viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº3688

Panorama Bonaerense | 28 jun 2015

Bitácoras bonaerenses

Bombas de aquí para allá: El tenso duelo entre Aníbal y Domínguez

La carrera por la Gobernación bonaerense dentro del kirchnerismo va levantando temperatura. Las dos fórmulas intercambiaron misiles durante los últimos días. Cómo juegan los intendentes y las encuestas de cara a las PASO.


Los aires bonaerenses están tensos, el calor de las armas verbales en el tablero electoral del Frente para la Victoria hacen escuchar sus estruendos. La puja interna por la Gobernación bonaerense arde, las fórmulas consagradas Aníbal Fernández-Martín Sabbatella y Julián Domínguez-Fernando Espinoza se sumergieron en una escalada de cruces que, para los distraídos, aparenta ser la pelea entre precandidatos de espacios políticos distintos. Estas duplas son las sobrevivientes a los 'baños de humildad' que el kirchnerismo se dio después de la orden de Cristina Fernández de Kirchner, y que se cobraron más de una decena de precandidatos, recordemos que para la Provincia fueron 13 los que inicialmente se anotaron. Pero, más allá de la bendición presidencial que estos sobrevivientes recibieron en la Quinta de Olivos días previo al cierre de listas del 20 de junio, el hecho de ser los representantes del FpV para competir por el Sillón de Dardo Rocha fue producto –en gran parte– por la rebeldía que desató Florencio Randazzo tras el anuncio de que Carlos Zannini se convertía en el precandidato a vicepresidente de Daniel Scioli. En los planes tácticos con grandes chances de triunfar, La Rosada pensó en Scioli-Zannini cómo el tándem para ganar la Presidencia, y en Randazzao-Eduardo 'Wado' De Pedro como la fórmula para la provincia de Buenos Aires. Mezclar y repartir nuevamente las cartas.

Es así que finalmente Aníbal Fernández, Julián Domínguez, Fernando Espinoza y quien se subió a la carrera a última hora, Martín Sabbatella, protagonizan la previa de las PASO de agosto del kirchnerismo para la Gobernación. El enfrentamiento de dos vertientes del FpV. La dupla Domínguez-Espinoza ostenta gen PJ por todo su ADN y el apoyo de casi todos los intendentes bonaerenses, en especial el de los caciques del Conurbano. El tándem Aníbal-Sabbatella, una especie de mezcla entre la verborragia kirchnerista del jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, y la pata izquierdista que aporta el líder de Nuevo Encuentro. Con estos detalles, los primeros capítulos de esta batalla corta que culminará el 9 de agosto fueron de una alta tensión, que no es nueva. Antes del cierre de listas, Julián Domínguez y Aníbal Fernández ya habían protagonizado cruces calientes, con agregados de operaciones periodísticas en contra del otro y hasta alguna que otra chicana. Pero el fervor de la campaña muestra que la contienda, que es una interna, no está ajena a la convulsiones y a la descarga de artillería pesada. El primero en abrir fuego fue Aníbal, que sin pelos en la lengua acusó a sus rivales en la interna de buscar que los alcaldes peronistas “escondan la boleta” de la fórmula que comparte con el titular de la AFSCA. “Un gesto canallesco de sacarnos la boleta de los cuartos oscuros para que la gente no pueda votar”, dijo el funcionario nacional. Una acusación fuerte, áspera, pero no lejos de la verdad ya que la vieja costumbre de los barones del Conurbano es mandar gente para sacar las boletas de sus rivales. Pero el dato anticipado por Aníbal es que este método sería usado para un disputa interna. Un vale todo que también sirve para los compañeros peronistas.

Ese primer misil lanzado por Aníbal llegó al espacio que componen Domínguez y Espinoza. Después de analizar las posibilidades, ambos eligieron como primera respuesta la diplomacia: “Lo conozco a Aníbal, es un gran compañero, pero tuvo una frase poco feliz. Espero que recapacite y reconozca el error”, enfatizó un componedor Espinoza. “Yo para responderle tengo mi vida: jamás me han encontrado en nada que tenga que ocultar, en nada sucio, en nada poco transparente”, afirmó un ofendido Domínguez. Lo cierto es que el ricotero Aníbal lanzó la bomba preventiva, pero no presentó prueba alguna de sus acusaciones, aunque al mismo tiempo logró que sus adversarios internos reaccionaran. Hay un detalle que es completamente cierto: los intendentes de esencia peronista no dirigieren ni aunque mueran de hambre a Sabbatella. No sólo por provenir de un espacio distinto al Partido Justicialista (suelen caracterizarlo como “un comunista infiltrado en el PJ”), sino porque desde que el otrora intendente de Morón irrumpió en la escena política bonaerense no se cansó de despotricar la manera y los métodos con los que se manejaban y manejan varios alcaldes del PJ. Además, para sumar el resquemor de los caciques peronistas, el líder de Nuevo Encuentro intentó e intenta bajar (por ahora sin nada de éxito) a más de uno del sillón de poder con el armado de listas internas o colectoras. Si bien no pudo tumbar a ninguno, los intendentes mastican bronca cada vez que aparece una lista sabbatellista en su distrito, porque les saca votos puertas adentro, sea con las colectoras antes o con la lista interna ahora. Las declaraciones del creador del libro “Zonceras Argentinas y Otras Yerbas” no hicieron más que aumentar el enojo de los jefes comunales. El pasado y presente que los alcaldes condenan.

