viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº3681

Panorama Nacional | 22 nov 2014

Panorama Político Nacional

A la búsqueda desesperada del Capriles argentino

Elisa Carrió cumplió la tarea que le encomendó Héctor Magnetto, de provocar una implosión en el FAUNEN. Se cumplió lo señalado en nuestros panoramas, sobre todo, tras la huida de aquel encuentro en el que Pino Solanas se pronunciaba en contra de un acuerdo con el PRO. De aquí en más, el establishment –con el CEO de Clarín a la cabeza– va a presionar a fondo a los dirigentes de la oposición para converger en un Capriles argentino, y reeditar así la última elección presidencial venezolana.


¡Argentina, país generoso! Elisa Carrió acaba de generar un escándalo de proporciones en el seno del Frente Amplio-Unen (FAUNEN) cumpliendo el vaticinio de ANDigital cuando señalamos desde esta columna que Héctor Magnetto le había encomendado hacer volar por los aires esa coalición de fuerzas progresistas encabezadas por el Socialismo, la UCR, la Coalición Cívica y Libres del Sur.

A ese trabajo sucio de Carrió habíamos aludido, sobre todo, tras la huida de aquel encuentro en el que Pino Solanas se pronunciaba en contra de un acuerdo con el PRO.

El portazo de Lilita al FAUNEN no será todo. Ahora viene lo peor, o mejor, según en la vereda en que se posicionen opositores y kirchneristas, porque el establishment –con el CEO de Clarín a la cabeza– va a presionar a fondo a los dirigentes políticos de la oposición para hacerlos converger en un frente anti K y consagrar al Henrique Capriles local para reeditar en suelo argentino la última elección presidencial venezolana.

Ya acallados los insultos de la líder de la Coalición Cívica a Julio Cobos en la Cámara de Diputados (“vos sos un hijo de p… y traidor”) hay que ver qué se avizora en el horizonte de la opo. Aunque no se puede antes soslayar la conclusión que dejó tantos descalificativos que profirió Carrió a los dirigentes del FAUNEN: ¿Recién esta semana se anotició que sus pares son todos corruptos y que Cobos participó de una fórmula presidencial financiada con dineros provenientes del tráfico de efedrina? ¿Si el último lunes la UCR hubiera decidido acordar con el PRO, hubiera seguido conviviendo con ese nido de corrupción que terminó por denunciar? En fin…

Sigamos. La estrategia del empresariado obsesionado por impedir que el Frente para la Victoria se imponga en las PASO y la elección presidencial de octubre del año próximo, se viene cumpliendo desde hace tres meses, cuando comenzaron a publicar en el diario La Nación encuestas que adjudicaban un muy buen nivel de aceptación de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner (un 40 por ciento) y un piso favorable al FpV del orden de un 30 por ciento.

A partir de esos datos, los medios periodísticos comenzaron a agitar en sus análisis políticos el fantasma de la continuidad del kirchnerismo en el poder y, diez días atrás, las medidoras inflaron los porcentajes para acercarlos al 50 por ciento de aceptación para CFK y ventilar una supremacía como fuerza con más votos, de más del 35 por ciento para el Partido Justicialista-Frente para la Victoria.

Una cosa es que los datos se vean reflejados en el diario Página 12 y otra muy diferente es que la publicación de encuestas cada vez más favorables al Gobierno se canalice a través de La Nación y Clarín y sea el comentario (vox populi) generalizado a manera de señal de advertencia para la oposición de los columnistas estrella de los medios hegemónicos (Joaquín Morales Solá, Marcelo Bonelli, Nelson Castro, Julio Blanck y Eduardo Van Der Kooy).

