Una excursión al baño de Carlitos

CAPITAL FEDERAL (ANDigital) La profesora Florencia Servera se propuso contar todos los secretos de la limpieza y escrutar los trucos recomendados en revistas o sitios de internet, a fin de mostrar su lado científico o desmentir su utilidad.

Lo hizo con el libro Un científico en el lavadero, el cual obtuvo el primer premio del Tercer Concurso Ciencia que ladra de Siglo XXI Editores y se convirtió en un nuevo eslabón de la didáctica factoría de Diego Golombek, en base a consejos para sacar esas complicadas manchas de mate, sangre, salsa y (atención picarones) lápiz labial.

“En él veo reflejadas partes de mí, tanto en el estilo de la escritura y las explicaciones como en los ejemplos y analogías. Muchas de las que allí aparecen son las que utilizo cuando doy clases en la escuela”, resaltó.

En una epistolar y lisoformeada charla con ANDigital, la joven pergaminense habla de los principios de la limpieza, desde la ciencia y desde el mito urbano, reflejados en su libro, el cual, para endurecerse pero sin perder la ternura jamás, se da el lujo de arrancar con “Oda al jabón”, un poema de Pablo Neruda.

-Directamente desde la mitología de todos los hogares, llegan severas advertencias ante la posibilidad de mezclar lavandina y detergente ¿Cuál es la explicación por la que esta alquimia no es amigable? ¿O es verso? Como la supuesta mezcla letal de la sandía con vino...

¡No tiene nada de verso! Muchos piensan que mezclando esos productos de limpieza se obtienen mejores resultados. Lo cierto es que quienes lo hacen pueden terminar ganando entrada directa al hospital o al veterinario si hay mascotas cerca del lugar en el que los aplican.

La lavandina es una disolución de hipoclorito de sodio en agua. Cuando reacciona con el detergente se produce una reacción química en la cual se generan varios productos, y uno de ellos es el cloro. Éste, es un gas de color verde y altamente corrosivo que por inhalación puede generar irritación de las vías respiratorias, ardor en los ojos, mareos e incluso un edema pulmonar.

El cloro gaseoso se obtiene también al mezclar la lavandina con un ácido. En la limpieza, hay quienes utilizan el vinagre blanco para limpiar ciertas superficies. Como contiene ácido acético, si aplicaran ambos productos al mismo tiempo, también estarían poniendo en riesgo su salud.

-Hasta el hartazgo vemos que las publicidades de productos para lavar la ropa reflejan madres sonrientes y proclives al abrazo cuando llega su pibe todo embarrado de jugar. La realidad indica que una madre de verdad –mínimo- pone cara de pocos amigos, pero más allá de los almibarados publicistas a las manchas de pasto y a la remera enlodada hay que atacarlas ¿Qué le recomendás a la verdadera mamás argentinas?

Las mamis deben tener en cuenta que en las revistas y en internet hay gran variedad de trucos para quitar este tipo de manchas y muchos de ellos pueden empeorar la situación en lugar de mejorarla. Por eso, antes de utilizarlos, hay que estar alerta e investigar un poco para ver en qué se fundamenta su aparente utilidad. De todas maneras, no hay motivos para desanimarse porque existen trucos útiles. Aunque esas suciedades son difíciles de sacar, ellos son su solución y cuanto antes se apliquen, mejor.

Para quitar las manchas de pasto sugiero que dejen por un buen rato la zona manchada en remojo con alcohol etílico (el que tenemos en el botiquín), ya que la clorofila, que es el pigmento que le da color verde, es soluble en este líquido. Luego deben enjuagar la prenda y lavarla con el detergente que utilizan habitualmente. En el caso de que no salgan, pueden repetir la acción anterior frotando suavemente la prenda con un cepillito.

Las manchas de barro son más difíciles de sacar. Para hacerlo, recomiendo aplicar sobre la mancha un detergente para la ropa que contenga enzimas. El detergente servirá para quitar la grasitud de la misma y las enzimas para acelerar la degradación de los restos de origen vegetal que lo componen.

-Cortita y al pie. Alcohol en gel: ¿Practicidad y efectividad o puro chamuyo?

Depende. El alcohol en gel es útil siempre y cuando la finalidad de su uso sea matar las bacterias u otros microorganismos que pueden estar en nuestras manos y de esa manera reducir las posibilidades de contagiarnos alguna enfermedad. Su efectividad radica en que puede penetrar en las células bacterianas y modificar la estructura de sus proteínas, haciendo que no puedan cumplir con sus funciones vitales.

El problema es que algunos utilizan este producto como si fuera un jabón y sirviera para sacar otras suciedades de las mismas. En ese caso, es completamente inútil.

-Todos alguna vez sufrimos el flagelo de las servilletas “de estación”. Ese papel que en vez de quitarnos la grasitud, no las esparce más aún, sumando a las ya manchadas manos, el rostro ¿Qué sería lo más efectivo para atacar esa viscosidad?

Hay servilletas y servilletas. En los locales de comida y también en las heladerías suele haber de esas que comentabas, que esparcen la suciedad en vez de quitarla. Eso sucede porque durante su elaboración se agregan ciertas sustancias a la pasta de celulosa que hacen que sean menos absorbentes y no puedan establecerse tantas interacciones entre sus moléculas y las que componen las grasas y los aceites. Además, contienen una sola capa de celulosa, lo cual contribuye a que absorban menos.

En cambio, las que tenemos en casa en los rollos de cocina tienen dos o tres capas de celulosa, tienen un mayor porcentaje de pulpa de papel y son más porosas, por lo cual absorben mejor esas suciedades.

