho meses de gobierno. Sería muy fácil acordar cualquier cosa. Pero antes que mi gobierno están la Nación y la Patria, con soberanía, con educación, con salud”. Así, la primer mandataria dejó claro que se va a pagar a todos los acreedores. La señal se tornó más clara.

Con más tranquilidad, al menos en el discurso, Scioli aseguró que “las palabras de la Presidenta fueron orientadas en el sentido de la voluntad de pago”, por lo que “permiten retomar el diálogo para cerrar esta herida que ha causado tanto trastorno”. “Después de estos acuerdos se viene la posibilidad de ofrecer créditos a largo plazo. Hay que esperar una gran prosperidad, desarrollo y progreso para todo el país “, auguró el Gobernador. Por su parte, Massa enfatizó: “Estamos frente a un Gobierno que le queda 500 días y pretende resolver el problema con los bonistas”. Un sesgo de tranquilidad y respaldo sobre el horizonte.

Junio marca su ritmo a tono con el Mundial de Fútbol Brasil 2014 y el destino que tenga la Selección Argentina. Más allá de la hermosa pasión que despierta este deporte, una cuestión política-económica de vital importancia para el futuro del país irrumpió en este mes invernal. Cristina pidió la “unidad de todos los argentinos” para enfrentar este problema. En su mayoría, la dirigencia política -salvo algunos agoreros malintencionados-, se encolumnaron en la estrategia de no permitir un default técnico para el país, que nuble el horizonte económico argentino. Más allá de un patriotismo que tendría que ser la base sobre la postura nacional en este caso, la madurez política se hizo presente (por el momento) a la hora de  enfrentar esta problemática. De manual, a ningún candidato a presidente o a gobernador, le gustaría administrar un país en crisis.-

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