viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº3681

Política | 1 jun 2016

Análisis

Francisco y Macri: Una relación difícil pero necesaria

La opinión pública advierte una clara diferencia entre la relación del Papa con el Jefe de Estado y con Cristina Fernández de Kirchner cuando era presidenta. En el primer caso solo el 29 % considera que la relación es buena, en cambio para el 56 %, la exmandataría y Jorge Bergoglio tenían una buena relación.


En los últimos días la relación entre el Papa Francisco y Mauricio Macri cobró un lugar especial en la agenda pública. Luego del frío recibimiento, en febrero pasado, del Sumo Pontífice al presidente electo quedó claro que la relación iba a ser difícil o al menos distante.

Qué imagen tiene el Papa Francisco y cómo es su relación con Mauricio Macri, son los principales interrogantes del último estudio de Fuente Primaria en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

El Papa Francisco tiene una imagen positiva del 76 %. Se compone de quienes tiene una “muy buena” imagen, 49 % y quienes tienen una “buena” imagen, 27 %. Si lo analizamos por zonas dentro del conglomerado AMBA, su imagen aumenta a 81 % en el Gran Buenos Aires, y baja a 69 % en Ciudad de Buenos Aires. También hay diferencias por grupos de edad, su consideración mejora en personas mayores a 50 años y desciende entre jóvenes de 18 a 29 años.

La opinión pública advierte una clara diferencia entre la relación de Francisco con Mauricio Macri y con Cristina Fernández de Kirchner cuando era presidenta. En el primer caso solo el 29 % considera que la relación es buena, en cambio para el 56 %, la exmandataría y el Papa tenían una buena relación.

Otro de los grandes interrogantes por estos días es cuánto influye la opinión Francisco en la política doméstica. Para la opinión pública su influencia es relativa, el 43 % considera que influye poco y el 42 % opina que influye bastante en la vida política local. No hay una posición dominante en este tema, al menos en la opinión pública.

A la vista de los resultados electorales de octubre pasado, Cristina podría decir que su buena relación con Francisco no fue del todo productiva porque sus candidatos perdieron, y Macri podría argumentar que sin el aval explícito del Papa logro la triple corona: Ciudad, Provincia y Nación.

Estás conclusiones son exageradamente lineales, la realidad es mucho más compleja y los grados de influencia de Francisco se leen entrelíneas. Para bien de la Nación, esperamos que la prudencia, una de las virtudes cardinales de Aristóteles, se imponga por encima de las estrategias particulares, de unos y otros.

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