viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº3681

Policiales y Judiciales | 27 may 2014

Decimotercera audiencia

Cuádruple crimen: Amistades, deudas y contradicciones

En una nueva jornada del juicio oral por el denominado femicidio de La Loma, declararon seis testigos, entre quienes se hallaba Carlos Videla, amigo y exvecino de Javier ‘Hiena’ Quiroga, uno de los acusados. Sobre Videla recae una acusación de un excompañero de celda suyo, quien lo sindicó como partícipe de la matanza de las cuatro mujeres. También lo hizo una amiga de Bárbara Santos, que conocía a las otras tres víctimas, y que marcó puntos de diferencia con el relato del remisero Marcelo Tagliaferro.


LA PLATA-BUENOS AIRES (ANDigital) Este lunes se desarrolló la decimotercera audiencia en el juicio que ventila el cuádruple crimen de La Loma, ocurrido entre el 26 y el 27 de noviembre de 2011 en La Plata –en el cual fueron asesinadas Susana de Barttolé, Bárbara Santos, Micaela Galle Santos y Marisol Pereyra–, en la cual declararon seis testigos: el primero de ellos fue Carlos Daniel Videla, un amigo y exvecino de uno de los acusados, Javier ‘Hiena’ Quiroga, a quien dijo conocer desde hace 23 años.

Videla definió su relación con Quiroga como “de amistad” e incluso dijo que lo visitó en dos ocasiones en la Unidad Penal de Melchor Romero debido a que la madre del albañil le manifestó que sería bueno que lo fuera a visitar para mejorar el ánimo de su hijo.

Cabe mencionar que Videla fue sindicado por un detenido que compartió celda con Quiroga como partícipe de la matanza de las cuatro mujeres. El detenido Oscar Peña Devito deberá prestar declaración para dar detalles de éste y otros puntos en el juicio el lunes 9 de junio.

Uno de los datos salientes de la jornada se dio cuando Videla contó que el lunes posterior a los hechos llevó a su amigo a buscar un tablero de dibujo que le regaló el dueño de la fábrica Petroplásticos. Sostuvo que horas después de los hechos, vio a su amigo con la mano vendada: “Me dijo que el corte que se había hecho fue debido a que estaba trabajando con una amoladora”, contó.

El declarante relató además que desde el año 2010 no es más vecino del hoy acusado, con quien trabajó en la misma empresa y a quien jamás vio jugando al fútbol, ya que según los dichos de Julio Armides Cejas, tanto Quiroga como Osvaldo Martínez jugaban juntos en una cancha lindera al barrio La Granja.

Consultado por Julio Beley –abogado defensor del otro imputado, Martínez– sobre si en alguna ocasión Quiroga le había mencionado al ‘Karateca’, Videla expresó que “nunca”. Además, agregó que “Quiroga tenía problemas con el alcohol y tengo conocimiento de que consumía drogas”, aunque dijo que bajo los efectos de sustancias tóxicas era “tranquilo y que nunca lo vio exaltado, siendo que su actitud era normal”, aunque esta información chocó con lo expuesto por otra testigo en la audiencia de este lunes.

Se trata de Sonia Elisabeth Domínguez, una amiga de Susana De Barttolé, quien además conoció a Quiroga porque éste solía ir a su almacén del barrio La Granja a hacer compras: “Mi esposo me recomendó que si veía a este hombre tomado, no le abriera la puerta porque se ponía agresivo”, relató la mujer.

Agregó que Quiroga volvió al complejo de departamentos en donde ocurrió la masacre a los pocos días: “Fue al departamento de Silvia Matsunaga para reparar un ventilador mientras los subcomisarios Pedro José Beltrame y Damián Andrés Gallini tomaban declaración testimonial a vecinos de la zona”, contó, al tiempo que agregó haber conocido a “La Flaca” y a “La Japo”.


Relaciones

Mercedes Zelada y María Marta Bocchetto, dos amigas que trabajaron con Santos en la Junta Electoral, dijeron que Martínez era celoso y que lo sabían por comentarios de Bárbara. La última dijo que la noche anterior a la masacre se contactó con ella por teléfono: “Ese viernes dijo que no iba a hacer nada. Al otro día la llamé, 8.30 de la noche. A mí no me comentó que tuviera planes para hacer algo esa noche”, contó. Este punto también colisiona con lo expuesto por el remisero Marcelo Tagliaferro, quien dijo que las chicas tenían pensado salir ese sábado.

En tanto, Natalia Díaz, quien era amiga de Bárbara Santos y conocía a las otras tres víctimas, también declaró este lunes y dio cuenta que conoció a “Barbi” porque iban juntas a la secundaria en el Colegio Normal 3. Díaz relató que con la novia de Martínez “nos hablábamos con frecuencia y nos veíamos cuando ella iba a buscar a la nena al colegio San Cayetano, porque mi nena iba al mismo. Hubo episodios en donde me contó cosas de Martínez. La trató de prostituta, de trola, según le dijo a Sofía Faes. Le dije a Bárbara que vaya y hable con Sofía, quien le negó todo lo que había dicho, Bárbara no sabía a quién creerle”, dijo.