Por lo tanto, para atacar la grasitud que queda en las manos no hay trucos mágicos que nos ayuden a salir del apuro en esos locales. Simplemente, lo que podemos hacer es guardar en la cartera o el bolsillo unas servilletas de papel de los rollos de cocina antes de salir de casa y sacarlas cuando sea necesario.

¿Cuál es la explicación por la que ese poco de Coca Cola que nos sobró tras preparar la ronda de Fernet es bueno para eliminar el óxido de las tijeras o cuchillos?

Para analizar el motivo por el cual ese truco es útil, primero debemos tener en cuenta que aquella capa anaranjada que se forma sobre las tijeras y llamamos en general “óxido” es un óxido de hierro (lo aclaro porque existe una enorme cantidad de óxidos; incluso del de hierro hay varios tipos).

Cuando la tijera u otro objeto oxidado se sumergen en ese vaso de gaseosa cola que nadie quiere tomar, se produce una reacción química entre el óxido de hierro de su superficie y el ácido fosfórico que contiene dicha bebida. Como resultado, se forma una sal soluble en agua llamada fosfato férrico que queda disuelta y la tijera queda limpita. Lo mismo sucede si se utilizan otros ácidos que tenemos en casa como el vinagre o el jugo de limón.

Y para el final, el que perdió a las cartas en la sobremesa y tiene que lavar esos platos resbaladizos de grasa del asado… ¿Por qué debe valerse más que nada del agua caliente para cumplir con efectividad esa ingrata tarea?

Es sencillo. El agua caliente contribuye a que la grasa adherida al plato se funda y sea más fácil de arrastrar cuando se pasa la esponja (como todas las amas y amos de casa pueden comprobar y nadie se atrevería a contradecir). Pero esa no es la única razón por la cual es conveniente utilizarla: cuando el agua está a alta temperatura moja más.

Para explicar por qué eso ocurre debemos tener en cuenta que el agua moja debido a que se generan fuerzas de atracción entre sus moléculas y las que componen la superficie sobre la que cae. A estas se la llama fuerzas de adhesión. A su vez, entre cada molécula de agua también se genera una fuerza de atracción o cohesión, que es mayor en la superficie y hace que la veamos en forma de gotitas redondeadas sobre los platos.

Dicha atracción entre ellas puede dificultar el lavado de los platos porque hace que el agua no pueda penetrar en espacios pequeños (es como si muchas personas amontonadas quisieran atravesar una puerta). El problema se soluciona cuando lavamos con agua caliente, ya que las moléculas se mueven más rápido, se separan y de esa forma pueden llegar a ellos (continuando con en el ejemplo anterior, es más fácil que la atraviesen y lleguen al otro lado cuando están un poquito más alejadas).

Si el desafortunado que debe lavar los platos cuenta con un detergente, su tarea se facilitará aún más porque actúa como “mediador” entre las moléculas de grasa y las de agua haciendo que se unan a él y que sea posible arrastrar el paquete completo cuando se pasa la esponja.

Educación en la era de los nativos digitales

Además de su rol de escritora, Florencia es desde hace años profesora y también nos deja su impresión de la docencia en la era del bombardeo tecnológico y el permanente estímulo a los niños, desde todos los flancos…

Enseñar ciencias en la actualidad es un desafío. A pesar de que mi diferencia de edad no es tanta con respecto a la de los alumnos (tengo 24 años), cuando asistí a ella no estábamos tan conectados en el entorno virtual como lo están los chicos en la actualidad. Por lo tanto, dar clases a los adolescentes requiere de una adaptación a esta nueva realidad. Usar la tiza y el pizarrón no alcanza para incentivarlos. Si no se incluyen las tecnologías de las que están rodeados en el ámbito extraescolar y utilizan cotidianamente, cada vez se incrementa más la brecha entre lo que hacen dentro y fuera de la escuela.

Además, el mercado laboral actual requiere de sujetos que posean habilidades en su uso y manipulación. Si la escuela es la encargada de prepararlos para que puedan incorporarse a ese mundo, es su deber brindarles herramientas y conocimientos para que puedan hacerlo.

Muchas veces los adultos pensamos que como los adolescentes pasan muchas horas al día frente a una computadora o usando el teléfono celular, saben utilizarlo con efectividad para cualquier cosa. Pero realmente no es así cuando se trata de ciertos programas como los procesadores de texto, las planillas de cálculo, los simuladores y, aunque suene raro, la búsqueda y selección de información. Los chicos son bombardeados día a día con cantidades inmensas de información que no siempre es correcta. Los medios les transmiten mensajes contrapuestos, los incentivan al consumo de ciertos productos e intentan convencerlos para que adquieran una postura ante una determinada problemática que afecta a la sociedad.

Desde la enseñanza de las ciencias esto debe transformarse en una oportunidad para promover desde diferentes propuestas didácticas el desarrollo de competencias y la adquisición de ciertos conocimientos que les permitan tomar decisiones responsables y participar activamente en la resolución de las problemáticas que los afectan tanto a ellos en su vida cotidiana como a la sociedad en general.

Y con esta perspectiva, la inclusión de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en las actividades que se proponen y el hecho de brindarles herramientas para que aprendan a utilizarlas correctamente y que sean críticos a la hora de buscar, seleccionar y utilizar la información que reciben, es fundamental.

Si desde la enseñanza de las ciencias se parte de situaciones problemáticas que les resulten significativas y a su vez se incluyen las TIC, es más probable que tengan una mirada más positiva de las ciencias, se interesen en las clases y no la recuerden al finalizar la escuela como aquel conjunto de asignaturas difíciles, aburridas y cargadas de fórmulas incomprensibles.

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