Descubren un campo de concentración animal en Alejandro Korn

SAN VICENTE-BUENOS AIRES (ANDigital) Los dueños de “la quinta del horror” en Alejandro Korn arrebatan de sus hogares a los caballos y los doman a golpes de pala para poder ser revendidos a los carreros.

Los equinos sufren este sometimiento a diario y los que logran sobrevivir terminan sus días atados a un carro trasladando basura, drogas y autopartes. Los que no pueden escapar de esto, son carneados para darle de comer a los perros hambrientos que viven en el mismo predio.

Perros que viven atados con cadenas, golpeados y con un miedo constante son parte de un triste escenario rural de la provincia de Buenos Aires. Otros tantos, son drogados para correr en las carreras de galgos. La historia de un caso de crueldad que cuesta creer que se dé en estos tiempos.

Esta situación merece salir a la luz. Ha excedido todos los límites de la crueldad conocida y no puede quedar impune. Los que hicieron la denuncia advierten que han estado en uno de los peores lugares a los pudieron entrar y aseguran que la impotencia y dolor de haber visto lo inimaginable hace que hoy pidan la ayuda de todos los lectores.

Durante el segundo fin de semana de agosto de este año, una Patrulla Rural de la Policía Bonaerense realizó un allanamiento en conjunto en una quinta de San Vicente ubicada en la calle Santiago del Estero 432, el operativo se hizo en forma conjunta con activistas nucleados en el Centro de Rehabilitación y Rescate de Equinos.

En la ONG se recibió un video en donde se maltrataba a un caballo. En las imágenes se puede ver a las claras cómo dentro de la propiedad un caballo está atado a un carro rojo y se lo doma pegándole repetidas veces con una pala. El equino gira en varias oportunidades arrastrando el carro para tratar de no recibir más golpes, pero lo único que recibe son más palazos. En una oportunidad hasta se llega a agachar del dolor.

Es así que junto a las muchas denuncias que había, se envió una copia del video a la Patrulla Rural para pedirle a la Justicia un posterior y urgente allanamiento a fin de rescatar al animal.

“Al hablar con distintos oficiales, nos dijeron que no podían creer que tengamos un video, ya que siempre quisieron entrar para secuestrar a los animales. A la familia se la conoce por robar caballos y pese a la cantidad de denuncias, en las fiscalías nunca se otorgaba la orden de ingreso. Decían que las fotos podían “ser buscadas”, el hombre podía estar sosteniendo la pala en el aire pero podía no pegarle con ella. Solo un video podía demostrar la realidad, y ahí estaba en las manos de todos y era lo necesario para pedir la orden, dijeron desde la organización que lucha por los derechos de los animales.

Horas más tarde, la denuncia y el video estaban en manos del fiscal de La Plata Fernando Cartasegna, de la Unidad Funcional 4. Fuentes del caso indicaron que pese a tener el video seguía sin otorgar el allanamiento, tras la creciente insistencia de los oficiales, el operativo se dispuso para el pasado domingo. En el allanamiento participaron efectivos policiales y de Gendarmería junto al médico veterinario, Edgardo Di Salvo.

 

Campo de concentración animal

A las 6 de la mañana del domingo 14 de agosto una comitiva se reunió en el destacamento de San Vicente y partió junto a los móviles para realizar el operativo. Todos los oficiales estaban con sus armas largas listos para actuar. Irrumpieron en la vivienda y en un abrir y cerrar de ojos los oficiales estaban por todo el predio revisando que no haya personas armadas.

Allí se encontraron con el horror total. A todos los esperaba un campo lleno de desolación y dolor, en el crudo escenario había animales carneados pudriéndose por todos lados. Muchos perros (la mayoría galgos) estaban hambrientos y con mucho miedo. “Algunos comían los cuerpos descompuestos de los que habían muerto. Se encontraron restos óseos de caballos, vacas y cerdos”, indicaron testigos de los hechos ante ANDigital.

El hedor de los cadáveres y las vísceras que estaban por todo el lugar para alimentar a los animales era nauseabundo. “Nos descomponía pese a taparnos la boca. Hemos estado cerca de animales que han muerto pero el espantoso olor helaba la sangre”, refirieron.

En esa quinta había huesos desparramados, objetos empleados para el abuso, golpes, y torturas.

Las fotos a las que accedió este medio reflejan tan solo una fracción de todo lo que se pudo observar ahí. Animales lastimados y con signos de haber sido golpeados por doquier. Había hasta una perra que parió entre dos tambores metálicos para que los cerdos no pudieran comerse las crías. Otra madre yacía en un container plástico tratando de cuidar a la única cría que le quedaba mientras un chancho hambriento caminaba solo a unos metros.

