Cristina, el tablero bonaerense y la evocación del 2005

Tras cuatro largo meses de ausencia de la escena política argentina, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner reapareció con todo. De la mano del juez Claudio Bonadio se desató una serie de secuencias que quedarán marcadas en la historia de nuestro país. La citación judicial por la llamada “causa del dólar a futuro” tuvo efectos diversos sobre el tablero que desatan variados análisis que todavía se hacen al respecto. La indagatoria a la que fue citada CFK, donde presentó un escrito y además recusó a Bonadio, puso al centro de la lupa a la exmandataria, no sólo en la cuestión judicial, sino también en la política. Son varios los expertos que sostienen que la “causa del dólar a futuro” es la que tiene menos bases sólidas para procesar a Cristina de las cuatro en las que tiene implicancias. Otros analistas sostienen que la aceleración de la citación de la ex Jefa de Estado se dio para desviar la atención de los medios periodísticos y la ciudadanía en momentos en que Mauricio Macri está en medio del escándalo por los llamados “Panamá Papers” y los problemas económicos domésticos, como el aumento de la inflación, los tarifazos, la devaluación del peso y los pronunciados despidos, que comienzan a generar malestar social en diferentes sectores. El contexto.

Lo cierto es que Cristina volvió, y volvió con todo. Su arribo a Buenos Aires fue transmitido en vivo por todos los canales de noticias, como así también la llegada a su departamento del coqueto barrio porteño de Recoleta. La militancia kirchnerista también fue un actor principal en ambos escenarios: miles y miles de personas se congregaron para recibir a su líder. El plato fuerte fue el día miércoles, cuando en un espectacular operativo de seguridad Cristina fue hasta Comodoro Py a presentar su escrito por la indagatoria. El hecho histórico se gestaba, no por la citación judicial, sino por la enorme multitud que fue a darle su respaldo a la ex Presidenta. Las corporaciones mediáticas afines al Gobierno nacional hicieron su juego; intentaron bajarle el precio a este evento y la discusión se centró en cuánta gente llenó las cuadras cercanas a los Tribunales. El número de la convocatoria es fundamental en el peso político. A simple vista de cualquier ser humano, las distintas imágenes fotográficas y de video muestran una enorme masa de personas, pero para no quedar simplemente en la opinión visual individual, veamos lo que muestra el periodismo con datos sobre cuántas personas fueron a apoyar a CFK. “El cálculo que se hace para estimar con mínimo margen de error la cantidad de asistentes a un acto, es medir la superficie y luego contar 4 personas por metro cuadrado cuando la densidad es alta (es decir que la gente está apretada)”, sostiene este portal en su análisis. El resultado que arroja es que el miércoles 13 de abril de 2016 fueron 110.506  personas las que se congregaron en Comodoro Py. Sin dudas, una convocatoria más que imponente para una ex mandataria. La “mística kirchnerista” tuvo su frutilla en el postre con la lluvia que cayó sobre Buenos Aires esa mañana y el sol que asomó justo al finalizar el discurso de CFK. El encuadre perfecto.

Cristina, su militancia, Bonadio, los medios de comunicación que trasmitieron como “cadena nacional” su discurso, transformaron una citación judicial en un gran evento político que le sirvió a CFK para volver a escena, lanzar su “Frente Ciudadano” y ubicar al Instituto Patria como nuevo centro de la política argentina. Allí recibió a 71 de los 79 diputados nacionales del Frente para la Victoria y, este lunes, congregará a 55 intendentes bonaerenses. La sombra de Cristina ya está sobre el tablero político, su imagen se ubica como la líder de la oposición al Gobierno de Macri. Hay distintas miradas en todos lados, y en el FpV/PJ existen diferentes observaciones sobre la reaparición de CFK. Hay quienes aplauden su retorno y se emocionan al ver que pueda ser “la líder del movimiento” ante una acefalía de cuatro meses. Están los que la apoyan, pero prefieren apostar por otros referentes que conduzcan los destinos del peronismo. Y, claro, también se encuentran quienes ahora se dieron cuenta que son anti-Cristina y que durante muchos años actuaron alineados, cegados por extraños embrujos que nadie conoce. El dato que no pasó inadvertido fue la ausencia del exgobernador de San Juan, y actual diputado nacional, José Luis Gioja, tanto de Comodoro Py como de la reunión con legisladores en el Instituto Patria. Cabe recordar que el sanjuanino busca, junto a Daniel Scioli, formalizar la “lista de unidad” que presentaron para renovar las autoridades del PJ Nacional. El excandidato a presidente del FpV tampoco fue al acto de Cristina, pero envió emisarios de su entorno y hasta apoyó la idea del Frente Ciudadano. Desde la provincia de Buenos Aires, Fernando Espinoza, titular del PJ Bonaerense, dio su respaldo explícito a CFK y no dudó en mojarse en Comodoro Py. Hasta los llamados “intendentes dialoguistas” -Gabriel Katopodis (San Martín), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Juan Pablo De Jesús (Partido de la Costa), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Juanchi Zabaleta (Hurlingham), Fernando Gray (Esteban Echeverría), Gustavo Menéndez (Merlo), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Alberto Descalzo (Ituzaingó), Bali Bucca (Bolívar) y Ariel Sujarchuk (Escobar)– masificaron un comunicado de apoyo a Cristina y hasta hablaron de una “búsqueda de revancha por vía judicial contra la ex Presidenta”. Los posicionamientos alrededor de CFK.

