Solicitaron el cese de la prisión domiciliaria que beneficia al represor Etchecolatz

LA PLATA-BUENOS AIRES (ANDigital) La Justicia federal le otorgó en diciembre el beneficio de la prisión domiciliaria al represor Miguel Etchecolatz, y a partir de allí reside en una vivienda ubicada en el barrio lindero de los bosques marplatenses de Peralta Ramos.

A más de un mes de ese hecho, organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos pidieron el cese de la medida con un repudio público frente al TOF 1 de La Plata, además presentaron un escrito al que esperan que se dé curso y tratamiento favorable por parte de los magistrados.

En total son 15 los represores que en la ciudad de Mar del Plata cuentan con prisión domiciliaria, entre ellos está uno de los mayores genocidas que tiene la historia Argentina, el excomisario Miguel Etchecolatz.

Los vecinos del barrio no lo quieren por obvias razones y más si se tiene en cuenta que muchos de los frentistas han sido sobrevivientes del terrorismo de Estado o bien son familiares de víctimas de la última dictadura cívico-militar.

A pocas cuadras de la casa de Etchecolatz vive Juan Miguel Wolk, hombre que estuvo a cargo del denominado “Pozo de Banfield”, es uno de los 14 hombres (entre exgendarmes y prefectos) que cuenta con el beneficio de la morigeración.

Con la consigna “la única casa para un genocida es la cárcel”, organizaciones de derechos humanos y militantes de diferentes partidos políticos acompañados por integrantes de la Comisión Provincial por la Memoria presentaron este lunes en el Tribunal Oral y Federal 1 de La Plata (11 y 47) un pedido para que Etchecolatz vuelva a la cárcel.

Cabe señalar que sobre él pesan cuatro condenas a cadena perpetua ya que estuvo a cargo de, al menos, 21 centros clandestinos de detención y además hay seis sentencias en su contra con crímenes de lesa humanidad probados.

El excomisario fue beneficiado con la prisión domiciliaria luego de que sus abogados presentaran un planteo en el que daban cuenta de que necesitaba cuidados específicos para su salud, los cuales no se le podían brindar en una unidad penal y se ampararon en la avanzada edad del represor (88).

“Este asesino fue el responsable de la Dirección de Investigaciones de la Policía Bonaerense, probado autor de miles de terribles crímenes durante la dictadura y principal sospechado de la segunda desaparición de Jorge Julio López. Hoy la justicia cómplice lo premia con el beneficio de la domiciliaria, al igual que a otros cientos de genocidas”, expuso Juan Bonatto, integrante del Centro de Abogados por los Derechos Humanos.

Finalmente, recalcó: “llamamos a continuar la movilización unitaria para que estos asesinos vuelvan a su lugar: la cárcel común. No más domiciliarias y beneficios a los genocidas y sus cómplices, cárcel común, perpetua y efectiva a Etchecolatz y a todos los asesinos del proceso”. (ANDigital)