La marca de Cristina y el comienzo del reordenamiento del FpV/PJ

Mientras Mauricio Macri y su equipo disfrutan de los consejos del “asesor en felicidad” Daniel Cerezo, y la gobernadora, María Eugenia Vidal y sus ministros se fueron a un “retiro espiritual” de trabajo al lujoso Hotel Resort de Campo & Pol de Luján, para profundizar el “team building”, mecanismo que es utilizado con regularidad en el mundo empresarial para aceitar las relaciones dentro de un espacio, el tablero político bonaerense sigue moviendo sus fichas, sobre todo en el FpV/PJ que apunta a consolidarse como la oposición más dura a Cambiemos. El regreso de Cristina Fernández de Kirchner a la arena política de la mano del juez Claudio Bonadio, provocó reposicionamientos dentro del kirchnerismo/peronismo que –más allá de las internas y sacudones en las cuales está sumergido desde la derrota electoral del año pasado– empezó a plasmar un horizonte y a entender que se encuentra jugando con la camiseta de la oposición y ya no con la del oficialismo. El escenario que trae el final de abril.

El “Frente Ciudadano” que lanzó Cristina en su discurso de Comodoro Py y la ubicación del Instituto Patria como un enclave político de los destinos del kirchnerismo/peronismo provocaron efectos de aceleración en varios dirigentes, incluso los que ya rompieron y dejaron en el alambrado sus carnets de kirchnerismo. La expresidenta demostró que su vitalidad de conducción sigue vigente dentro de la estirpe política, la masiva convocatoria popular quedó reconfirmada el miércoles 13 en las cuadras que rodean a los tribunales. Más allá de la convocatoria al bloque del Diputados y Senadores nacionales, el foco de atención se posó a la cumbre que organizó el lunes 18 con intendentes bonaerenses. Los malos pronosticadores auguraron que CFK no iba a juntar ni la mitad de los 55 alcaldes provinciales. Sin embargo, la convocatoria fue casi perfecta y tan sólo tres jefes comunales pegaron el faltazo. Dos rancios y sobrevivientes barones del Conurbano bonaerense como Alejandro Granados (Ezeiza) y Mario Ishii (José C. Paz), y el alcalde de San Martín, Gabriel Katopodis, que semanas antes del cierre de listas abandonó a Sergio Massa para después de dos años volver a abrazar la boleta del FpV y el mandatario de Salto, Ricardo “Cura” Alessandro. El “sheriff” hace meses –después de haber sido elegido nuevamente intendente con la boleta del FpV– dijo que ya “no tenía nada que ver” con ese espacio y que él es peronista. El otrora “caza traidores” ya deslizaba algunos cuestionamientos a Cristina y esta semana que pasó se declaró “nestorista” y no “cristinista”. Pero más allá de estas ausencias, el dato más llamativo fue la presencia de los llamados “intendentes dialoguistas” que comandan Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Mariano Cascallares (Almirante Brown), un grupo de alcaldes sub-45 que se presentan como la “renovación del peronismo”, apelan al diálogo con Vidal “sin ser funcionales al PRO” y que plasmaron un visión crítica sobre la estrategia política plasmada en las últimas elecciones. La convocatoria política de CFK.

En los senderos políticos que se abren, los pasos que cada dirigente decida dar son fundamentales para sus proyecciones. La asistencia de los alcaldes críticos –sobre todo– se explica no sólo en la figura de una expresidenta que los convoca, sino en el enorme efecto que tuvo su reaparición en la escena pública, con la movilización de más de 100 mil personas, todos los medios de comunicación alrededor de ella y hasta funcionarios de alto nivel del Gobierno Nacional un tanto nerviosos en las redes sociales ante el efecto “Cristina vuelve”. Varios consultores sostienen que la exjefa de Estado conserva entre un 25 y 30 por ciento de intención de voto, que muchas veces se traslada a ese 33 por ciento que son parte del piso tradicional electoral del kirchnerismo. Además, guste o no guste, dentro del FpV/PJ, CFK en la actualidad sigue siendo la líder más fuerte que tiene ese espacio. Esos datos, esos detalles (para nada menores) son los que sirven de motivadores para que los intendentes bonaerenses hayan ido hasta el Instituto Patria a escucharla. Así, en una especie de catarsis conjunta, la expresidenta tomó nota de las reflexiones, análisis y hasta reproches que le hicieron los jefes comunales. “Cada uno expresó lo que sintió. Yo sentí la absoluta libertad de poder expresarme. Con críticas y autocríticas, mirando también hacia adentro, y planteando alguna reflexión en cuanto a la derrota que tuvimos”, contó el intendente de Colón, Ricardo “Pito” Casi, en declaraciones al programa Superlógico (FM Keops). Otros también sintieron que pudieron “decir la cosas” y hacer una “reflexión conjunta”, aunque no dejaron pasar la oportunidad para enrostrar que ese tipo de reuniones “se podrían haber hecho antes”, cuando Cristina era presidenta. Sensaciones después del cónclave.

