jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº3659

Panorama Bonaerense | 5 nov 2018

Bitácoras bonaerenses

Internas, explosiones y tramas ocultas derivadas sobre el Presupuesto 2019 de Vidal

El escenario de tornó complejo para la Gobernadora. Más allá de los números proyectados y el endeudamiento, el factor político se metió de lleno. Cruces dentro de Cambiemos y el año electoral como protagonistas.


La crisis, el ajuste exigido por el FMI, la imagen de Mauricio Macri, el año electoral, son los principales actores que piden protagonismo sobre el debate del Presupuesto 2019 de María Eugenia Vidal. Es que antes de conocerse los números de las erogaciones que tiene trazado la Gobernadora y el monto de endeudamiento que necesita, los movimientos políticos ya hicieron su juego. El marco no es menor, el ajuste que Mauricio Macri trasladará a la provincia de Buenos Aires –para llegar al déficit cero exigido por el FMI– produjo la primera fricción pública entre Vidal y la Casa Rosada. El costo del ajuste que tiene que absorber la Provincia en concepto de subsidios a electricidad (Edenor y Edesur), transporte y AySA, tendrán un efecto de entre 25 mil y 30 mil millones de pesos para las arcas bonaerenses, sumado a la pérdida del Fondo Sojero. El malestar de Vidal, trascendido en un principio y hecho público en voz de su ministro de Gobierno, el exmassista Joaquín De la Torre, destapó ante la sociedad la feroces internas que Cambiemos vive desde que llegó al poder. Por un lado, el traslado de la variable del ajuste a la Provincia, exigido por los gobernadores peronistas, como condición para apoyar el Presupuesto 2019 de Nación, hizo florecer las rispideces que Vidal ya había mostrado hacia la figura del jefe de Gabinete de Nación, Marcos Peña, de quien pidió su cabeza en la crisis de abril y la falta de reacción política de la Rosada. A esta interna subterránea se agregó la que ahora tiene con el superministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, de quien también pidió su cabeza en la crisis de principios de septiembre. Dos enemigos declarados.

En varios despachos de Cambiemos en el territorio bonaerense se hacen eco de estas disputas. Se comenta, con algo de preocupación, que “la jugada de trasladar el ajuste a Vidal” fue planificada por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, apoyada en forma “vengativa” por Dujovne y con el visto bueno de Peña. El dato, para nada menor, es que Frigerio responde al por ahora titular la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó, quien –según fuentes del oficialismo– volvió al enfrentamiento frío con Vidal. Ese “ahogo” a las cuentas de Vidal, pronostican muchos –con algo de temor y mezcla de exageración– es parte de un plan de Nación para “entregar a Vidal” (o a la Provincia) al llamado Peronismo Federal, es pos de resguardar la imagen de Macri y “asegurar” un segundo mandato en la Presidencia. Sobre esta jugada, también se habla del enojo de Elisa “Lilita” Carrió quien, conocedora de la maniobra, sumó un nuevo motivo para gestar un alejamiento (¿ruptura?) del espacio gobernante. Internas por todos los rincones de Cambiemos.

Sobre este confuso entramado, también hace su juego la idea de que un grupo de intendentes de Cambiemos, lideradas por Jorge Macri (Vicente López) de eliminar las PASO del calendario electoral. En principio, el primo del Presidente, junto a sus pares Néstor Grindetti (Lanús), Ramiro Tagliaferro (Morón), Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Julio Garro (La Plata), Martiniano Molina (Quilmes), Héctor Gay (Bahía Blanca) y Alejandro Federico (Suipacha), entre otros se aventuraron a hacer lobby por la idea pero, con el pasar de los días, encargaron a los diputados de sus tropas diseñar un borrador para tantear el debate en la Legislatura bonaerense. En principio desde Gobernación descartaron de plano el proyecto pero, al calor de las negociaciones por el Presupuesto 2019 de Vidal, miraron ese borrador como una variante para negociar con la oposición los acuerdos necesarios y dejaron que siga el tanteo en curso: “Hay que hacer ruido”, deslizaron desde altas fuentes de Calle 6. Se sabe que las PASO son el recurso que pone sobre la mesa el peronismo bonaerense para ordenar las candidaturas y lograr la tan mentada unidad que busca. Pero la jugada tomó un salto inesperado. En forma pública, un diputado provincial de Cambiemos, Marcelo Daletto –alfil de Emilio Monzó en la Provincia– salió a respaldar las PASO y a mostrarse en contra de eliminarlas. “Las PASO, como muchas otras tantas instituciones de la democracia se pueden mejorar –por ejemplo, hacerlas optativas para el votante– y en eso debemos seguir trabajando, pero de ninguna manera eliminarlas”, dijo el legislador en un comunicado. La pronunciación destapó otra internas en Cambiemos: Jorge Macri vs. Emilio Monzó. Desde un principio, desde el entorno del otrora intendente de Carlos Tejedor, dejaron trascender que “Emilio no estaba de acuerdo con la idea de eliminar las PASO”, ante la dificultad de encontrar consenso en la Cámara de Diputados de la Nación. Por eso el borrador de los alcaldes de Cambiemos fue cimentado en la Legislatura bonaerense. La reacción del monzoista Daletto encendió el radar en más de uno e hizo observar con mayor detenimiento los movimientos de Monzó, envuelto en permanentes versiones de fuga, sobre todo que en estos días en que confirmó que el año que viene no intentará renovar su banca en el Congreso. Guerra Fría Interna.

No sólo a Vidal la aflige el frente interno; en el externo tiene que comenzar a conseguir los acuerdos para aprobar el Presupuesto 2019. Por eso, activó su forma de hacer política (“bien a lo peronista”, diría alguno) y llamó a Sergio Massa para mantener una reunión privada y comenzar a tantear el apoyo del tigrense y sus legisladores para el debate de la “Ley de leyes”. Según el massismo, la Gobernadora pidió el encuentro preocupada porque Massa le hizo saber la semana pasada que “se corría de la discusión” del Presupuesto de la Provincia y delegó la negociación en un grupo de legisladores e intendentes duros encabezados por los diputados Jorge D’Onofrio y Valeria Arata. En los pasillos de la Legislatura bonaerense sostienen que en Gobernación hay desconfianza con otro aliado legislativo. Desde Calle 6 miran de reojo al llamado “Bloque de los Intendentes” (PJ-Unidad y Renovación) que conduce a la distancia el mandamás lomense Martín Insaurralde, por el endurecimiento de su discurso y la sintonía que últimamente evidencian los alcaldes peronistas del Conurbano con Cristina Fernández y Máximo Kirchner. Sobre ese plano, surge otro dato clave sobre el rol del recientemente creado bloque Frente Amplio Justicialista, que componen el ultra polémico e impredecible José Ottavis, Rocío Giaccone, Juan Manuel Cheppi y Alejandra Martínez (los tres primeros, de pasado camporista). “Funciona en sintonía como una especia de interbloque con el massismo”, asegura una fuente que conoce los recovecos del Parlamento provincial. Otras, en cambio, apuntan que “el petiso frecuenta mucho las oficinas que tiene Massa en la Avenida del Libertador”. Dato no menor porque, descartando la negativa de Unidad Ciudadana y la Izquierda, a Vidal no le alcanza sólo con el apoyo de los 12 diputados massistas para lograr los dos tercios necesarios en la Cámara Baja. Comienza el poroteo.

Durante el encuentro, realizado en el Hotel Four Seasons del barrio porteño de Retiro, Vidal y Massa coincidieron en que la Provincia es “la variable del ajuste” pero, un dato fundamental, es que Massa dejó en claro que la “única condición” para apoyar el Presupuesto 2019 es que el oficialismo ayude a impulsar el proyecto para desdoblar las elecciones municipales de las nacionales y provinciales. Una idea que el tigrense está empeñado en lograr para soñar con encolumnar a todo el peronismo atrás de su candidatura. En Diputados existen dos textos sobre el desdoblamiento de las elecciones municipales: uno es de Pablo Garate y otro de Ricardo Lissalde. El tigrense exige que se fusionen y se aprueben antes de la votación del Presupuesto. Según fuentes de la Legislatura, si hay acuerdo se podría aprobar en noviembre y votar el Presupuesto 2019 a mediados de diciembre. En Gobernación aún no dieron el “sí” o el “no” definitivo, aunque en principio no les gusta la idea y hasta mandaron a descartarla públicamente en voz del senador Dalton Jáuregui. Pero, en todo caso, apelan a que la decisión final tiene que venir de Mauricio Macri. Esto, por ahora, es sólo el comienzo.

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