“Clase 63”: Malvinas y el indeleble duelo de los padres

CIUDAD DE BUENOS AIRES (ANDigital) Ítaca Complejo Teatral recibe cada lunes a Clase 63, una estremecedora pieza sobre Malvinas, desde un flanco poco abordado: el de los padres de los caídos.

Esta historia nació de la excelsa pluma de Patricia Suárez para un proyecto del Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Fe y la Universidad Nacional de Rosario, con la producción de Unicanal; “40 abriles”, una serie de ficción de seis capítulos en homenaje a los 40 años de Malvinas. Luiego, la obra fue llevada al teatro y ganó el premio del Concurso del Instituto Nacional de Teatro “Malvinas: Memoria y Soberanía”.

El matrimonio de Eugenia (Roxana Randón) y Pierino (Guillermo Flores) sigue esperando el regreso del hijo. Mientras tanto, recrea una y otra vez, una y otra vez, el momento de la despedida. Ese momento que ninguno de los argentinos podemos olvidar…

“Desde el primer día traté de intentar transmitir esta circunstancia por la que estaban atravesados el padre y la madre de Pablito, el hijo que perdieron en Malvinas. Repiten año tras año el ritual de la cena que tuvieron la noche de despedida, el día anterior a que fuera enviado a las islas a combatir”, contextualiza Claudio Aprile, director de la obra.

Y recalca ante ANDigital: “Parecería que ellos quedaron en el tiempo, pero en realidad no es así, la vida continúa, si es que puede continuar en estas circunstancias”.

Por su parte, Suárez acota: “Desde el primer momento que lo escribí supe que era teatro, que había una sustancia de palabras y acciones para el escenario. Claudio se enamoró de la historia, que a él también le toca de cerca, porque es Clase 60 y la llevamos a escena con esas dos perlas, esas dos palomas del teatro que son Roxana Randón y Guillermo Flores”.

En esta dirección, el director retoma: “Nos preguntábamos durante el trabajo si sería el mismo sentimiento en los primeros años de la pérdida a una década o dos después. Lo que más nos inquietaba era cómo poder transmitirlo. Hoy por hoy en el teatro disponemos de técnicas de iluminación y de sonido que nos permiten plasmarlo y embellecer una puesta escénica; pero el gran desafío era cómo trabajar con los actores, cómo se vivía esta circunstancia año tras año”.

“Lo que íbamos descubriendo con el proceso de ensayo es que indudablemente esta herida no sabemos si cicatriza alguna vez, el sentimiento sigue siendo el mismo. El sentimiento en todo sentido y desde ya que hay reproches y distintas posiciones muy entendibles y complejas”, profundiza Aprile en torno a las vicisitudes de la convivencia tras la pérdida, al tiempo que pondera la labor de “dos actores maravillosos que han podido transmitir ese sentimiento a la perfección”.

A la hora de hablar de esta tan movilizadora temática, la dramaturga más representada en el país reflexiona: “Creo que la base de todo este trabajo respecto de la guerra de Malvinas y lo que dejó tiene que ver con mi propia tristeza sobre el tema. Era una adolescente de 13 años cuando pasó, y mi abuelo falleció (por un accidente) el día anterior a que se declarara la guerra”.

“Él estaba fervientemente en contra de la guerra y seguro de que la Argentina tendría la inteligencia de no alentar ni ir a la guerra. Al día siguiente de su muerte, se desató el conflicto bélico”, añade y confiesa: “Escribí cartas a los soldados, tejí y destejí medias que nunca llegaron y lloré en medio de la euforia de los que vivaban a la Argentina como en un clásico de fútbol del domingo”.

En igual tenor, el directo subraya que “Malvinas es un tema que en la sociedad no se habla tanto. Se habla cuando llega el aniversario, cuando transitamos abril, mayo, pero parecería que no está en la cabeza de la sociedad en el día a día. Y mucho menos en cómo ha continuado la vida de un padre o de una madre”.

Y Suárez sentencia: “Para mí, como autora, la guerra de Malvinas es una guerra ganada. Porque partieron de tal modo la vida de los argentinos que está presente en nosotros como cicatriz, y ya saben, aquello que decía Pedro Calderón de la Barca, qué pena que cuando la herida ya no duele, duele la cicatriz”.

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Clase 63

Lunes 14, 21 y 28 de noviembre; 5 y 12 de diciembre

A las 20.30 en Ítaca Complejo Teatral, calle Humahuaca 4027

Entradas a $ 1.600 en boletería y vía Alternativa Teatral.-