jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº3687

Política | 8 dic 2019

Este domingo

Ante Macri y Fernández, la Iglesia llamó a la “unidad” y pidió priorizar a los pobres

El presidente saliente y su sucesor compartieron una misa en Luján presidida por el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, de la que también participaron dirigentes sociales y sindicales, a 48 horas del cambio de gobierno.


LUJÁN-BUENOS AIRES (ANDigital) El presidente saliente y el electo, Mauricio Macri y Alberto Fernández, participaron este domingo de la homilía ofrecida por el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, y la misa conducida por el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, que se realizó frente a la Basílica de Luján.

El futuro mandatario estuvo acompañado por su pareja, Fabiola Yáñez. De la ceremonia participaron también varios dirigentes que acompañarán a Fernández en el Gobierno: Santiago Cafiero, Felipe Solá, Marcela Losardo, Daniel Arroyo, Gustavo Béliz, Juan Cabandié, Gabriel Katopodis y Nicolás Trotta, entre otros. Además, participó el excandidato presidencial Roberto Lavagna.

Macri y Fernández llegaron minutos antes de las 11, casi en forma simultánea, se saludaron y caminaron juntos el sendero vallado que los condujo a sus lugares, ubicados en la primera fila central, frente al altar montado de espaldas a la basílica; fue un momento de alta expectación, con todas las miradas pendientes de los movimientos de ambos, que sentados uno al lado del otro, intercambiaban comentarios y sonrisas.

Durante la misa, que duró una hora y veinte minutos, se pidió por la “unidad” y la “paz”; pedido al que se unieron en oración los representantes de los diferentes credos que conviven en Argentina.

Ojea abogó por la construcción de una “cultura de la equidad”, una reconexión “con la realidad” y “un trabajo cuerpo a cuerpo con los hermanos, en especial con los más pobres, tal como pide el papa Francisco”, como cierre de la misa, y pidió también “dejarnos evangelizar por los pobres, que con sus dolores conocen al Cristo sufriente", para que sean “prioridad de veras”.

De acuerdo a lo reseñado por la agencia oficial Télam, si bien durante toda la misa, ambos mandatarios intercambiaron gestos de amabilidad, hubo dos momentos históricos, cuando se saludaron con un beso y un abrazo, al momento del Saludo de la paz, al final de la misa, y luego de las oraciones pronunciadas por los titulares de las distintas religiones, cuando Ojea pidió un nuevo saludo.

El intercambio final entre ambos mandatarios se constituyó en símbolo del clima que reinó en este oficio religioso, que se extendió también a los colaboradores de ambos gobiernos, el que se va y el que llega.

Luego de la celebración, a la acudieron miles de fieles en peregrinación, ambos mandatarios se retiraron saludando a la gente que se agolpó a los costados de las vallas que marcaban el camino hacia la Basílica, en un día que acompañó, soleado y cálido.

“Fue una misa muy emotiva y muy linda, llegó la hora de estar juntos para siempre, el secreto es respetar, no pensar igual”, dijo Alberto Fernández a la prensa como broche de la convocatoria que hizo la Iglesia en pos de terminar con la grieta. (ANDigital)

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