jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº3687

Política | 15 may 2020

Opinión

Sobre Diógenes y Arístipo

Demoledor análisis sobre los cacerolazos en plena cuarentena por el COVID-19, el rol apátrida de los grupos concentrado de comunicación y el vaciamiento del Estado perpetrado por Juntos por el Cambio, con el Instituto Malbrán como caso paradigmático hoy.


“Si soy lo que tengo y lo que tengo lo pierdo, ¿Quién soy?”
Erich From, filósofo humanista (1900-1980).

El conocimiento es poder. El desarrollo tecnológico es primordial para el crecimiento independiente de un país. Es fundamental para los países centrales que los países emergentes no se desarrollen. Si estos intentan hacerlo, se generarán situaciones que impidan de cualquier forma ese objetivo. Las presiones inglesas sobre la élite criolla para permanecer bajo su órbita se aplicaron con todo éxito. Su consecuencia fue el modelo agroexportador. Cada vez que se intentó industrializar a la Patria, aparecieron inconvenientes promovidos por la oligarquía con olor a bosta junto a quienes vivían como intermediarios: importadores y exportadores. Los de afuera acostumbran a vendernos algo obsoleto ya para ellos. De allí la intención de Mauricio Macri y los suyos de eliminar toda acción estatal o local. El Estado es el gran inversor en cualquier parte del mundo para el desarrollo tecnológico. Recordemos a Fabricaciones Militares (acero y armamento), Astilleros y Fabricas Navales del Estado (buques y explosivos), entre otros casos argentinos. El estrangulamiento económico de Cambiemos al Instituto Malbrán fue de capital importancia como paso previo a eliminarlo o privatizarlo. Con el cambio de política, la producción del test para la detección del coronavirus por ese instituto ha demostrado una vez más la capacidad local para el desarrollo científico. 

El poder mediático. Parte del Grupo Clarín y La Nación de raigambre local, son socios de intereses de la Rubia Albion (Reino Unido) que no han cesado de presionar al Gobierno nacional para hacerlo caer en sus garras. La campaña anticuarentena propalada por esos medios aliados a la TV ha llegado a límites obscenos. Algunos solitarios cacerolos se manifestaron, ¿y el resto? La propuesta era salir en masa respetando la distancia y el uso de tapabocas fue un fiasco de proporciones. El miedo no es sonso. Hablar de forma despectiva de un peligro real, palmariamente demostrado, no solo es de tontos, sino muestra la perversidad en sumo grado. El pensamiento único no existe, aun mirando hacia el mismo lado, se ven las cosas diferentes. La cuarentena no provocó la destrucción de nuestra economía, aunque quieren convencer de que sí es eso. La memoria reciente nos dice que no, sino que fueron las medidas económicas de Mau y sus secuaces que la iban de ángeles.

De excavaciones patagónicas y de ollas que se destapan. No es novedad que las tan publicitadas excavaciones en el sur patagónico buscando centenares de metros cúbicos de dólares, fracasaron. Gastaron muchos recursos del erario público sin encontrar un cobre. En contrapartida, sí se están destapando muchas ollas que huelen muy feo y en donde hay muchas huellas digitales de famosos personajes que, aunque no son de linaje o de poderío económico, resultan ser cabezas de turco que van al muere arrastrando también a sus Padrinos (aunque me cuesta creer que irán a la sombra). La causa del “Curreo Argentino”, la grosera manipulación del Poder Judicial, La anterior Jefatura de la Oficina Anticorrupción, no tuvo la menor idea de la función, sus cortos alcances y limitaciones en el desempeño, la han puesto como encubridora o partícipe necesaria en múltiples fechorías.

El Síndrome de Arístipo. ¿Cómo es posible que alguien que no pertenece a la clase más poderosa la defienda a capa y espada? ¿Esperará que le tire un huesito para chupar? ¿Serán kamikazes? La conducta de muchos periodistas y de personas que no pertenecen a la clase dominante causa asombro. Si les pagan es por el servicio de defenderlas, cuando ya no los necesitan los descartarán. Se prostituyen lisa y llanamente hablando. La función del periodista, piense como piense, es informar los hechos de una manera fidedigna. Cuando quieren vivir “bien” se venden o piensan que defendiendo a poderosos se llega a ser poderoso o de la clase social que defiende, pero si es por vivir… Todo esto recuerda a Diógenes, quien lavaba sus verduras en la fuente, al verlo, Arístipo le dijo: “Si estuvieras junto a un poderoso, no necesitarías lavar tus verduras”. Y Diógenes contestó: “Si tú lavaras las tuyas, no necesitarías estar junto a un tirano”. ¿Qué piensa Ud. ciudadano?

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