El protagonismo lo tiene Cristina, “gracias a Bonadio”, coincidieron en decir un importante dirigente peronista con otro del PRO. Sea desde el regreso por vía de una indagatoria, hasta con la posibilidad de quedar detenida, CFK demostró que sigue moviendo multitudes y en la historia política argentina la martirización de un dirigente político que mueve muchedumbres puede generar efectos de mayor encumbramiento de ese líder popular. En la estrategia política, hay quienes ya hablan de una nueva transversalidad, como la que pensó Néstor Kirchner en 2004, que derivó en la “Concertación Plural” de las elecciones del 2007 y en la de “Unidos y Organizados” del 2012, pero que terminaron fracasando en el largo plazo. Sin embargo, existe un antecedente que bien podría servir también para ver lo que serán los movimientos políticos sobre el tablero que se viene. En el 2017 se realizarán las elecciones legislativas, donde la provincia de Buenos Aires renueva senadores nacionales para el período 2017-2023. En 2005 estalló la batalla final entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde por el control de la provincia de Buenos Aires. Ese año Cristina, encabezando la lista de candidatos a senadores nacionales bajo el sello del FpV, vapuleó a Hilda “Chiche” González de Duhalde, quien encabezó su lista bajo el sello del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires. Esa elección no sólo le sirvió a Kirchner para derrotar a Duhalde, despojarse de su figura política y alinear a todo el PJ Bonaerense bajo su liderazgo, sino también para ubicar al Frente para la Victoria como ese nuevo espacio de poder. Además, fue la plataforma que sirvió para que Cristina, dos años más tarde, en 2007, se consagrase Presidenta de la Nación con el 45,29 % de los votos, de la mano de la “Concertación Plural”, pero bajo el sello del FpV que aglutinó a kirchneristas, pejotistas, radicales y partidos de izquierda. La rememoración sobre el terreno bonaerense.

Ese plan también lo tiene Sergio Massa. Por estos días, apresurados, varios referentes del Frente Renovador lanzaron afiches con la consigna de “Sergio Massa Senador Nacional 2017”. Daniel Scioli, Florencio Randazzo y hasta el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey –de la mano de la actriz Isabel Macedo, su flamante novia– pretenden ese escalafón para disputar la Presidencia en el 2019. En el PRO también piensan en las elecciones del 2017. Quieren reflotar el partido en la provincia de Buenos Aires y no estar sujeto a Cambiemos, donde la territorialidad y estructura la tienen los radicales. El temor de esos espacios es mutuo. Los análisis sobre el regreso de CFK son duales, hay quienes temen de la sombra de la ex Jefa de Estado y no la prefieren alejada de la política y fuera de las cámaras. Hay otros que piensan que divide al peronismo y que vuelve a ubicar a Macri como “lo distinto”. Pero, sin dudas, la presencia de Cristina sacude el tablero, en el PJ más alejado del kirchnerismo quieren esmerilarla y que ella no se ubique como la líder de la oposición. El papel de “oposición light” que hasta ahora realizaron, al igual que Massa y Urtubey, comienza a virar hacia un espacio más duro, con el sólo fin de no quedar fuera de escena. De a poco se configura el tablero electoral del año que viene. Todo puede pasar, todo está sujeto a contingencias. Lo cierto es que Cristina volvió a escena y aceleró los tiempos.