jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº3659

Panorama Bonaerense | 7 feb 2017

Bitácoras bonaerenses

Cambiemos y un escenario electoral adverso

Las encuestas no son buenas noticias para el oficialismo. Hay preocupación en La Rosada y la Gobernación bonaerense. El plan para polarizar con el FpV-PJ y dejar afuera a Massa.


El clima electoral que inunda todos los despachos del oficialismo no es el mejor, las últimas noticias no son buenas ni alentadoras, los números en las encuestas no vienen con sonrisa. La provincia de Buenos Aires, la “madre de todas las batallas”, el bastión electoral, es un escenario complicado para las aspiraciones de Cambiemos, donde se juega gran parte del 2019 en las elecciones de medio término. Las variantes no son muchas en la Casa Rosada y la Gobernación pero, al mismo tiempo, tienen dos frentes que sortear, el externo y el interno. Los desafíos.

Los dilemas para La Rosada vienen de la mano de las encuestas. En su mayoría, las distintas consultoras concuerdan en que los bonaerenses –en casi un cincuenta por ciento– eligen votar a un candidato de la oposición. La preferencias de los consultados ponen en primer y segundo lugar a Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa, los candidatos de Cambiemos están en tercer lugar. Por si fuera poco, la imagen del presidente, Mauricio Macri, va decayendo, sobre todo en el Conurbano, situación que incluso alerta a muchos intendentes del oficialismo, quienes ven que el plan de La Rosada es mostrar a Macri al frente de la campaña bonaerense. Contrariamente, la imagen de la gobernadora, María Eugenia Vidal, sigue creciendo y cada vez se aleja más de la del presidente. Esa situación genera resquemores y preocupación en los principales despachos de Balcarce 50. De todos modos, “Mariu” será fundamental en este período y se sabe que “se pondrá la campaña al hombro”. Las opciones.

El fragor de la campaña y los números adversos –incluso– hicieron que Vidal pusiera sobre la mesa la posibilidad anticipada de una derrota de Cambiemos en la provincia. “Yo no creo que sea el fin del mundo perder una elección. Yo no creo eso de que si el oficialismo no gana las elecciones intermedias, se pone en juego la gobernabilidad. Está mal”, dijo en declaraciones radiales. ¿Abrir el paraguas? ¿Manto de realidad hacia la tropa? ¿Sinceridad? ¿Precaución? Lo cierto es que esas palabras no cayeron bien en La Rosada, sobre todo, porque –ante los números adversos– desplegaron una estrategia de instalar que Massa se desplomaba en las encuestas y que nuevamente surgía una polarización con el kirchnerismo/peronismo. Para acoplarse a esa estrategia, la gobernadora tuvo que dar un giro brusco a sus palabras y salió a pedir el voto para el oficialismo. “Yo le voy a pedir a la gente que nos acompañe en esta elección para que podamos dar las peleas que estamos dando”, enfatizó “Mariu”, para intentar despejar dudas de cualquier escenario de derrota de Cambiemos. Confusiones y nervios.

En el frente interno, el desafío más difícil para Vidal y Macri es tranquilizar y enfilar a Elisa Carrió en la estrategia del oficialismo. Por lo bajo, la gobernadora prefiere que “Lilita” no desembarque en la Provincia y así evitar serios dolores de cabeza que le puede dar la siempre sorpresiva y efervescente Lilita. Por ahora, son dos nombres los que tienen más chances de ser las figuras en Cambiemos. El intendente de Vicente López y primo del presidente, Jorge Macri, y el neurocientífico funcionario ad honorem de la Provincia, Facundo Manes. Pero estos dos cuasi alfiles electorales están lejos de ser candidatos de peso como los que por ahora se ponen en juego en el territorio provincial. Además, a Jorge Macri las encuestas no le sonríen demasiado y su intención de voto apenas supera el 10 por ciento. Manes, al ser una figura “nueva” dentro de la política, quizá tenga más chances de crecimiento, aunque todavía no fue medido por las encuestadoras. Más allá del factor Carrió y de los nombres propios, ser “el candidato de Vidal” no será suficiente para lograr una elección fuerte. El oficialismo tiene enfrente a pesos pesados de la política con ganas de jugar y, salvo Lilita, ninguno puede competir frente a Cristina, Massa o Margarita Stolbizer. Vidal tendrá que ser la cara de cada candidato, sin Carrió mucho más. Vidal tendrá que ser la candidata sin boleta. En busca del mejor plan.

