viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº3688

Panorama Nacional | 14 dic 2014

Panorama Político Nacional

Algunos apuntes periodísticos en el Día de la Democracia

Llega el 13 de diciembre, y con una edad que de a poco deja de ser juventud para empezar a transformarse en adultez, la democracia argentina es festejada como pocas. Ahora bien, ¿cuál fue y es el rol de lo medios en estos años? Aquí, algunos pocos apuntes de ello.


Afortunadamente, nunca hubo ni habrá un periodismo virgen, santo, casto y puro. Como muestra basta recopilar una serie de hechos registrados en los últimos días, y que forman parte del nudo central de este Panorama. Pero esta semana que dejamos atrás nos permitió rememorar y redescubrir tanta valentía en Raúl Alfonsín para sentar en el banquillo de los acusados a los militares que idearon la persecución, detención, tortura y desaparición de más de 30 mil ciudadanos, para recibir como reprimenda el más feroz ataque proveniente del establishment y las corporaciones (la militar a la cabeza), que lo acorralaron hasta provocarle al país la hiperinflación más alta que se tenga memoria. Y se vio obligado a dejar el gobierno seis meses antes de la finalización de su mandato.

Hoy, una visión retrospectiva de todo cuanto ocurrió en 31 años de Joven Democracia nos permite reconocer que aquella decisión del líder radical Raúl Alfonsín, de no obrar como lo iban a hacer, finalmente, los brasileños, uruguayos, chilenos, paraguayos, bolivianos y peruanos –quienes pactaron una tregua y reconciliación de partidos políticos con las Fuerzas Armadas–, sentó jurisprudencia desde la labor de la CONADEP y su conclusión en el Nunca Más, que inmortalizó el fiscal Julio César Strassera y dejó el camino expedito a Néstor Kirchner para que, a partir del 25 de mayo de 2003, pudiera ordenar desempolvar las causas contra los represores y acelerar los Juicios por la Verdad.

Pensar que mucho periodista de renombre aún hoy sostiene, erróneamente, que Alfonsín fue un blando, que tuvo en aquella histórica Plaza de Mayo de Semana Santa de 1987 la posibilidad de no ceder frente al reclamo de los “carapintadas”, cuando en realidad Radio Mitre, que ya estaba de facto en manos de los propietarios de Clarín, eran el parlante que tenían los militares rebeldes para hacer oír sus reclamos y la Iglesia, los grandes empresarios y las empresas periodísticas sostenían a rabiar y estaban codo a codo con Aldo Rico, Ernesto ‘Nabo’ Barreiro y Mohamed Alí Seineldín.

Ha corrida demasiado agua por debajo del puente y hoy el 10 de diciembre de 2014 nos sorprendió con una batería de hechos periodísticos que nos permiten concluir que asistimos a una etapa jugosa en materia de evaluación y análisis de Esto que pasa (rememorando a José ‘Pepe’ Eliaschev) y tenemos la posibilidad de ser espectadores como nunca antes de encontronazos entre colegas que hablan a las claras de que la realidad supera cualquier ficción y no existe, ni existió –tampoco nunca antes– un periodismo virgen, santo, casto y puro.

Decimos etapa jugosa. Si no, no hubiera sido posible ser testigos del cruce que tuvieron como protagonistas a Jorge Rial, Ernesto Tenembaum y Marcelo Zlotogwiazda en TN referido a la etapa periodística que compartieron en la Revista XXI, en la que hubo “cosas raras” (prebendas) con la SIDE y Carlos Vladimiro Corach ministro del Interior durante el menemato.

Tampoco hubiéramos podido descubrir en 6-7-8 (Televisión Pública) la fina y filosa mirada del dirigente político radical Leopoldo Moreau al poner la lupa sobre la pluma desestabilizadora de Joaquín Morales Solá, complotando contra un gobierno democrático asociado a la corporación judicial.

Solá, quien en los años de plomo del Proceso de Reorganización Nacional oficiaba de virtual vocero y hasta fue condecorado por el exgeneral Antonio Domingo Bussi –militar que por aquellos años, además, fue el nexo que materializó su arribo al diario Clarín–, y escribía los panoramas políticos nacionales en aquel periódico, en la misma sección en la que operan hoy Eduardo van der Kooy y Julio Blanck.