En cuanto al trato de Osvaldo con Micaela, dijo lo que según Bárbara le contaba: “’Alito’ era atento con la niña, era una de las cosas que le interesaban, que cuando la nena se enfermó, él la llevó de urgencia en el último tiempo. Cuando hablaba por teléfono y ella me preguntaba cómo estaba la relación, a veces me decía ‘bien’, con alegría, y otras me decía ‘bien’, con un tono malo”.

Al momento de narrar qué hizo Díaz cuando se enteró de la masacre, se quebró en llanto y su declaración fue interrumpida por el dolor, y recordó la última vez que vio a su amiga: “Fue muy doloroso eso, la última vez que la vi a Bárbara fue el martes anterior en la puerta del colegio, estaban hermosas. Mica había salido de la operación y me mostró la cicatriz señalándose la panza. Quedamos en juntarnos el 1º de diciembre para comer algo como hacíamos casi siempre”, rememoró.

Definió a Susana como “una excelente persona” quien trabajaba en el Poder Judicial: “La última vez que fui fue el 4 de abril de 2011, hicieron un pijama party. Llegue con mis nenas y Susana estaba enojada porque Bárbara y Martínez no estaban y las nenas querían comer. Habían ido a comprar gaseosa y mandaron a Soledad Faes. Volvieron Bárbara y Martínez y trajeron gaseosa, le dieron de comer a las nenas y Martínez fue y compró pizza para que comamos nosotros, Bárbara, él y yo”, dijo.

La declarante manifestó que en su adolescencia fue novia de Fabián Lencina, testigo que declaró el pasado jueves haber visto una secuencia diferentes a la que describió el remisero Marcelo Tagliaferro.

“El señor Lencina conocía a Bárbara Santos. Yo ya era amiga de Bárbara y salíamos antes con él”, relató. El abogado querellante, Marcelo Ponce Núñez, que representa los intereses de Daniel Galle, solicitó un careo con Lencina debido a que este último dijo no conocer a ninguna de las víctimas. Para esta parte, lo expuesto por Díaz se contradice con los dichos de Lencina, quien relató no conocer a ninguna de las mujeres ultimadas en el PH 5 de la calle 28 al 467.

Es por eso que el Tribunal integrado por Ernesto Domenech, Santiago Paolini y Andrés Vitali dispuso que se realice un careo entre Díaz y Lencina para aclarar este punto.

En cuanto a Susana, dijo que la madre de Santos tenía deudas, al igual que lo expuesto por un compañero de trabajo de De Barttolé, quien este viernes contó que Marisol Pereyra “a dos o tres meses” de que ocurriera la masacre visitó a Susana en su trabajo.

Este punto contradice los dichos de Marcelo Tagliaferro (el remisero) quien manifestó que Pereyra le dijo que quería visitar a una amiga que hacía 3 años que no veía, haciendo mención a Susana De Barttolé.

Por último, Díaz contó que el testigo Lencina se contactó con su madre, a quien le dijo que tuviera cuidado porque se trataba de una persona mentirosa.

Esto generó que Claudia Robles, madre de la disiente, fuera citada a declarar en dicha audiencia para explicar a qué se debió el contacto, y confirmó los dichos de Lencina cuando contó que pasó por el lugar de los hechos la noche en que se cometieron. Lo desacreditó cuando dijo que le “llamó la atención eso, porque yo recordaba que era una persona fabuladora”.

En tanto, la tarotista y amiga de Susana, Sonia Domínguez, quedó a disposición del Tribunal para consultas o careos. Dijo que, según le contó una panadera de 13 años, Quiroga y “Alito” Martínez jugaban al fútbol en una cancha lindera al barrio La Granja. “No volví a verla a esa chica”, contó.

Sobre Susana, agregó el dato de que el mediodía del 26 de noviembre vio cómo De Barttolé recibía en su casa un papel. Al hacerlo ella me dijo: “Éste es mi salvavidas”, presumiendo que se trataba de dinero. “Susana quería saldar sus deudas porque tenía el sueldo embargado y antes de tenerlo en limpio debía saldar préstamos”, contó Domínguez.

“Ese papel lo puso debajo de la computadora, que estaba en la pieza de Bárbara. La vi hacer eso porque justo pedí permiso para ir al baño antes de irme”, relató. Esta manifestación generó dudas porque la disiente no pudo acreditar en primer término haber visto este movimiento desde el comedor, lugar en el cual ella dijo haber permanecido durante la visita.

Este martes, a partir de las 9 horas, se reiniciarán las audiencias. (ANDigital)

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