sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº3682

Panorama Bonaerense | 3 abr 2016

Bitácoras bonaerenses

Vidal, una candidatura, el armado bonaerense y el renacer de las internas del PRO

 

Desde la gobernación bonaerense pretenden hacerse del control del PRO bonaerense. Las viejas pujas porteños vs bonaerenses asoman sobre el tablero. El juego de Vidal, Jorge Macri y Emilio Monzó.


“Yo no estoy acá para construir una candidatura, ni para hacer política”, fueron las palabras textuales de la gobernadora, María Eugenia Vidal, en su discurso del 1ro de marzo cuando abrió las Sesiones Ordinarias de este año. Léxico con cien por ciento de impronta PRO, que le sirvió -en gran parte- al partido fundado por Mauricio Macri para mostrarse como alternativa para ganar las elecciones nacionales y bonaerenses. Pero los tiempos de campaña quedaron en el álbum de los recuerdos y la actualidad de ejercer el poder plantea una serie de cambios estratégicos. Cuando la realpolitik empieza a hacerse sentir en cualquier administración, la hora de tomar decisiones es fundamental. En los análisis que hacen desde la gobernación provincial saben que de la mano de una buena gestión está el armado político, si es que se pretende continuar en el poder en los comicios donde se renuevan los poderes ejecutivos. Cambios de planes sobre el tablero.

En ese plan, esta semana desde Calle 6 decidieron activar tu nueva estrategia y operar vía la agencia oficial Télam la posibilidad de que Vidal apunte a una candidatura. Si bien, por ahora, no se está hablando de una candidatura electoral, sino más bien de que la gobernadora se postule a presidir el intervenido PRO bonaerense para revitalizarlo, la jugada no deja de estar sumergida en una estrategia con componentes netamente políticos y que apuntan -en principio- a las elecciones legislativas del 2017. Los primeros movimientos sobre ese terreno político muestran las intenciones del naciente “vidalismo” de querer normalizar el partido en la provincia y de paso tener el control bajo la figura de “Mariu” mediante una lista de unidad. Algo lógico, ya que la mandataria bonaerense de hecho es la figura más predominante del PRO en el universo bonaerense. Desde el entorno de Vidal apuntan a que antes de fin de año el partido esté “normalizado”, para seguidamente impulsar una campaña de afiliaciones. “Habrá más adelante una campaña de afiliaciones, con ayuda de las redes sociales y de las estructuras de los intendentes del PRO, con el objetivo de tener normalizado el partido antes de 2017”, explicó el ministro de Gobierno, Federico Salvai, quien además es la mano derecha de la gobernadora y su principal armador político. Cabe recordar que el PRO bonaerense está intervenido por la jueza electoral María Romilda Servini de Cubría, dado que ese espacio no participó con su sello electoral en los comicios de 2011 y 2013 por falta de avales. La magistrada nombró como interventora a María Fernanda Inza, movimiento que contó con el aval informal de la mesa partidaria provincial. Hasta ese momento, el control del partido estaba a cargo del intendente de Vicente López, Jorge Macri, quienes apoyaron la intervención para poder retener los afiliados con los que se contaba y generar mayores facilidades al momento de normalizarlo. El diagnóstico sobre el escritorio.

Por si alguno pensó que la comunión interna era parte del PRO se equivocó, como en todo espacio político las internas son parte del menú. La conducción del partido en la provincia comienza a enfrentar a Vidal y Jorge Macri. En el propio “vidalismo” reconocen que la relación con el primo del presidente es “tirante” desde 2013, fruto de las diferencias sobre la estrategia electoral y por la competencia que se desató entre ambos sectores previo a las PASO del 2015, finalmente desactivada por Mauricio Macri, quien bendijo a Vidal para ser su candidata. Las pujas no terminaron allí, luego del triunfo de MEV, Jorge Macri operó con la posibilidad de convertirse en el jefe de Gabinete bonaerense, deseo que se esfumó por la decisión de Mariu de eliminar ese ministerio y repartir ese poder entre Salvai como ministro de Gobierno y Roberto Gigante con el creado ministerio de Coordinación Estratégica. Con el nuevo objetivo de controlar el partido, desde Gobierno quieren neutralizar cualquier intención del alcalde provincial y hasta se animaron a decir que lo ven con “buenos ojos” como el vicepresidente del partido, desliz que no cayó para nada bien en la Municipalidad de Vicente López. El resurgimiento de la vieja interna porteños versus bonaerenses.

