miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº3686

Política | 9 oct 2017

Opinión

Argentina S. A. (Mentiras o espejismos del liberalismo)

Como cada semana, en el texto su autor desglosa una mirada crítica y ácida sobre el gobierno del presidente Mauricio Macri y sus políticas económicas de ajuste y flexibilización.


“A cada uno según su capacidad”, es uno de los axiomas del capitalismo. “Vamos todos juntos”, lo cual sería óptimo si no fuera solo lo que es: una consigna. Cambiemos se caracteriza en este momento en decir que éste es el camino y que nos llevará veinte años en lograr la tan promovida pobreza cero y tantas otras promesas incumplidas. En realidad, lo que quisieron decir es “vengan detrás nuestro”, pero solo alguna pequeña parte que se adapte a las nuevas directivas para llegar a la felicidad prometida. Los medios para tal cosa indican que debe ser la renuncia a todas las conquistas sociales logradas en muchos años de lucha, retroceso que nos llevaría a fines del siglo XIX cuando nuestro modelo agroexportador permitía ser apenas un apéndice del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, lo que implicaba superabundancia para unos pocos y miseria a raudales para el resto. Sí ciudadano, se pretende la vuelta a tal modelo, más el agregado de ser los proveedores de materia prima de los países centrales; es decir, una colonia cautiva mediante la deuda acumulada en 21 meses del gobierno de Cambiemos. Acaso ¿puede Ud. negarlo?

La flexibilización laboral, el despido sin indemnización, el cambio en las remuneraciones, la pérdida de poder o eliminación de los sindicatos con el solo objetivo primario de aumentar la competitividad y bajar costos; esto último parece ser que no les permite llegar a fin de mes a los grandes empresarios (el hilo se corta por lo más fino: el trabajador).

Para las exigencias externas, la libre importación de mercancías está acabando con la industria nacional. Mientras el resto de los países del mundo ejercen el proteccionismo más severo para proteger sus respectivas economías. Nosotros los ayudamos comprandole a ellos, a costa de la desocupación y miseria que resulta de esa conducta y la cuantiosa deuda adquirida por la Nación y las provincias. Claro, cuando le preguntaron al presidente Mauricio Macri ¿por qué le permitió blanquear tantos millones a su hermano y amigos? Refiriéndose a la misma pregunta que manifestó la expresidente Cristina Kirchner, Mauri contestó: “Eso no te lo voy a responder, mejor que la expresidente haga propuestas y no preguntas”. ¡Un caradura!

Hay algo que no por abundante es bueno, me refiero a la conducta de muchos ciudadanos de creer a pié juntillas cada una de las consignas oficialistas, cuando la realidad nos señala el aumento de la desocupación, la inflación, el renacimiento, crecimiento y ascenso exponencial de la población de los comedores, la manipulación de ciertos sectores de la Justicia, operaciones de prensa, silenciamiento de periodistas opositores y, para agravar más, la destrucción de las instituciones, el manejo de tales organismos del Estado como si fueran propiedad privada del presidente y sus lacayos, o directamente el Estado como si fuera mercancía. Porque en realidad lo piensan, para el sistema liberal todo lo es, ello tiene un costo y hay que bajarlo; agreguemos la salud otro bien que es negocio para ellos, y todo lo que a Ud. se le ocurra. Si perece un trabajador en su tarea, se encargará el seguro pero les dolerá el tiempo perdido para finalizar la obra y que esta dé ganancias. Si ciudadano, el sueño americano que pretenden imponer a toda costa nos transforma a todos en cosas que producen bienes de capital o servicios para vender.

No importa el valor humano, ni la educación con valores éticos, ni pensar en el amor patrio. Recuerde el discurso del 9 de Julio de 2016: “Nuestros próceres debieron sentir angustia al liberarse de España”. A nuestro presidente le falta no solo caletre, sino también moral. La ventaja para nosotros es que es una ostra: cuanto más abre la boca más se entierra, lamentablemente nos enterrará a todos si no lo frenamos pronto. Y me olvidaba: ¿Dónde está Santiago Maldonado?

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