viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº3688

Panorama Bonaerense | 9 oct 2016

Bitácoras bonarenses

Magario, la némesis de Vidal

En el nuevo escenario de la política provincial, distintos y variados son los hechos que se dieron sobre el tablero, donde la gobernadora y la intendenta de La Matanza, plasman su rivalidad política.


Opuestas, iguales, antagónicas, similares; heroína o villana, según quien lo diga. La gobernadora, María Eugenia Vidal, y la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, son dos de las damas más importantes del tablero político bonaerense. Con diferencias obvias, ambas ocupan cargos institucionales de suma importancia y de proyección futura. Son jóvenes, dinámicas, hermosas y con carácter para el ejercicio de la política. El 2015 fue año de sus consagraciones y el 2016 las encuentra sumergidas como rivales en un ajedrez político donde mueven sus fichas paso a paso. Las damas bonaerenses.

La relación entre Vidal y Magario está más que nunca en foco del ambiente político periodístico. Desde principio de este año las cosas no comenzaron con buen pie. “Me cansé de pedirle una reunión a la gobernadora Vidal”, dijo Magario a principios de febrero. Días después, tras la insistencia, Vidal recibió a la matancera en su despacho de la Casa de Gobierno. Más allá de los elogios protocolares, Magario y Vidal no tuvieron buena química, se ven antagónicas, en las formas de decir y de hacer la política. A pocos días de que ambas se sentaran en las sillas del poder, la alcaldesa del distrito más grande y poblado de la provincia salió a contradecir el discurso de la mandataria bonaerense, quien gritó por todos los vientos que recibió “una Provincia quebrada”. “Podrá tener déficit, pero la Provincia no está quebrada”, dijo Magario a mediados de 2016. La intendenta de La Matanza nunca ahorró palabras para criticar las políticas implementadas por el gobierno nacional de Mauricio Macri, en principio, se cuidó de no criticar mucho a Vidal, aunque siempre deslizó alguna que otra postura. En abril, ambas volvieron a tener un encuentro en gobernación, está vez con foto incluida, donde se las ve a ambas sonrientes posando para las cámaras. El encuentro fue calificado por la matancera como “muy cordial y amable” y hasta habían acordado mantener reuniones de gabinete de ambas administraciones para hablar sobre salud, educación, seguridad y recursos. Los primeros mano a mano.

Pero a medida que pasaron los meses, los antagonismos se fueron asentando. A medida que Magario se diferenciaba de los intendentes del Grupo Esmeralda y su perfil dialoguista, sus críticas hacia Nación y pedidos directos a Provincia fueron siendo más frecuentes. Esas actitudes no cayeron nada bien en La Rosada y en la platense Calle 6, querían ver a una Magario dócil y menos confrontativa. Nada de eso pasó. La alcaldesa se posiciona cada vez más como una figura en ascenso contraria a Vidal. Su cercanía con el PJ bonaerense comandado por Fernando Espinoza, con Daniel Scioli y Cristina Kirchner, hicieron que las miradas de Cambiemos hacia ella fueran con malos ojos. La relación tuvo un quiebre evidente cuando a finales de agosto Macri y Vidal arribaron a La Matanza para plasmar un acto en la fábrica de la gaseosa Manaos. El dato detonante de esa jornada fue que ambos dirigentes de Cambiemos bajaron a la matancera del escenario del acto. “Me pareció una falta de respeto el no haberme permitido subir al escenario, acompañarlos en el acto. Nosotros estuvimos sentados fuera del escenario”, denunció la intendenta por esos días. Como segunda queja, Magario habló sobre si existe diálogo con Vidal: “Sigue siendo nulo. Desde abril que yo no la he vuelto a ver más, no hemos podido juntarnos. Yo le pedí una reunión de los dos gabinetes juntos para trabajar las cuestiones de La Matanza. Le he pedido audiencia por carta, la llamo por teléfono y no me contesta”, dijo. Rebeldías desde la “quinta provincia”.

