El nuevo jefe de la Policía Bonaerense ya se convirtió en político profesional

Empezó mal el nuevo jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. A pocos días de asumir, ya se convirtió en político profesional y apeló a los clichés clásicos en la problemática de la inseguridad.

Comenzó con el trillado “nosotros los detenemos, la Justicia los libera...”, para después expresarse en contra de bajar la edad de imputabilidad penal de los menores y perorar sobre “inclusión social” y “falta de oportunidades”

Los integrantes del sistema penal, entre los que se encuentra el superintendente general de la Policía, no tenemos la más mínima injerencia en otras áreas del Estado, tales como las referidas a la inclusión social, a las políticas laborales, educativas, sanitarias, etcétera.

Así como el ministro de Salud no se entromete en la política criminal, ni los jueces, ni los fiscales, ni el jefe de Policía hablamos sobre la currícula escolar ni sobre el calendario de la pesca de la merluza...

Parece que el nuevo jefe de la Policía sabe un poco de todo y quiere demostrarlo en los canales de televisión.

Evidentemente, el sillón del segundo despacho en importancia del Ministerio de Seguridad funciona como un efectivo transformador de uniformados en políticos en campaña permanente.

Ojalá el dispositivo también tenga una función para convertir a los jefes designados en buenos líderes de la institución policial.