jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº3659

Espectáculos | 14 sep 2021

Teatro

Imperdible vermú dominical: “Mi hijo sólo camina un poco más lento”

La obra de Ivor Martinić, un clásico del off porteño, se presentará en el Picadero por ocho semanas, en el inusual horario de las 11.30. ¿Cómo se tolera “la diferencia” en la trama familiar?


CIUDAD DE BUENOS AIRES (ANDigital) Desde el 19 de septiembre, Mi hijo sólo camina un poco más lento llega por ocho únicas funciones al Teatro Picadero. La obra de Ivor Martinić dirigida por Guillermo Cacace se presentará los domingos a las 11.30 horas.

Es el día del cumpleaños de Branko, un joven de 25 años que sufre una enfermedad progresiva. Esta enfermedad lo tiene en silla de ruedas. El público asiste al movimiento que tendrá lugar alrededor de este hecho.

Veremos cómo funciona el sistema de relaciones que es toda familia. Sistema que así como por momentos atrapa, por momentos también habilita la descaptura de las incapacidades de cada uno de sus miembros.

El cumpleaños de Branko, es la excusa argumental para espiar los entrañables lazos de una familia. La obra trata el tema de “la diferencia”. ¿Cómo se tolera “la diferencia” en la trama familiar?

La familia como matriz base donde modulan encuentros y desencuentros. Modulaciones que reproduce la vida en comunidad. En dichos vaivenes la obra nos permite leer relaciones de alienación en lo vincular al mismo tiempo que confía en que todo sistema propone fisuras por donde es posible respirar.

El elenco está integrado por Juan Tupac Soler, Paula Fernández Mbarak, Antonio Bax, Romina Padoan, Pochi Ducasse, Luis Blanco, Clarisa Korovsky, Aldo Alessandrini, Pilar Boyle, Gonzalo San Millán y Juan Andrés Romanazzi.

“El público es invitado a ser testigo de un acontecimiento que está sucediendo frente a ellos. Este valor central puesto en crear toda la verdad de la pieza a través de la construcción del presente de las acciones desde el compromiso sensible de actrices y actores nos permite pronunciarnos a favor de una máxima austeridad de recursos”, resalta Cacace.

Y pondera que “la puesta despoja al espectáculo de los atributos tradicionales del teatro: escenografía, vestuario e iluminación”.

“Desnudar el teatro de todo tipo de artificios nos habilita– en esta oportunidad- a dimensionar que lo imprescindible para que se configure un hecho teatral podría ser animarse a un acto de sinceridad que encontraría su sentido en la posibilidad de poder ser compartido”, añade el director y sentencia: “Para esto bastará un grupo de cuerpos actuando, unas tensiones en las que comprometerse y un público al que convidar esa realidad paralela a la que solemos llamar ficción”.

***

Mi hijo solo camina un poco más lento

Domingo a las 11.30

Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857

Entradas en boletería y por sistema Plateanet.-

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