Las tensiones subieron más, desde Calle 6 no digirieron las críticas matanceras y miraron con agrado el proyecto de división de La Matanza en cuatro distritos, que desde hace tiempo venía promocionando sin éxito, Marcelo “Oso” Díaz, uno de los pocos diputados bonaerenses que aún le quedan a Margarita Stolbizer. En manos de la espada legislativa de Vidal, el vicepresidente de la Cámara de Diputados Manuel Mosca, la Gobernación se apropió del texto, corrió de escena al “margarito” y comenzó con lo que muchos medios denominaron “La Guerra contra La Matanza”. Mosca se puso a la cabeza de la cruzada, generó reuniones, le hizo un pedido de audiencia a Magario para hablar sobre la posible división del distrito más grande de la provincia. Vidal, sigilosa, cuidando las formas para no quedar muy pegada, también habló sobre ese proyecto. Dijo que ordenó al Ministerio de Economía y a ARBA hacer estudios sobre la “factibilidad” de una división pero, hábil, dijo y aclaró que no era un proyecto de su espacio, sino del de Stolbizer. La tensión siguió en aumento, Magario condenó la avanzada y denunció que querían “dividir La Matanza entre distritos para ricos y para pobres”. Sobre el tablero de la diplomacia, cerca de la Primavera le envió por carta un pedido de audiencia a Vidal para “trabajar en una agenda urgente de temas trascendentes” y para manifestarle lo que ella piensa sobre la hipotética división. En medio de los duelos discursivos, la matancera logró que el diputado bonaerense del Frente Renovador, e histórico dirigente gremial de los empleados de comercio matanceros, Rubén Ledesma, la apoyara en su pedido contra el proyecto y hasta plasmaran fotos conjuntas. Eso sí, desde el massismo, para no quedar fuera de la escena, lograron que desde la Comisión de Asuntos Municipales de Diputados, que preside el massista Juan Andreotti, se pusiera como fecha al 19 de octubre para la Audiencia Pública para discutir sobre la división. Pulseadas, tensiones y movimientos.

Por si esto fuera poco, en este tablero político que muestra variantes día a día, la presidencia de la Federación Argentina de Municipios (FAM), se convirtió en otro escenario donde Vidal y Magario medirían fuerzas. Desde hace tiempo se instaló como candidata a la matancera, idea que en principio no desagradó a La Rosada, pero siempre y cuando se pudiera acomodar con variantes para Cambiemos e incluso el Frente Renovador. En las negociaciones se habló de la posibilidad de conformar un triunvirato o una presidencia rotativa entre los tres espacios políticos. En la reciente cumbre de intendentes que encabezó Macri en Tecnópolis, hubo un tiempo para un mini cónclave entre el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, su secretario del Interior, Sebastián García De Luca, y los intendentes peronistas Gabriel Katopodis (San Martín), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Gustavo Menéndez (Merlo) y Alberto Descalzo (Ituzaingó). En ese encuentro los emisarios de La Rosada intentaron llegar a un acuerdo con los alcaldes, pero el dato que surgió tras esa cumbre es que se supo que Vidal vetó el nombre de Magario para componer la titularidad de la FAM en cualquiera de sus variantes. La noticia no cayó para nada bien en los alcaldes comunales, quienes afirmaron el apoyo a la designación de la matancera. El jueves 6 de octubre, pese al veto de “Mariu”, en la Asamblea de la FAM realizada en Costa Salguero, Magario fue consagrada como la nueva presidenta, sucediendo al alcalde de Florencio Varela, Julio Pereyra. El dato para nada menor de esa jornada, fue la ausencia de los intendentes de Cambiemos, del Frente Renovador y, para sorpresa (o no tanto), de los jefes comunales del Grupo Esmeralda. La coronación de Magario.

Desde hace tiempo, en los principales despachos de La Rosada y la Casa de Gobierno bonaerense afirman que la idea de una parte muy importante del peronismo es posicionar a Magario como candidata a gobernadora para el 2019. Si bien aún falta mucho, lo cierto es que la matancera en poco más de diez meses se ha posicionado como una de las figuras fuertes dentro del peronismo pos kirchnerista, y en contraposición con Vidal y Cambiemos. No sólo por ser jefa comunal del distrito municipal más grande del país, sino por su carácter, su temperamento, su perfil político, incluso para armar el Grupo Fénix (variante más opositora al oficialismo que el Grupo Esmeralda). Vidal y Magario, antagónicas, damas de la política, hermosas y con carácter fuerte a la hora de hacer política. Esto, es sólo el principio.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias