miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº3686

Panorama Bonaerense | 20 ene 2020

Bitácoras bonaerenses

Kicillof, alarmas sobre la deuda y el fantasma del default que hace su juego

La cuestión y los dilemas de la deuda pública provincial irrumpieron el escenario. El éxito o fracaso de la renegociación con los tenedores marcará a fuego la gestión del Gobernador en un tablero donde es experto.


El 14 de enero el gobierno de Axel Kicillof anunció oficialmente que no podrá hacer frente al pago 250 millones de dólares de deuda que vence el 26 de enero y le propuso a los acreedores del Bono Buenos Aires 2021 (BP21) postergar el pago hasta el 1º de mayo. La novedad agitó aún más el tambaleante tablero bonaerense. Las alarmas sonaron, las especulaciones tuvieron su protagonismo, el fantasma de un default bonaerense que afecte al país deambuló por toda la arena política-económica. Cómo se configura el escenario, cuáles son las variables, el trasfondo de la estrategia de la administración provincial. El primer round sobre el endeudamiento.

El escenario no es menor para el Gobernador, él fue el ingeniero de las estrategias de desendeudamiento que rigieron durante el último gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. El 2020 le presenta un nuevo desafío, esta vez como comandante del barco: La Provincia. Kicillof no ahorró municiones para apuntar contra su antecesora, María Eugenia Vidal, aunque -a medida que se suman las conferencias de prensa- tiene mucho cuidado en no mencionar su nombre. De todos modos, en línea con el discurso de “tierra arrasada” que cimentó al día siguiente de su triunfo el 27 de octubre, en la rueda de prensa del 14 de enero, lanzó: “La deuda de la Provincia, como la dejaron, es insostenible. La política de endeudamiento de la gestión anterior se resume así: mucha más deuda, deuda más cara, deuda en dólares y vencimientos más cortos que recaen en la gestión actual”. Para cualquier gobernante -sea del palo que sea-, es inevitable contrastar con la gestión anterior, sobre todo si se trata de un contrincante político. Axel no fue la excepción. El discurso público.

Hay un dato que es cierto, los 250 millones de dólares forman parte de un bono de 750 millones a 10 años de plazo, que el entonces gobernador Daniel Scioli colocó en el 26 de enero de 2011, en tiempos que su relación con CFK no era la mejor y los fondos nacionales para sueldos y aguinaldos bonaerenses no llegaban desde la Casa Rosada. El ahora embajador en Brasil, no dudó en realizar una jugada que en el largo plazo afectaría las arcas del estado provincial: aceptar una tasa de interés elevadísima del 10,8 por ciento anual en dólares. Kicillof, en debate público, esquiva mencionar a su compañero de espacio y opta por apuntar la lupa hacia las políticas económicas de Mauricio Macri y Vidal, con la aguda crisis que aún vive el país y le mega devaluación que tuvo el peso argentino durante el macrismo. La ecuación es sencilla, la provincia de Buenos Aires recauda en pesos argentinos y a medida que suba el dólar, su deuda será más abultada. Una pesada herencia Made in Scioli-Vidal-Macri.

El fantasma de un default bonaerense también hace su juego en este tablero rimbombante, que podría salpicar a la renegociación de la deuda de Nación. El fantasma de la no sintonía entre el gobierno provincial y el nacional en cuanto al anuncio de la renegociación del pago del Bono Buenos Aires 2021 (BP21), también quiere ser protagonista. Fuentes de La Rosada aseguran que “Axel no se cortó solo” y que el anunció del ministro de Economía, Martín Guzmán, de descartar el 13 de enero un “salvataje financiero” para la Provincia, para que al día siguiente Kicillof anuncie la renegociación de esa deuda, fue “parte de una estrategia conjunta”. Los analistas más serios sostienen que el escenario del default sobre esta deuda es “poco probable”. Advierten que el monto de 250 millones de dólares, en el marco de una deuda pública, es mínimo como para “jugar esa carta”. Otros deslizan que en caso de fracasar la negociación con los tenedores de deuda, el Banco Provincia y alguna otra entidad pueden prestar ese monto o servir de garantes para conseguir el dinero restante. Esos mismos especialistas avisan que el partido con riesgo de “default real” se jugará con los 700 millones de dólares que vencen en junio y que, alertan, “no podrá enfrentarlos sin la ayuda de Nación”. El karma de la deuda bonaerense.

“El default cierra los mercados para emitir deuda y complica la negociación con el resto de los bonistas”, deslizan desde Gobernación en información vertida a los medios periodísticos afines. Lo cierto es que el jefe de Gabinete, Carlos Bianco, y otros funcionarios del gobierno bonaerense manifestaron que los tenedores de deuda “sabían de la situación en plena campaña electoral” y que las conversaciones vienen de hace rato. Si Kicillof y su equipo logran convencer al 75 por ciento de los acreedores de reprogramar el pago de esos 250 millones de dólares hasta el 1º de mayo, será un éxito para su gestión, opacada por la aprobación de la Ley Impositiva 2020, que resultó un empate con sabor a derrota para el Gobernador, por los cambios que introdujo en el Senado Juntos por el Cambio, al hacer valer su mayoría en esa Cámara. La cuestión de la deuda pública bonaerense será recurrente en este 2020. Pero se vienen, al mismo tiempo, debates y escenario complejos, que precisamente tienen que ver con el destino de las arcas que todos los bonaerenses tienen bajo el manejo de la administración gubernamental. Las paritarias con docentes y estatales, el Presupuesto 2020, recursos para los intendentes y el Fondo de Infraestructura Municipal (FIM), son algunas de las urgencias locales que esperan debate y resolución.-

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