Desde el lado de la oposición, Massa y su Frente Renovador vuelven a padecer los efectos de la “ancha avenida del medio”. Ven que una nueva y repetida polarización Cambiemos versus FpV-PJ los deja fuera del ring. Es por eso que la oposición constructiva y moderaba que el tigrense y su tropa profesaron todo el 2016, será dejada de lado. Es básico, siendo cuasi oficialista, con un escenario bonaerense donde la ciudadanía se muestra en su mayoría descontenta con las medidas del oficialismo, las chances de tener los laureles están lejos. Además, la figura de CFK crece y crece, semana a semana, más allá de los procesos judiciales y las escuchas publicadas. Es por eso que a modo de intentar sacarle votos al peronismo, Massa y sus referentes comenzaron a desempolvar la palabra “peronismo” y empezaron a hablar de un “acercamiento al peronismo”. El propio líder del Frente Renovador habló en ese tono: “Voy a trabajar para suturar las heridas del peronismo”, destacó. Las ecuaciones dentro del massismo son pocas. Si juega Cristina, Massa se verá obligado a jugar y en alianza con Stolbizer. Si CFK decide no ser candidata, el tigrense podrá guardarse para el 2019 y mandar a la jefa del GEN y a Malena Galmarini a competir en la Provincia. Pero, si juega y pierde, es un escenario que puede ser letal para su andar político. Las cartas y opciones para Massa.

Los ojos se posan en los movimientos de Cristina. Es, sin dudas, una de las protagonistas de este tablero político-electoral 2017. La semana pasada se armó un revuelo cuando el presidente del Frente Nacional de Agrupaciones Peronistas, Marcelo Puella, aseguró en su cuenta de Twitter que CFK “será candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires”. La bomba tuitera se expandió por todos los rincones, por todos los despachos, por todas las redacciones. Si bien, más tarde, intendentes más identificados con el kirchnerismo y con el Instituto Patria salieron a poner paños fríos al anuncio, las señales de que la expresidenta decida jugar se van sumando. Dato no menor, para analizar bien, Cristina se metió de lleno en la arena política bonaerense y apuntó directamente contra Vidal. También en su cuenta de Twitter, la exmandataria apuntó con una serie de tuits al reparto de fondos. “El presupuesto bonaerense está orientado a beneficiar a los intendentes de Cambiemos y a perjudicar a los de otras fuerzas políticas”, escribió CFK sin tapujos. En base a una nota publicada en el diario Página/12, la expresidenta mostró que los municipios del oficialismo reciben más que los opositores en torno a la obra pública. El pie de CFK en la Provincia.

Todos los sectores internos del peronismo esperan y observan qué es lo que realmente hará Cristina. El destino electoral depende de eso, es la encabeza las encuestas. Desde el Grupo Esmeralda mantienen ilusiones con ver la candidatura de Florencio Randazzo, quien aún no define si jugará en esta parada electoral. También depende de lo que haga CFK, pero –dato no menor– en varios despachos de la Legislatura bonaerense se escucha que “Florencio no juega, porque no quiere saber nada con los carpetazos que le pueden tirar”. Con o sin Cristina, con o sin Randazzo, el peronismo parece enfilarse –de a poco y a los tumbos– a su tan ansiada unidad. Desde la cumbre en La Matanza de finales de 2016, la tribu peronista parece andar en el mismo camino. Otro dato para destacar es la postal que se plasmó hace pocos días en Jujuy. Todos los referentes del peronismo fueron a respaldar y a pedir la liberación de Milagro Sala. La intendenta de La Matanza, Verónica Magario, referente del Grupo Fénix; el alcalde de San Martín, Gabriel Katopodis, referente del Grupo Esmeralda; el diputado Fernando “Chino” Navarro, referente del Movimiento Evita; Julián Domínguez, quien apoya a Randazzo y tiene buena relación con el Papa Francisco, más los diputados nacionales Leonardo Grosso y Remo Carlotto, y el senador provincial Fernando Moreira, fueron parte de la comitiva. ¿Señales de un peronismo que empieza a ordenarse?

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