Los intendentes saben que son los únicos poseedores del poder territorial dentro del FpV/PJ en una etapa donde el peronismo/kirchnerismo sufre el síndrome de abstinencia de poder, es por eso que muchos alcaldes críticos se ocuparon de aclarar que “esta etapa del peronismo de la provincia de Buenos Aires tiene a los intendentes a la cabeza, construyendo una nueva mayoría política electoral”. El grupo de los dialoguistas tiene su objetivo y no quieren dejar pasar la oportunidad para remarcar que “la renovación del peronismo es natural e irreversible” y que impulsan una conducción más “horizontal”. Idea para nada novedosa, ya que son muchos los que cuentan que en la última reunión que tuvo CFK con legisladores nacionales en Olivos tras el triunfo de Macri en el ballotage, fue ella misma quien dijo que se iniciaba un “debate más horizontal” en el espacio. Pero dentro de la atmósfera bonaerense, está también el grupo de intendentes “leales” entre los que figuran Jorge Ferraresi (Avellaneda), Patricio Mussi (Berazategui), Hernán Yzurieta (Punta Indio) y Pablo Zurro (Pehuajó). Con esas aristas, hasta el propio Daniel Scioli optó por acelerar los pasos en la reconfiguración de su carrera política y esta semana realizó varias entrevistas y una visita al distrito del Almirante Brown para no perder pisada. El exgobernador, que logró ubicarse –junto a José Luis Gioja– en la “lista de unidad” que pretende conducir el PJ nacional, tomó el discurso del Frente Ciudadano de Cristina. “Siempre el peronismo terminó en un gran frente electoral. Luego se verá de qué manera se hace porque este no es un año de elecciones”, lanzó el excandidato a presidente. “Hay una clara coincidencia en cuanto a que es importante que el peronismo esté unido, pero sólo no alcanza para enfrentar a la alianza Cambiemos, tenemos que ir a una gran coalición”, acotó. El efecto Cristina sobre el tablero.

Párrafo aparte merece la ruptura del bloque del FpV que finalmente se formalizó en la Legislatura bonaerense. El grupo de los “13 díscolos” (Valeria Amendolara, Mauricio Barrientos, Manuel Elías, Marcelo Feliú, Rodolfo Marino Iriart, Alejandra Martínez, Ricardo Moccero, Liliana Pintos, Andrés Quinteros, Evangelina Ramírez, Mariano San Pedro y Alicia Sánchez) comandados por el exsecretario privado de Néstor Kirchner, Walter Abarca, decidieron –después de un largo culebrón coronado con el episodio de pugilato de Aníbal Regueiro– plasmar el desmembramiento y formar el bloque FpV-PJ. Así, el bloque FpV a secas se queda con 23 legisladores y deja de ser la primera minoría que ahora la tiene la bancada de Cambiemos. Desconfianzas mutuas, personalismos, desacuerdos de fondo en las formas y disputas de poder hicieron que esta bancada después de casi cuatros meses de reuniones de negociación, una fracasada “mesa de concordancia” para la coordinación de la bancada y hasta episodios de peleas y gritos, culminara en su híper-anunciada partición. La novela no termina ahí, porque en los pasillos del Parlamento bonaerense aseguran que Fernando “Chino” Navarro y Horacio González, más el pequeño grupo de diputados que les responden, también desembarcarían en la nueva bancada de forma progresiva. Del otro lado, quedaría el bloque FpV a secas con los referentes de La Cámpora y algunos legisladores ultra-K. El dato para nada menor que se dio esta semana sobre este escenario es que el intendente de Saavedra, Hugo Corvatta, contó que en la cumbre con Cristina le pidió que oficie de mediadora para que el bloque en la Legislatura no se rompa. Pero distintas fuentes sostienen que la expresidente decidió no interferir en la decisión que fue pura y exclusivamente de los diputados bonaerenses. Crónica de una ruptura anunciada.

Cristina ya se encuentra en El Calafate, su intenso raid político dejó secuelas sobre el escenario. Una nueva aparición política y mediática depende de las nuevas decisiones que tome Bonadio (hay fuentes que sostienen que imputará a la expresidenta) y de las peripecias políticas que se den sobre el tablero. El Instituto Patria ya tuvo su gran debut, con buenas asistencias. La figura de CFK sigue vigente e incluso muchos comienzan a apostar con una posible proyección de candidatura a una senaduría nacional por la provincia de Buenos Aires. Todos pronósticos y probabilidades, pero lo cierto es que la exjefa de Estado tiene poder de movilización, un más interesante porcentaje de intención de voto, y se proyecta como la figura opositora a nivel nacional y de la mano de Bonadio puede perfilar una suerte de imagen de martirizada en un escenario donde el grueso de la sociedad sufre los avatares económicos de la actual administración. En el FpV/PJ todos llevan en ADN de peronistas, que ahora se dividen en nestoristas, cristinistas o pejotistas, pero en lo concreto, la lógica del peronismo es contar con una cabeza de conducción, un líder fuerte, y mucha más lógica es para el peronismo, que el que mide (o la que mida) es a quien hay que acompañar.-