En el mismo sentido, a la hora del análisis de lo que vemos y oímos en los medios, si no se hubiese corrido el velo a tanta hipocresía, no hubiera sido posible asistir, televisor mediante, al cruce de posiciones entre un funcionario del Poder Ejecutivo, el secretario de Justicia Julián Álvarez, con los periodistas Omar Lavieri y Romina Manguel para protagonizar los tres un amable cambio de opiniones sobre la mirada política de una noticia y la intencionalidad periodística o no en su publicación.

Afortunadamente para la consolidación del sistema democrático, ya no será posible que un CEO de un medio periodístico (Héctor Magnetto) le responda a un Presidente que es “un obstáculo”, como le dijo en 1989 a Raúl Alfonsín tras la derrota de Eduardo Angeloz a manos de Carlos Saúl Menem, cuando el mandatario le pidió una tregua a los empresarios para que le permitieran llegar al término de su mandato.

También Moreau se refirió a esta anécdota y a la presión mediática sobre la gestión del Padre de la Democracia: “En el gobierno de Alfonsín sufrimos ya estas consecuencias. En aquel momento no existían grupos mediáticos de esta envergadura, pero tuvimos que librar una batalla dura. Yo era presidente de la Comisión de Comunicaciones y en el año 1986, creo, un día recibí un llamado de Magnetto que me invitó a tomar un café. Y me planteó que había que derogar el artículo 45 de la Ley de Radiodifusión. Porque ellos en ese momento estaban queriendo hacerse de Radio Mitre, y abrir el proceso de concentración de medios, y ese artículo lo prohibía. Yo lo hablé con Alfonsín y nosotros nos mantuvimos firmes en no derogar el artículo 45”.

“En el año ‘88 (habíamos perdido la elección parlamentaria del ‘87) nosotros presentamos un proyecto de radiodifusión el 3 de marzo, que era mucho más restrictivo que éste, que establecía un tope de 24 licencias, mientras el nuestro establecía un tope de 4 licencias. Y no lo pudimos sancionar porque perdió Antonio Cafiero la interna frente a Menem, y ya el Grupo tenía un compromiso de Menem (tanto es así que la primera privatización que hubo en la Argentina, apenas asumió, no fue Gas del Estado ni Aerolíneas ni YPF; fue Canal 13, que se lo dan al Grupo Clarín). ¿Qué hacen? Nos impiden sancionar la ley. Nosotros mantenemos el artículo 45 hasta el día en que se va Alfonsín, y esa es una de las razones por las cuales Magnetto le dice en la cara a Alfonsín, cuando Alfonsín pide apoyo para terminar el mandato porque faltaban seis meses: ‘No, el obstáculo es usted’, empujando esta salida”.

“Y apenas el menemismo se hace del gobierno, con la Ley de Reforma del Estado deroga, en una ley ómnibus, el artículo 45, y ahí abre el camino a este fenomenal proceso de concentración que termina con doscientos y pico de licencias en mano de un grupo”.

En 31 años de Democracia el Grupo Clarín impidió por algo más de cuatro la puesta en vigencia en su totalidad de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, aprobada por el Congreso Nacional en 2009. El mismo Clarín que tanto combatió a Raúl Alfonsín. Hay un video que refleja de forma notable la queja y bronca del exmandatario radical.

Más las operaciones de Iglesias Rouco por medio de El Informador Público en los años ‘80 o la gestión de Alfredo Leuco como subdirector de la revista Somos entre los años de la dictadura y la Primavera Democrática, y aquel libro de su autoría Los Herederos de Alfonsín, en el que se demonizaba a la Coordinadora del radicalismo.

Cuando falleció Alfonsín, sólo cuando falleció el líder radical, Leuco se atrevió a pedirle disculpas por tantas mentiras que escribió contra su gestión y sus exfuncionarios. Se vio obligado, sobre todo, porque al final del camino, no hubo un solo dirigente de la Coordinadora o funcionario del gobierno radical que hubiera sido convocado a Tribunales judiciales por casos de corrupción. Apenas si existió un “perejil” por los pollos de Ricardo Mazzorín.

