Salvo una catástrofe de último momento, el FpV se encamina a ganar en primera vuelta

Y ya se votó, incluida la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en los distritos donde el PRO, la UCR, el FAP (Frente Amplio Progresista), la Coalición Cívica (CC) y el Frente Renovador (FR) debían cosechar porcentajes muy superiores a los obtenidos porque todo lo que asoma de aquí en más en materia de comicios será favorable al kirchnerismo.

De hecho, según publica este domingo el diario Página/12, la consultora Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) que lidera el sociólogo Roberto Bacman, remarca que la fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini conseguiría el 45,2 por ciento de los votos en la provincia de Buenos Aires si las elecciones fueran hoy.

Consultadas 2.958 personas, el informe del CEOP da cuenta de que hay todavía un 5 % de indecisos en el principal distrito del país, por lo que el Frente para la Victoria (FpV) podría hacer trepar el porcentaje al 47 por ciento, con unos 17 puntos de ventaja sobre la suma de las fórmulas de Cambiemos, la alianza que encabeza Mauricio Macri-Gabriela Michetti, una ventaja muy difícil de descontar en el resto del país. En el tercer lugar aparece Sergio Massa, sumando para Una Nueva Alternativa (UNA), con el 13 por ciento.

Siempre según la misma consultora, en la elección para gobernador, la fórmula Aníbal Fernández-Martín Sabbatella casi triplica a su competidora Julián Domínguez-Fernando Espinoza, pero esta última fórmula recién se está dando a conocer fuertemente.

Hay un presagio que queremos reflejar hoy cuando nadie habla de buenas posibilidades para Margarita Stolbizer (FAP) a la que siempre los encuestadores han dado por debajo del 5 % en las oportunidad en que se presentó como candidata a gobernadora bonaerense y en los hechos, tras los escrutinios, la líder del GEN, como mínimo, duplicó y hasta triplicó esos porcentajes; a esta realidad hay que sumar que en la última edición de este panorama político publicado por ANDigital bajo título de “Los desafíos de Stolbizer”, subrayamos que dos de sus objetivos son superar a Elisa Carrió (CC) y Sergio Massa (FR) por la vía de la recepción de votos progresistas devenidos del radicalismo disgustado por el acuerdo con el PRO.

Por esta razón advertimos que, hoy por hoy, Massa no superaría a la fórmula del FAP (Stolbizer-Olaviaga) pero falta mucho por recorrer y en la Argentina un mes es una eternidad, y en las PASO comenzarán a verse las cartas con la salvedad –hay que hacerla- que esa primera instancia de elección Primaria, Abierta, Simultánea y Obligatoria no definirá nada, solamente habilitará a los candidatos que superen el porcentaje exigido para competir en las urnas en octubre y el párrafo anterior (posibilidades del FAP) refiere a esa contienda de primera vuelta, de porcentajes definitivos.

Es nuestra evaluación. Es nuestro presagio. Como las encuestadoras podemos llegar a equivocarnos, pero los datos son muy fuertes más allá de las numerosas consultoras que movidas “al verde césped” (como decía Don Ángel Labruna, ex futbolista y técnico riverplatense) por el establishment y el Grupo Clarín que desesperan porque los números de los comicios de Santa Fe (por sobre todo), Córdoba que dejó como legado o hecho saliente el cálido saludo del electo gobernador Juan Schiaretti a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su triunfal discurso que indigestó a Macri, Massa y José Manuel De la Sota; más, Mendoza, Tierra del Fuego, más las PASO y primera vuelta en jurisdicción porteña.

Dibujan y dibujan cuadros estadísticos… y nada. Todos los caminos conducen a un triunfo de la fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini en primera vuelta. Tendría que darse un milagro y así como son mínimas las posibilidades para que Martín Lousteau revierta los porcentajes de la primera vuelta en la CABA frente a Horacio Rodríguez Larreta, es igual de mínima la chance de milagro para que el macrismo pase a segunda vuelta tras el escrutinio de octubre.

Pero uno es Católico, Apostólico y Romano y cree en los milagros. Sólo por este detalle vamos otorgar alguna mínima posibilidad a dicho acto de Fe.

Y no es antojadiza esta referencia a lo religioso, porque ya que nos sumergimos en este terreno, no podemos cerrar este panorama sin referirnos a la visita del Papa Francisco a Ecuador, Bolivia y Paraguay. Se nos ocurre concluir que a la derecha argentina (y la de la región sudamericana) no les sale una.

Porque mientras aquí las tapas de Clarín y La Nación (¡las tapas!) mintieron títulos que tenían que ver con un supuesto rechazo del Papa de un regalo de Evo Morales: un cristo clavado en una cruz “comunista” diseñada con una hoz y un martillo reflejaron (una gran mentira desmentida por el propio Pontífice), en medio de la puja de la derecha por competir en las urnas frente a gobiernos supuestamente progresistas, disparó munición gruesa contra el capitalismo salvaje y políticas que tienen que ver con las propuestas de fuerzas como el macrismo de vuelta al pasado, al recalcar que “empecemos reconociendo que necesitamos un cambio”. Y, según publica Página/12 este domingo, para evitar la manipulación del término se apresuró en señalar: “Quiero aclarar, para que no haya malos entendidos, que hablo de los problemas comunes de todos los latinoamericanos y, en general, también de toda la humanidad. Problemas que tienen una matriz global y que hoy ningún Estado puede resolver por sí mismo”.

Y siguió esgrimiendo argumentos que bien podrían estar en la plataforma de muchos partidos de izquierda de la región. “Insisto, digámoslo sin miedo: queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos... y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana madre tierra, como decía San Francisco”.

Ese cambio, dijo el Papa, tiene que atender a nuestra realidad más cercana (“el pago chico”) pero tiene que ser un cambio que también “toque al mundo entero porque hoy la interdependencia planetaria requiere respuestas globales a los problemas locales”. Y agregó que “cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres humanos, cuando la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioeconómico, arruina la sociedad, condena al hombre, lo convierte en esclavo, destruye la fraternidad interhumana, enfrenta pueblo contra pueblo y, como vemos, incluso pone en riesgo esta nuestra casa común, la hermana y madre tierra”.

Hablando en la Catedral de La Paz ya había sentenciado que “si la política se deja dominar por la especulación financiera o la economía se rige únicamente por el paradigma tecnocrático y utilitarista de la máxima producción, no podrán ni siquiera comprender, y menos aún resolver, los grandes problemas que afectan a la humanidad”.

No sólo fueron pronunciamientos teóricos. Bergoglio también fijó rumbos. “La primera tarea es poner la economía al servicio de los pueblos. Los seres humanos y la naturaleza no deben estar al servicio del dinero. Digamos NO a una economía de exclusión e inequidad donde el dinero reina en lugar de servir. Esa economía mata. Esa economía excluye. Esa economía destruye la madre tierra”.

Qué lo parió. ¡Hay que votar al Papa Francisco! ¡Yo lo voto!

* * *