Los oficiales solicitaron de inmediato los papeles de los caballos a las personas que ocupaban la quinta pero ninguno contaba con libretas sanitarias u otra documentación que acreditaran la titularidad de los cinco equinos.

Uno de los caballos, el más lastimado estaba “engalponado”. Se encontraba encerrado en un cuarto de chapa muy precario con autopartes desde donde no podía verse. Era un potro cubierto de latigazos en todo su cuerpo y rostro. La policía lo sacó inmediatamente y el caballo tiraba con las pocas fuerzas que tenía por el miedo que sentía.

En ese mismo momento, se hizo presente el padre de la persona que residía en el lugar. Estaba sumamente tranquilo diciendo “si vienen por los caballos no hay problema. Son todos míos menos el blanco, no tengo los papeles pero como ven están gordos y cuidados. Llévenselos si quieren”.

“Ahí mismo comprendimos en cinismo con el que nos hablaba, él ya sabía que con un llamado se los iban a devolver”, dijeron desde la ONG.

Los testigos cuentan que los maltratadores irónicamente se pusieron a ayudar a subir a los animales al batán. Lo que no esperaban era que además de los caballos les empiecen a sacar a los galgos y pitbulls y al sorprenderse por la situación levemente, empezaron a escucharse tiros de los campos vecinos, por lo que los animales se espantaron y empezaron a correr por todos lados, muchos de ellos se iban a los campos vecinos y cada vez que eran llamados pese a tener comida en la mano, se enrollaban en el lugar sin moverse asustados o corrían lejos.

“Los tiros duraron durante varios minutos, por lo que tuvimos que agruparnos y la policía tuvo que mover sus vehículos para protegernos hasta que se detuvieron los disparos y pudimos levantar a los perros que quedaban. Varios se encontraban tirados sin poder levantarse por lo que tuvieron que ser trasladados en brazos hasta el batán”, contaron.

Pese a eso fueron desatados los perros que vivían encadenados por todo el campo, todos temblaban del miedo y tiraban su cadena lo más lejos posible esperando que el golpe llegara. Mismo un perro que estaba apartado y atado en un extremo rodeado de sus vómitos y excrementos gruñó, fue el único. Los rescatistas se acercaron igual a hacer el mismo procedimiento que con los otros y a los pocos minutos empezó a responder y dejó que lo acariciaran. Terminó jugando con proteccionistas en el pasto.

En cerca de 40 minutos, muchas protectoras independientes y de galgos se fueron comunicando con activistas para transitar a los animales y conseguirles un hogar.

Se pudieron rescatar 6 caballos y 21 perros. El hombre que se ve en el video golpeando al equino fue imputado. Se lo identificó como Juan José Gómez y enfrenta cargos por la infracción a la ley Sarmiento que pena con prisión a quienes maltraten a animales.

Resta mencionar que el operativo policial estuvo al mando del oficial Capitán Claudio Barroso.

 

La Justicia, en deuda

Al llegar a la dependencia de San Vicente, sin siquiera haber leído el informe veterinario, el fiscal Fernando Cartasegna de la UFI Nº 4 de La Plata ordenó que inmediatamente se devolvieran al mismo lugar a todos los perros y a 3 de los 5 caballos rescatados. Esa fue su orden y pese a la insistencia de Patrulla Rural no cambió de opinión.

Aquí nace la bronca de los denunciantes porque el fiscal ordenó devolver a los animales al campo de la muerte en menos de cinco minutos. “Los contactos políticos de estos malvivientes hacen que hoy por hoy muchos animales paguen con su vida. Viendo el inminente final de los animales tratamos de hacer un acuerdo con su dueño mientras estaba llevándoselos. Tratamos de salvar a la mayor cantidad de perros y caballos posible. Ellos solo querían los 2 galgos “empapelados” que estaban notoriamente inyectados con drogas para mejorar su rendimiento en las corridas de galgos y los 3 caballos”, señalaron los rescatistas.

La policía medió junto a los proteccionistas y le pidió que les entregue los 13 galgos lastimados restantes y a los 6 pitbulls a cambio de los otros. Accedieron y se firmó la entrega en la dependencia.

Aún hay 2 galgos y 3 caballos que tuvieron que volver junto a los perros que se escaparon. Están condenados a la tortura y el maltrato por una decisión incomprensible. Hay videos que muestran como son golpeados, fotos e imágenes del lugar insalubre donde viven.

“Al principio sentimos impotencia, bronca e indignación. No puede ser que ellos ganen, no podemos permitirle a los maltratadores disfrutar de una victoria que los deje impunes. Es por eso que vamos a pelear en este caso. Pero necesitamos la máxima difusión”, cerraron los proteccionistas. (ANDigital)