jueves 02 de mayo de 2024 - Edición Nº3694

Política | 19 ene 2015

Opinión

Alentado a realizar una presentación sin pruebas ni argumentos sólidos

La denuncia del fiscal Alberto Nisman era descabellada, no tenía ni pies ni cabeza y acicateado por una parte de los que protagonizan desde 2008 una feroz puja contra la gestión K, encabezados por el Grupo Clarín, se tiró a una pileta que no tenía agua. Cuando sonó la campana, sus pares de la Justicia, Interpol y la realidad le hicieron notar que estaba solo contra todos en el centro del ring. Sin otra alternativa que tirar la toalla o pegarse un tiro.


En nuestro Panorama Político Nacional publicado este domingo, el fantasma del suicidio del fiscal Alberto Nisman estuvo rondando en todo el análisis que efectuamos respecto de su iniciativa y exigencia de que sea citada a indagatoria la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el canciller Héctor Timerman por supuesto encubrimiento de los terroristas iraníes que habrían perpetrado el atentado a la sede de la AMIA el 18 de julio de 1994.

Quien suscribe estas líneas no se atrevió a ir tan lejos como para concluir que si le salía mal la jugada contra el Gobierno nacional sólo le iba a caber la salida del suicidio.

Pero estábamos convencidos de que su denuncia era descabellada, no tenía ni pies ni cabeza y alentado por una parte de los que protagonizan desde 2008 una feroz puja contra la gestión K, encabezados por el Grupo Clarín, se tiró a una pileta que no tenía agua.

Nisman terminó suicidándose, al menos es la primera conclusión a la que arribó quien suscribe los panoramas políticos dominicales de ANDigital. Si las pericias terminan por confirmar otro móvil que el suicidio, reconoceremos nuestra equivocación, de forma que siempre respetaremos lo que dictamine la Justicia que examina el cadáver del titular de la Unidad Fiscal AMIA, y al respecto, la fiscal Viviana Fein acaba de confirmar que murió de un solo disparo y no hay testigos del trágico hecho.

En rueda de periodistas, recordábamos aquellos dichos de Oscar Natalio ‘Ringo’ Bonavena quien daba a entender que en un imaginario ring de boxeo todos te soplan al oído que “pegále, pegále, seguí pegándole que lo estás matando” al rival, pero resulta que cuando suena la campana te quedas sólo frente a tu rival.

‘Ringo’ dijo textualmente: “Uno tiene un representante o mánager, un masajista que le ablanda a uno el cuerpo, recibe consejos hasta del promotor, alguno se lleva más dinero que el propio boxeador; pero lo cierto es que cuando suena la campana, te sacan el banquito y uno se queda solo”.

Al fiscal Alberto Nisman lo alentaron a presentar la denuncia y el hombre lo hizo sin tener pruebas ni argumentos consistentes. Las escuchas no terminan por confirmarse como pruebas sólidas para justificar semejante acusación contra una mandataria y en 48 horas, sus pares Rodolfo Canicoba Corral, juez de la causa AMIA, y la jueza federal María Romilda Servini de Cubría le propinaron los dos primeros rotundos reveses; mientras que desde el exterior el exsecretario general de Interpol, Ronald Noble, fue categórico en el texto de un correo electrónico que dirigió al canciller Timerman en el que concluyó: “Lo que dice el fiscal Nisman es falso”.

Y para fundamentar su posición, aclaró que “ninguna autoridad argentina trató de cancelar los alertas rojos contra los acusados iraníes, ni se sugirió que no fueran responsables del ataque a la AMIA. Además, destacó la firma del memorándum porque fue un intento por destrabar la causa. Reconoció que se vio “totalmente” sorprendido por las declaraciones del controvertido fiscal.

No puede soslayarse que Nisman efectuó la denuncia en una semana en la que los medios hegemónicos insistieron hasta el hartazgo en calificar de tibia reacción del Gobierno frente al salvaje atentado que terroristas solventados por Al Qaeda perpetraron contra la publicación francesa Charlie Hebdo con 12 muertos como saldo. Clarín hasta mintió en un título de tapa que el canciller Héctor Timerman había recibido la orden de CFK de no asistir a la marcha contra el terrorismo cuando, en contrapartida, sí asistió a esa multitudinaria manifestación y se encargó de exponer a los medios esta falacia de los medios opositores en una conferencia de prensa que ofreció en la Casa Rosada.

Pero, además de los reveses que cosechó su denuncia en su ámbito judicial, los argumentos se fueron cayendo uno a uno. Por citar un ejemplo contundente: el fiscal había declarado en diferentes programas de TN y Canal 13 del Grupo Clarín -que le dio cobijo pocas horas después de que hubiera realizado la presentación contra el Gobierno- se encubría a Irán por dinero y petróleo y nunca hubo una sola gota de petróleo iraní que hubiera ingresado al país hasta hoy. Y los movimientos de dinero e intercambio comercial fueron mínimos. Nisman fue anoticiado de esta realidad.

Y si semejante presentación judicial tenía como protagonistas al titular de la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat Luis D’Elía y al líder del movimiento piquetero Quebracho, Fernando Esteche, la sospecha de que no había nada sólido en la iniciativa se hizo notar, a tal punto que el mismo Esteche se sorprendió de estar vinculado en semejante culebrón con mucho contenido de “pescado podrido”.

La sensación de que la idea del suicidio andaba rondando en la mente del fiscal nosotros la tuvimos cuando puso como escudo a su hija de 15 años a la que le habría advertido que iban a venir horas difíciles para él y aconsejarle que no creyera tanta cosa que se pudiera decir acerca de su rol en la causa AMIA. Hay infinidad de casos en los que siempre se ha apelado a ésta estrategia para comenzar a abrir un paraguas en momentos duros para quienes saben que deberán sobrellevar momentos de desequilibrio emocional.

En la tarde del lunes, la comisión de Legislación Penal, se reunirá “igual” confirmó la diputada nacional por el PRO, Patricia Bullrich, titular de ese cuerpo legislativo. El encuentro se desarrollará a partir de las 15, participarán los diputados del kirchnerismo y al mismo había sido convocado el fallecido fiscal Alberto Nisman, quien iba a informar sobre sus investigaciones que involucran a la presidenta Cristina Fernández con el caso AMIA.

Nunca es triste la verdad. Lo que no tiene es remedio. A Nisman lo alentaron para ir al frente sin elementos mínimos para justificar una denuncia tras no haber hecho nada por la causa AMIA en 10 años de gestión a cargo de la Unidad Fiscal AMIA. Pero sonó la campana y en sólo 48 horas, sus pares de la Justicia, Interpol y la realidad le hicieron notar que estaba solo contra todos en el centro del ring. Sin otra alternativa que tirar la toalla o pegarse un tiro.

 

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