Fuentes muy confiables ligadas a estos medios dejaron entrever a ANDigital que la presión a la dirigencia opositora, tras el portazo de Elisa Carrió al FAUNEN, irá en aumento de aquí en más y el firme objetivo es provocar una encerrona tal a Mauricio Macri, Sergio Massa, Hermes Binner, Ricardo Alfonsín, Ernesto Sanz, Gerardo Morales y Margarita Stolbizer, con encuestas que serán infladas aún más para obligarlos a acordar la conformación de un frente que consagre un único candidato que, al final del camino, sería el jefe de Gobierno porteño.

El último dato revelador de esta movida, a manera de tablero de ajedrez que ensaya el establishment, lo protagonizó días antes del escándalo de Lilita el diputado nacional y empresario de medios Francisco De Narváez en el programa Hora Clave, frente a un atónito o absorto Mariano Grondona, cuando se preguntó: “¿Y si gana en primera vuelta?”, además de asustar con que “o hacemos algo distinto, o el resultado puede ser que el Frente para la Victoria en 2015 continúe en el gobierno”.

La Nación y Clarín nunca van a servir en bandeja ningún escenario favorable a CFK en las puertas de un año de elecciones. Pero aconsejados, entre otros, por el asesor de imagen y brujo de Mauricio Macri, el ecuatoriano Jaime Durán Barba, la táctica que comenzó a aplicarse es la del miedo y para ello se puede apelar hasta a inflar los porcentajes en favor del kirchnerismo para que el periodismo opositor entreviste a los políticos que lideran los partidos de la opo, los presionen y acorralen para arrancarles, aún a regañadientes, un acuerdo monolítico que los abroquele y les permita restarle chances al oficialismo. Aunque la coalición signifique mezclar el agua con el aceite.

Es que la realidad indica que, hoy por hoy, y más allá de la exageración de cualquier dato, el kirchnerismo va camino a imponerse en primera vuelta. Porque siempre ha venido manteniendo un piso electoral muy por encima del 30 % y la aceptación de la gestión presidencial (CFK) se ha estacionado por encima del 40 %.

Esa es la explicación de por qué la victoria de Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires en los últimos comicios legislativos no le impidió al kirchnerismo confirmar una mayoría absoluta en la composición de las cámaras Alta y Baja en el Congreso Nacional; de la misma forma que en 2009, la victoria de De Narváez sobre Néstor Kirchner, también en territorio bonaerense, selló un virtual empate de fuerzas en el Senado y Diputados, que mantuvo paralizada la labor legislativa y, por ende, la aprobación de cualquier iniciativa más allá de que aquel Grupo “A” anti kirchnerista había asegurado que venía a comerse los chicos crudos para la etapa parlamentaria 2009-2011. Y no tuvieron forma de modificar nada.

La estrategia de Héctor Magnetto representa un arma de doble filo. Podría transformarse en un boomerang. Porque la diferencia que obtuvo CFK por encima de Hermes Binner en la última elección presidencial fue de más de 40 puntos, y la que ha separado a chavistas y antichavistas en Venezuela ha sido mínima o más ajustada.

La opo iría camino, irremediablemente, a ahorcarse con su propia cadena, como se ahorca un perro atado. Será por obra y gracia de su propia táctica y estrategia de agigantar los porcentajes de su archienemiga CFK. Porque la Argentina no es Venezuela y porque las PASO están a la vuelta de la esquina. No dan los tiempos para andar y desandar los pasos preelectorales fijados.

¡Ah! Hoy por hoy, el candidato del FpV es Daniel Scioli y el de la opo Mauricio Macri, aunque inventen una y mil encuestan que favorezcan a Sergio Massa. Lo van a sostener hasta que se concrete –si se concreta– la consagración del Capriles argentino. Para esmerilar las aspiraciones del tigrense está Elisa Carrió. ¿Quién otra? Y… ¿cuánto tardará Lilita en comenzar a proferir descalificativos y denuncias contra Mauricio Macri? Que se haga cargo Héctor Magnetto, el inventor del monstruo.

En 12 años, el Frente para la Victoria ha cosechado un piso electoral lo suficientemente sólido como para quedar a un paso de ganar en primera vuelta en 2015.

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