viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº3660

Panorama Bonaerense | 28 sep 2020

Bitácoras bonaerenses

Kicillof y los desafíos de cara al último trimestre del 2020

Octubre se acerca y comienza la etapa final de este año. El Gobernador debe sortear varios frentes (internos y externos) en un tiempo marcado por el COVID-19, pero con otros conflictos que piden protagonismo.


No está de más recordar que el 2020 estará marcado por la pandemia del coronavirus. Las consecuencias que se viven en lo sanitario, económico, político y social, tendrán su veredicto final cuando llegue la tan ansiada pospandemia. El año entró en su último tramo y los desafío son numerosos para el gobernador, Axel Kicillof. El cambio en el sistema de carga de los datos de fallecimientos por COVID-19, sumando de un día para el otro más de 3.500 muertes, trae consigo otro escenario que será cargado de tensiones que aún no se saben que replicas tendrán. El escenario reciente.

La cuarentena y el sistema de fases en los municipios, las actividades habilitadas y las pulseadas con los intendentes de Juntos con el Cambio, son parte de un tablero que desde hace semanas generan cruces entre el Frente de Todos y la oposición. Ya se sabe que son varios los municipios (muchos de ellos oficialistas) que en el formalidad se rigen por el sistema de fases provincial, pero que en la informalidad permiten o miran para otro lado las aperturas de varias actividades (gastronómicos, comercios, gimnasios, entre otros) en sus territorios. La reactivación económica es un tema que está en el cotidiano colectivo y presenta un dilema en medio de una pandemia que muestra que los casos mantienen una meseta alta y que el mayor peligro no ha pasado. En lo político, el uso de la grieta como recurso para la discusión política, no ayuda a solucionar de forma profunda los efectos adversos que riegan por todo el universo bonaerense la pandemia y la cuarentena. Tan lejanos quedaron esos días de comunión entre oficialismo y oposición. En las últimas semanas, las tensiones y diferencias son mayores. Desde Juntos por el Cambio, en especial los intendentes del PRO, se muestran desafiantes a la conducción de la pandemia que hace el Gobernador. Hay un trasfondo, dejan saber que la “buena onda” se terminó el día que fueron convocados a Olivos y sin “estar al tanto”, fueron parte del anuncio de Alberto Fernández que –para solucionar el conflicto policial- optó por sacarle un punto de coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires que gobierna Horacio Rodríguez Larreta, para dárselo a la Provincia que administra Kicillof. El final de la tregua trajo distintos desafíos públicos hacia la platense Calle 6. El pedido de la vuelta a clases presenciales para algunos grupos, la idea de tener sesiones con la presencia de más legisladores (en especial la del proyecto de Presupuesto 2021) y la carta de tener mayoría en el Senado bonaerense, son parte de la pulseada política, que en las próximas semanas traerán novedades. El cuadrilátero político.

Pero para Kicillof también existe un frente interno, que se focaliza con las internas reflotadas con los intendentes del Conurbano, surgidas también de la rebelión policial. Por más que desde el oficialismo no se hable de las elecciones legislativas, uno de los trasfondos de esas desconfianzas está puesto en lo que será el armado de las listas del año que viene. En la columna anterior se detalló, como los caciques peronistas del Conurbano volvieron a dejar traslucir sus diferencias con Kicillof, como también son el polémico ministro de Seguridad, Sergio Berni. Más allá de la discusión política, hay que agregarle la cuestión del reparto de fondos con los municipios que diagramarán el Gobernador y su ministro de Hacienda, Pablo López, a la hora de diseñar el proyecto de Presupuesto 2021. El futuro de la Policía Local también es otro punto de conflicto y la relación que Calle 6 mantiene son los legisladores que no se reportan con La Cámpora o el ultrakirchnerismo. Duelos subterráneos.

La insubordinación policial y la intervención de Alberto afectaron la imagen de liderazgo político de Axel. Esta debilidad aparente, abre la puerta para que intendentes opositores y oficialistas, se animen a cuestionar en voz alta o baja la figura del Gobernador. El desafío para Kicillof es doble, no solo tiene que retomar la iniciativa política y revitalizar su imagen, sino que al mismo tiempo tiene que mostrar temple y contundencia para enfrentar las problemáticas que se tensionan día a día en la Provincia. Las tomas de tierras, la inseguridad que crece, las paritarias con docentes, estatales, judiciales y trabajadores de la salud y el éxito legislativo son parte de los escenarios (hay más) que se abren para el andar del mandatario bonaerense en este último trimestre.-

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