sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº3682

Política | 19 ago 2018

Opinión

Vivir con lo nuestro es para la gilada

Breve pero contundentemente, el autor plasma el modelo económico del gobierno de Mauricio Macri, a quien tilda de ignorante.


“Es necesario que Argentina trabaje y produzca algo más que pasto.
Es necesario economizar –no importar- hasta 
donde nos sea posible el valor del trabajo
que hoy pagamos al extranjero, porque esa economía aumenta en otro tanto nuestra riqueza”. 

Carlos Pellegrini (Debate sobre la defensa de la Industria Nacional, 1876) 

Mauricio Macri padece de dos males que se retroalimentan: la codicia junto con el deseo de ganancias rápidas y la ignorancia de nuestra historia (porque no le interesa). Ya en el último cuarto del siglo XIX claramente exponía el estadista citado sobre la capacidad potencial para desarrollar en el país, pero “la oligarquía con olor a bosta” (D.F. Sarmiento) tenía otros planes: asociada a los intereses británicos coincidía en que el Reino Unido debía ser la proveedora de manufacturas y Argentina la granja proveedora de alimentos. O sea, comprar caro y vender productos baratos, estableciendo un sistema económico dependiente. Ignorancia que llega al éxtasis al expresar: “Con la próxima cosecha salimos de esta situación”. El concepto de que hay que bajar costos laborales, liberar las importaciones al punto de condenar a la extinción de industrias (la textil por ejemplo), es demoledor. La respuesta oficial es: ¡Reconviértanse! 

Todo apunta una reducción de la ocupación formando un ejército de desocupados que trabaje por chauchas y palitos. Si bien la naturaleza ha sido pródiga en materias estratégicas, no menos cierto es que se encuentran alejadas de los centros de consumo y producción. Es más fácil esperar que crezcan las mieses y que engorden los ganados (eso ya fue), que aventurarse a empresas esforzadas pero con mayor rédito y otro resultado económico-político. Hoy, Macri y los suyos pretenden volver a la Argentina de los años 40 (industria manufacturera pequeña, esperar la próxima cosecha, sometimiento al hambre, a la ignorancia y al estado de quasi esclavitud de los trabajadores). Sí, este es el proyecto retrogrado de Cambiemos, gobierno de unos pocos ricos y el resto que reviente. 

Los tiempos cambian y no hay repeticiones, la evolución de la humanidad sigue a pesar de algunos intentos de retroceso. Un sistema basado solo en el agro, ya está demostrado que no sirve. Macri solo tiene conocimientos de dólares fáciles, algo de idioma y futbolero. Todavía no se dio cuenta que está al frente de un país, que tiene responsabilidades infinitas en el manejo del Estado, de su soberanía, de buscar el bienestar de su pueblo. Nada de eso le importa. Todavía está muy fresco el recuerdo del traidor Carlos Menem y sus efectos. Aunque uno se sorprende en la no reacción de los estratos más bajos de la sociedad, el run run existe. No se han olvidado de quienes los traicionaron, sindicalistas, políticos y empresarios. Aunque también existen quienes lo defienden a rajatabla perteneciendo a las clases sociales más bajas. Son contradicciones que siempre han existido. En el mundo capitalista, occidental y cristiano se puede vivir sin creer, pero sin crédito no. La presuntuosa operación de los cuadernos fue eso, nada más; y le salió la torta un pan, ya que afectó a gran parte de quienes apoyaron la candidatura de Mau. Con groseros procedimientos y evidente favoritismo salvó a su primito Ángelo Calcaterra. ¿Y al resto? ¿Cuánto perjuicio les causó? Son muchos los conflictos. El crédito se acaba, ya nadie firma un cheque en blanco. ¿Y después? El abismo, la cesación de pagos (llamado default) ¿Y los aportantes que no fueron? ¡Agarrate Catalina! ¡Galoparemos en pelo! ¡Lo lindo de esto es lo feo que se está poniendo!

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