viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº3681

Panorama Bonaerense | 1 sep 2014

Bitácoras bonaerenses

El mercado de pases en la política bonaerense y el efecto ‘trascendidos’

Las fugas de intendentes y legisladores del Frente para la Victoria hacia el Frente Renovador sigue siendo un plato para digerir en la mesa provincial. Más allá de las convicciones o la incomodidad de sentirse en uno u otro espacio, la nueva forma de irse es de manera paulatina y basada en rumores que intentan bajarle el tono al cambio de color político.


Desde que Sergio Massa rompió con el kirchnerismo, decidió conformar su Frente Renovador y luego ganó las elecciones legislativas de 2013, la cuestión de las fugas de políticos hacia el massismo pasó a ser moneda corriente en el tablero político. Pases de dirigentes, diputados, senadores e intendentes –de a uno, de a varios–, surgieron en distintas tonalidades y características. El factor que comenzó a expandirse.

El sábado pasado, después de meses y meses de señales, tras varios hechos de coqueteo político, pero de no manifestarlo con todas las letras, el intendente de Bahía Blanca, Gustavo Bevilacqua (FpV), brincó hacia las filas massistas. La señal para decodificar esa acción fueron las fotos que el jefe comunal mostró junto a Massa y, días más tarde, su participación en el cónclave de alcaldes massistas en Malvinas Argentinas, donde se lanzaron fuertes críticas a la gestión de Daniel Scioli. La confirmación de lo confirmado.

En el mercado del fútbol argentino y en el mercado del periodismo existen temporadas donde el libro de pases se abre y distintos jugadores y cronistas acuerdan la firma de un nuevo contrato hacia otro equipo o medio. En general está situación se da por sus cualidades y la necesidad de reforzar un nuevo año, tanto en un club, como en una empresa periodística. Más allá de algunas particularidades, en estos dos escenarios es la cuestión económica la que prima, que va de la mano de las cualidades profesionales. Hay casos que son polémicos, criticados y condenados, como el pase de un jugador destacado de River Plate a Boca Juniors o el de un periodista muy caracterizado por ser opositor u oficialista a la vereda de enfrente. Rasgos de un mercado económico.

Pero en la política se supone que la cuestión profesional está marcada por la ideología, por las convicciones y creencias en pos de un proyecto político u otro. Se supone que la cuestión económica o individual no es el factor fundamental para fugarse de un espacio a otro. Se supone, porque en el último año en la política argentina más de un dirigente ha pegado el salto de manera paulatina, o de la noche a la mañana.

El caso de Bevilacqua termina de marcar una nueva tendencia. La fuga paulatina, de transición y basada en trascendidos. Ya nadie opta por el “de la noche a la mañana”, como fue el caso del senador bonaerense Fabio Sorchilli quien en un fin de semana anunció su pase del Frente para la Victoria al massismo mediante una gacetilla oficial del Frente Renovador. El caso del legislador provincial fue muy resonante y en esos días se hizo conocido por fugarse de un día para el otro. Con Sorchilli no existieron señales, ni trascendidos, fue abrupto. Incluso, el otrora intendente de San Antonio de Areco habría prometido días antes a sus compañeros de bancada del FpV, compartir un lechón en la siguiente reunión. El lechón, dicen las malas lenguas, al final lo degustaron sus nuevos compañeros del massismo. Una fuga entre gallos y medianoches.

Desde principios de este año existieron versiones, rumores, trascendidos sobre una posible fuga de Bevilacqua al massismo. Pero ni el intendente, ni su entorno más cercano y tampoco desde el Frente Renovador afirmaban que esa situación ya era un hecho. Todos estos meses fueron de especulaciones sobre si habría fuga o no. El jefe comunal tuvo un encuentro con Massa en Bahía Blanca un tiempo atrás, en el cual se mostraron fotos de ambos, pero tampoco dijo nada sobre su pase, prefirió evitar definiciones políticas a futuro y tan sólo calificó la reunión de “protocolar y de cortesía”. La negación de algo que ya estaba cerrado.

Ahora, Bevilacqua es parte del Frente Renovador y en un vuelco entero en su visión política, se cambió el chip y salió a criticar con todo al espacio que en la formalidad perteneció hace tan sólo siete días. La nueva incorporación del massismo también salió con todo a criticar al gobernador Daniel Scioli: “La Provincia no me dio ni una obra”, expresó. “El año pasado, para el cierre de listas, Bahía no tuvo un representante en las nóminas del FpV, con lo que quedamos con colectoras”, agregó, en su crítica expandida a todo el oficialismo. Las diatribas como principal característica de una fuga.