Con el pasar de los días la tensión siguió subiendo, Aníbal volvió a lanzar miles. Acusó a Domínguez y Espinoza de que “hablan del interior pero los dos viven en la Capital”. En un segundo disparó expresó: “Miran más hacia adentro del peronismo como si fueran un círculo cerrado”. Tras esas declaraciones, la diplomacia como reacción primaria que eligieron el titular de la Cámara de Diputados de la Nación y el intendente de La Matanza expiró. Así, el matancero empezó a responder con artillería. En un gran acto realizado en Chacabuco, donde la postal mostró a más de 30 intendentes y muchos legisladores apoyando la fórmula Domínguez-Espinoza, el cacique de La Matanza apuntó –sin mencionarlo– contra Aníbal al citar “la séptima verdad de las verdades peronistas”, según la cual, “cuando un peronista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en oligarca”. En otro tiro, corrió al quilmeño con el gen peronista y apuntó: “A veces, cuando los peronistas tenemos alguna duda, nos debemos preguntar qué harían Perón y Evita en este momento y en este lugar. Y no me quedan dudas, votarían a este fórmula en las PASO, porque es la fórmula auténticamente peronista”. Tras ese fuego, el chacabuquense también apretó el gatillo: “La Provincia se gobierna con coraje, equipos y sensibilidad. No alcanza con un micrófono”, dijo, en clara referencia a Fernández de quien se sabe es el más audaz declarante ante los medios periodísticos. Las primeras represalias cargadas con ácido verbal.

El escenario, por ahora, nos deja una realidad. En lo político, la dupla Domínguez-Espinoza tiene casi el total del apoyo de los intendentes bonaerenses, en especial los que muestran su ADN peronista. Además, son muchos los sindicatos kirchneristas y legisladores provinciales y nacionales que ya comulgan con esta fórmula. Pero en las encuestas, es el tándem Aníbal-Sabbatella el que por ahora va arriba. Un reciente estudio de la Consultora Ibarómetro sostiene que de cara a las PASO Fernández y Sabbatella tienen el 25,7 por ciento de las preferencias. La segunda fórmula más votada sería la de María Eugenia Vidal y Daniel Salvador (PRO-Cambiemos Buenos Aires), con el 20,4 por ciento. En tercer lugar se encuentra la dupla Felipe Solá y Daniel Arroyo (UNA-Frente Renovador) con el 15,9 por ciento. Y, recién en cuarto lugar, Domínguez-Espinoza obtendrían el 13,2 por ciento. A su vez, medido según fuerzas políticas, la interna del FpV alcanzaría el 38,9 por ciento, seguida del PRO con 20,4 por ciento y el Frente Renovador con el 15,9 por ciento. Estos números dejan varios análisis. El primero, obviamente, es que Aníbal y el líder de Nuevo Encuentro se impondrían en las PASO del Frente para la Victoria. El segundo es que el kirchnerismo en su conjunto tiene más que serias chances de volver a ganar la Gobernación bonaerense, teniendo en cuenta el total que tiene el espacio en intención de votos, y que en la provincia de Bueno Aires no está la opción del ballotage, por lo tanto quien gana la elección de octubre con cualquier diferencia, se consagra. El camino que muestra la luz.

Desde tiempos de Néstor Kirchner la interna en el territorio bonaerense siempre fue caliente y cargada de cruces, chicanas y artillería pesada. Pero esa impronta era parte de una previa hasta que el líder del FpV se decidía por un candidato único que tuviera las mejores chances de ganar. En dos oportunidades ese nombre fue el de Daniel Scioli. Este 2015, tras la rebeldía de Randazzo y el reacomodamiento que se tuvo que hacer, son dos las fórmulas que compiten por la candidatura para el Sillón de Dardo Rocha. Dos fórmulas que poseen a destacados dirigentes del FpV. Ambos tienen sus ventajas y desventajas, el veredicto final lo dará el voto popular en las PASO del 9 de agosto. Mientras tanto, las tensiones siguen en aumento. Algunos observadores sostienen que los disparos de munición gruesa por parte de los candidatos es sólo una estrategia para que el FpV tenga la centralidad de la escena en esta competición, y sea quien fuere el candidato, llegue con las mejores chances a octubre y, de paso, esmerile a sus competidores más directos. Otros alertan de la escalada y el juego de palabras y acusaciones fuertes, y que al final sea un arma de doble filo que termine afectando a las dos fórmulas por un desgaste innecesario. Por ahora, a la espera del veredicto final, Aníbal, Sabbatella, Domínguez y Espinoza son los principales protagonistas de la carrera por la Gobernación bonaerense.

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