Pero esta interna que recomienza tiene un tercer actor en discordia, que se vio seriamente perjudicado por Vidal cuando arribó al gobierno. Se trata del actual presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó, histórico armador bonaerense. Desde su entorno aún le recriminan a la gobernadora no haber “cumplido” con las formas de armados de Gabinete y principales lugares en los Parlamentos que tuvo el PRO, que -según dicen- era que cada referente nacional ponía a “uno de los suyos” en provincia en el cargo que iba a ocupar a nivel nacional. La herida recae en que no hubo correlato en la presidencia de la Cámara de Diputados bonaerense, donde Monzó esperaba poner a un hombre de su tropa, pero “Mariu” prefirió cumplir con el acuerdo con Sergio Massa y nombrar en ese puesto Jorge Sarghini por dos años, para que luego asuma Manuel Mosca, quien actualmente ocupa la vicepresidencia. “Fue darle armas a los que nos van a enfrentar en el 2017 y además permitir que nos cogobiernen”, es lo que repiten en el entorno de Monzó. Los tres vectores amarrillos en la Provincia.

La “normalización” del partido, el armado y la estrategia política que tiene que tener en su conjunto el PRO en la Provincia para poder disputar las elecciones son preocupaciones que empiezan derivar en las internas del espacio de Macri en la gran aldea bonaerense. Esta semana que pasó, tres factores de gran importancia política sucedieron en el PRO. Primero, los diputados bonaerenses -el “giustozzista”- Mario Giaccobe y Hugo Oroño que responde al exintendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino y juntos componen el bloque Justicialismo Bonaerense, se transformaron en “peronistas macristas” y sellaron un acuerdo con el partido amarrillo para conformar un interbloque con Cambiemos. La incorporación de estos dos legisladores no estuvo alejada de las internas. El fin de semana pasado trascendió una foto de una reunión en el despacho de Salvai, donde se lo ve junto a Mosca y Giaccobe. Durante la semana, el hombre de Darío Guistozzi terminó de cerrar su acercamiento mediante un café que se tomó en una confitería cercana a la Legislatura con un legislador que responde a Monzó. El miércoles, los nuevos aliados del PRO rubricaron el acuerdo con una foto con Mosca, el presidente de bloque de Cambiemos, el radical Jorge Silvestre y los diputados Maximiliano Abad (de origen radical) y Marcelo Daletto (que responde a Monzó). Segundo, en Avellaneda un hombre que se reporta con Jorge Macri, el titular del PRO de esa localidad, Daniel García, salió a cuestionar a diputada nacional, Gladys González por el nombramiento de Maximiliano Gallucci al frente de la ANSES de Avellaneda, quien hasta hace pocos meses era abiertamente kirchnerista, pero se acercó al PRO de la mano de la excandidata a intendenta. En medio de los cruces, el alcalde de Lanús, Néstor Grindetti, salió a mediar y recibió en su despacho a García. Pero antes, el edil avellanedense también se había quejado por la cena que mantuvieron Grindetti y González con el pejotista Baldomero “Cacho” Álvarez de Olivera y el diputado Giaccobe. El tercero es el acercamiento del intendente de San Miguel, Joaquín De la Torre, exparte de la “mesa chica” del massismo. Este alcalde quien fue fundador junto a Massa del Frente Renovador ya tiene hechas la valijas para enfilar nuevos rumbos producto, según cuentan desde su círculo político, del “desgaste” y la desconfianza al “entorno de Sergio”. Si bien la opción de comulgar para el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey prima en su nueva agenda política, las buenas relaciones con el PRO son parte de ese cóctel. El alcalde, rápido de reflejos ya mantuvo reuniones con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y hasta con Monzó, actitud que mucho no gustó en La Plata. De la Torre no perdió el tiempo y también mantuvo encuentros con los armadores de Vidal. Las primeras pujas y movimientos sobre el terreno.

De a poco el PRO se sumerge en una intención de armado político propio de cara a las elecciones legislativas del año que viene. Para gran parte de los análisis, es “fundamental” que el partido amarrillo pueda poner “candidatos propios” en las listas, donde aseguran la lapicera la tendrá Vidal. Saben que el pacto con Massa es temporal y que, llegado el momento, los intereses similares en la Provincia harán que colisionen. Por otro lado, se sabe que la alianza con los radicales está sujetada por la desconfianza y las permanentes contingencias que pueden hacer estallar el tablero. Muchos en el PRO se acoplan a la idea de que para “trasformar un país” Macri “necesita dos periodos” y saben que el armado en la provincia de Buenos Aires es fundamental. Mientras el massismo goza de las mieles del cogobierno y juega a la oposición dura y blanda, según amerite; mientras el FpV/PJ sumergido en sus internas pos shock de derrota electoral intenta rearmarse y levantar un poco la cabeza; el PRO también apela a la política, pero también despierta las viejas internas que fueron parte de su existencia.-

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