jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº3659

Interés general | 27 ene 2022

¿Qué hacer con César Aira? ¿Cómo hacer con César Aira?

Persiste en su obra, tan inasible como cierta, la potencia poco común de la irrupción de algo nuevo. En febrero, Emecé reedita dos de sus grandes títulos: “La liebre” y “La villa”.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (ANDigital) Emecé presenta para febrero dos esperadas reediciones de la obra de César Aira: La liebre (publicada en 1991) y La villa (2001).

“Haber hallado en el interior de un libro una telenovela gauchesca fue un golpe del que todavía no se repone la literatura argentina”, introduce Juan José Becerra sobra la primera de las obras.

Y resalta: “César Aira ya venía reinventando la pólvora, y en una doble tabla rasa –ambas muy utilizadas–, la del pasado y la del desierto, plantó las banderas de un mundo enloquecido y funcional en el que el delirio vale tanto o más que las estructuras lógicas que siempre desearon confinarlo”.

“En la primera página de La liebre (publicada en 1991, fechada en 1987) Juan Manuel de Rosas hace abdominales. La escena, que parece salida de la vida moderna, en la que el fitness es un hábito ordinario, comienza a filtrar retrospectivamente las paredes de la historia. Y es en la unión de esas dos eras mitológicas –la de la actualidad y la del recuerdo histórico–, forzadas por cierta profilaxis puritana a mantenerse divididas, donde se destila la materia aireana que este libro no estrena pero ayuda a desplegar hacia sus niveles más altos”, completa el escritor y guionista.

Por su parte, Martín Kohan sostiene que “hay una versión simplificada de lo aireano. A veces se la esgrime para cuestionar a Aira y a veces para emularlo hasta el epigonismo incondicional. Pero para el caso da lo mismo lo uno o lo otro: un estereotipo arrincona por igual su literatura y acaba por reducirla a fórmula”.

“Basta sin embargo con leer alguna novela de Aira para poder ponerlo a salvo de lo aireano. Persiste en su obra, tan inasible como cierta, la potencia poco común de la irrupción de algo nuevo”, añade al prologar La villa.

“Y aunque tal vez se hayan encontrado soluciones de lectura para la perplejidad inicial (qué hacer con César Aira, cómo hacer con César Aira), un efecto de desconcierto no parece mitigarse ante la forma inusual de sus textos ni ante la suma incontable de esos textos como obra”, sentencia el escritor. (ANDigital)

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