Con el pase de Bevilacqua consumado, las miradas apuntaron al otrora jefe político del intendente, el actual ministro de Producción bonaerense, Cristian Breitenstein, quien en 2011 ganó las elecciones locales y se consagró como jefe comunal. Pero rápidamente fue convocado por Scioli para integrar su Gabinete, oferta que no rechazó. En principio, el funcionario provincial estaba con licencia en la intendencia y dejó en su lugar a Bevilacqua, pero con el tiempo las distintas presiones internas en Bahía lo llevaron a renunciar y dejarle al cien por ciento la intendencia a quien se pensó que era su “delfín” político. “Éste es un año de gestión, no político, y por eso considero que se han acelerado los tiempos. Si bien los rumores estaban, no hubo una razón justificada para que tomar esta decisión”, dijo Breitenstein. Y, a tono de advertencia, agregó: “Bevilacqua tomó una decisión que parece aislar a Bahía de la Provincia y la Nación, pero por determinación de él”. En ese plano, anticipó la disputa electoral para la intendencia 2015 y manifestó su apoyo al presidente del Concejo Deliberante, Santiago Mandolesi Burgos; a Iván Budassi, titular de ARBA, y al diputado Marcelo Feliú. Un nuevo escenario político se abre en Bahía.

En los albores del 2014, desde el massismo se jactaron de haber concretado varios pases de distintos intendentes y legisladores bonaerenses. Pero, como estrategia política, con el tiempo decidieron “administrar los pases” para que sean paulatinos. Se cambió de estilo y se optó primero por los trascendidos, los rumores, las fotos junto a Massa, pero evitando cualquier definición del rumbo a tomar, para que poco a poco la sociedad canalice la fuga y la condena o el mote de “traidor” sea menor. No es lo mismo pegar el portazo de sorpresa que de manera progresiva. La prueba piloto se dio con el intendente de Arrecifes, Daniel Bolinaga, y se consolidó con Bevilacqua. La exageración de esta estrategia apunta al plato mayor: la fuga de Martín Insaurralde. A la espera de la confirmación.

Durante las últimas semanas la novela de Insaurralde ha inundado los medios periodísticos en sus trascendidos y especulaciones, alimentadas por el propio massismo e incluso desde Lomas de Zamora. Por ahora, fiel a esta estrategia, el lomense no da definiciones concretas sobre su futuro político, pero sigue al pie de la letra el guión de la fuga paulatina: se muestra en fotos con Massa y desliza algunas críticas tanto a Scioli como al kirchnerismo en general. En los distintos búnkeres y tertulias políticas de la arena política bonaerense ya dan por hecho la fuga de Insaurralde al Frente Renovador. Distintas fuentes sostienen que el pase de formalizará a fin de año, otras agregan que –en esa estrategia– se buscará “hacerle el mayor daño a Scioli” con la pérdida de quien fue su compañero de ruta en las elecciones legislativas de 2013 e, incluso, sonó como su candidato a Gobernador para 2015. Con el ojo en la mira.

Desde el propio sciolismo, en voz baja, ya asimilan la fuga y públicamente deslizan que la concreción del hecho sería “una traición a los compañeros que se rompieron el lomo para que sea un tipo conocido”. Desde el massismo, irónicos, incluso se animaron a bromear con el pase del lomense. En su visita a La Plata, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, lanzó: “Es un como una telenovela. La van a hacer más larga, pero ya está acá”. Según se pudo saber, parte de la decisión de Insaurralde para abandonar a Scioli, fue que éste no le pudo asegurar que iba a ser “el único” candidato a Gobernador por el Frente para la Victoria, promesa que Massa sí le habría asegurado. Sin embargo, pese a la ironía de Posse, parece que en el Frente Renovador ya empiezan a darle la bienvenida a ese espacio. “A mí me interesaría sobremanera tener un vicegobernador que fuese de la tercera sección electoral, si fuese el caso”, dijo el sanisidrense, uno de los postulados en la carrera por el Sillón de Dardo Rocha de ese color político. Un anticipado recibimiento con condiciones.

La cuestión de las fugas de intendentes ha despertado la alarma en el Frente para la Victoria. En los pasillos de la política se dice que la fuga de Insaurralde se concretará en compañía de al menos cuatro intendentes que, por ahora, comulgan en el oficialismo. En ese escenario, preocupados, desde el kirchnerismo le piden a Scioli que profundice y active “políticas de contención” para evitar futuras fugas de alcaldes. Falta poco menos de un año para el cierre de las listas para las PASO 2015. La arena política bonaerense seguramente se seguirá moviendo. Quizá haya algunas fugas más, pero no serán a la medianoche y a escondidas, al menos la más grande. Es, de hecho, paulatina y en base a trascendidos. El pase formalizado de Insaurralde será el que sacuda el tablero, un severo golpe para Scioli y el FpV, pero también surgirá la palabra “traición”, que será más resonante plasmada en esa fuga. El mercado de pases en la política está presente, sobre las ideologías o convicciones políticas, prima la oferta al mejor postor. Eduardo Lorenzo Borocotó, severamente acusado en su momento por fugarse de un espacio a otro, por estos tiempos marcó una tendencia de la política 2014.

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