Y con esta anécdota cerramos este Panorama. Con la opinión que vertió oportunamente el periodista Edgardo Mocca, hoy panelista en el programa 6-7-8 para referirse a la frustrada gestión del secretario de Comercio del gobierno radical, el mencionado Mazzorín. Mocca habla de que hay razones para eso. Porque desde los medios se lo quiso aparecer como un episodio de corrupción, un escándalo, cuando en realidad fue algo muy distinto. Quizás estuvo teñido de algunos de los tantos defectos que tuvo el gobierno de Alfonsín, gobierno desastroso en mi opinión, pero al que hay que reconocerle que en materia de corrupción no tuvo mucho para reprocharle, a lo sumo algún que otro hecho menor y aislado, como siempre puede haber en la administración pública.

Lo que pasó acá fue otra cosa: tratando de burlar el congelamiento de precios vigente, la multinacional Cargill organizó un lockout para forzar un aumento. Ricardo Mazzorín, por entonces secretario de Comercio Interior, decidió importar 38.000 toneladas de pollo congelado de Hungría, Venezuela y Brasil, con el objetivo de contrarrestar la jugada sucia de Cargill.

Si bien el éxito de esta contraofensiva no fue total, lo cierto es que el 80 % de esa mercadería se vendió enseguida. El problema fue el 20 % restante. Estas 7.600 toneladas se pudrieron, y el dilema fue qué hacer con semejante cantidad de pollos en mal estado. Se decidió guardarlos en frigoríficos alquilados. Cuando se supo, un par de años después, a mediados del ‘88, que el Estado gastaba mucho dinero en tener guardados los pollos en estado de descomposición, las grandes corporaciones –que ya le habían bajado el pulgar a Alfonsín– lo utilizaron para caerle encima y lanzar acusaciones de corrupción.

Copio ahora un pasaje de la nota de Alejandro Guerrero en Tiempo Argentino del domingo 4 de julio de 2010:

Delante de las cámaras de televisión, el diputado Alberto Albamonte se paseaba por la Plaza de Mayo con un enorme pollo de plástico. Las usinas de rumores empezaron a funcionar a todo tren en casi todas las redacciones.

Así, llegó a decirse que los pollos venían de Chernobyl y tenían contaminación radiactiva, y que toneladas de pollos eran transportadas por las noches, en camiones fantasma, de un lado a otro de la ciudad y del Conurbano, en busca de un lugar donde deshacerse de ellos.

En esa línea, se dijo en todos los corrillos y mentideros que una hilera de esos camiones había descargado cantidades de esos pollos en el Cinturón Ecológico.

Una tarde, Canal 2 envió a uno de sus movileros al Cinturón Ecológico en busca de ‘los pollos de Mazzorín’. El movilero no encontró allí pollo alguno y se comunicó con su jefe.

- Che, acá no hay nada- le dijo.

- No puede ser –contestó el jefe–, algo tiene que haber entre esas montañas de basura. No me importa cómo, pero conseguime un par de pollos para la hora del noticiero.

A las 8 de la noche, el noticiero del 2 mostró unos cuantos ‘pollos de Mazzorín’ que el gobierno había hecho tirar en el Cinturón Ecológico.

Llenos de tierra y de basura, el noticiero mostró esos pollos que el movilero había comprado un rato antes en una pollería del centro de San Martín.

Él mismo los enterró en el basural para, luego, desenterrarlos ‘en exclusiva’. La imagen tuvo un efecto demoledor.

Según consigna la nota, Mazzorín renunció en junio de 1988 y se retiró de la política hasta que, durante el mandato de Jorge Telerman al frente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, fue veedor de licitaciones.

En cuanto a las causas judiciales, fue sobreseído libre de culpa y cargo en 1995.

En 31 años de Democracia, y en conmemoración del Día Universal de los Derechos Humanos, simplemente queríamos reflexionar con aporte de videos, sitios web y blogs sobre la función del periodismo en la Argentina. Afortunadamente, cada día que transcurre se corre el velo sobre una profesión en la que no hay santos, castos, vírgenes y puros. Hasta nosotros tenemos muertos en nuestros roperos…

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