martes 19 de marzo de 2024 - Edición Nº3650

Interés general | 21 ene 2019

Entrevista

¡Poné Crónica!

El canal de noticias celebra 25 años al aire. Un pulso popular único, el valor agregado de las placas y las imágenes “ya”. El periodista Marcelo Figueroa se metió en ese detrás de las primicias y cuenta la historia de la señal que permanece firme junto al pueblo. De Carozo y Narizota, pasando por Riverito, al Comando Sabino Navarro.


CAPITAL FEDERAL (ANDigital) Mientras coordinaba el programa “Mi nombre es ninguno”, en la extinta FM Spika, Marcelo Figueroa no podía prescindir de tener sintonizado Crónica TV en la oficina de producción.

Desde ese lejano 2005/2006 a la actualidad, fue metiéndose en la cocina del canal de noticias que permanece firme junto al pueblo, pese a los drásticos cambios de paradigmas en la comunicación y las tecnologías asociadas.

“Con un compañero siempre decíamos que había que hacer algo con ese canal y principalmente con las placas rojas. Desde entonces comencé a hablar con productores y cronistas, en principio como para una nota para la radio. Pero una vez que me topé con la figura de Héctor Ricardo García, me convencí de que había una historia para contar. Todo lo que conocimos de la TV, ya lo había hecho en sus otros medios, inclusive las placas, que son un formato de gráfica pues son títulos y García es un gran titulero”, introduce el productor periodístico en diálogo con ANDigital.

“Antecedió al Twitter. Con muy pocos caracteres tenés que contar algo que está pasando, valiéndose de un lenguaje directo, muy preciso, lo cual supone para los redactores un ejercicio de ingenio y síntesis”, prosiguió.

Ya cerrando su libro Fue primicia. Historia de Crónica TV, publicado por Ediciones Continente, no podía dar con el redactor de una de las placas más recordadas, aquella de “Accidente fatal en Flores: Mueren dos personas y un boliviano”. Sobre la chicharra, logró hablar con la autora y echar algo de luz sobre ese polémico título, como también explicar el funcionamiento de la máquina de hacer placas, un vetusto software que terminó siendo el sello distintivo de la señal noticiosa.

También pondera la figura de García, una especie en extinción en lo que debería ser regla: el dueño de un medio que sea periodista. “Es un apasionado, ahora está todas las tardes en la histórica sede de Crónica, en Riobamba 280, para su nuevo canal. Los ‘fierros’ ya los tiene, falta el financiamiento. Desde lo profesional y ético pueden hacérsele cuestionamientos, pero es un periodista de raza, su obsesión es la primicia y siempre tuvo un carácter muy popular. El lema de ‘firme junto al pueblo’ es muy literal en su caso”, subraya Figueroa.

En las páginas del libro, el autor rememora los grandes hitos de Crónica TV: la irrupción con la impactante cobertura del atentado a la AMIA, el crimen del soldado Omar Carrasco, las marchas de los jubilados, el suicidio de Alfredo Yabrán y la muerte de Carlos Menem Junior.

También ese permanente sentimiento malvinense, la búsqueda de los hombres-gato, los ídolos populares, los santos paganos, el garguero único de Ariel Delgado y –claro- el memorable “Las tragedias de los famosos”, con la locución de Graciela Guiñazú y su relato con música atrapante, en clave thriller.

“Gordo, decile que le pasamos la marcha a ver si la conoce”

El dueño de esta frase es el propio García, quien desde control central se comunicaba con el periodista en el piso, Claudio Orellano, en la recordada toma de rehenes protagonizada por Toqui.

Ese atardecer, Crónica TV –como varias otras veces- ofició de mediador en situaciones de este tipo. Fue así que como prueba de veracidad apareció en escena Riverito (Luis Roberto González Rivero, histórico presentador de las loterías) y hasta se escuchó la tradicional marcha que acompaña la lectura de placas, “Estrellas y barras para siempre” de John Philip Sousa. Todo, a pedir de Toqui.

Justamente Orellano es el más reconocido de los presentadores, pese a inclusive haber llegado a ser la voz del estadio en la Bombonera. Él mismo lo admite, pasaron 18 años desde que se fue y le siguen preguntando por Crónica.

“Lo vieron, lo escucharon con esa impronta que tiene su voz, no era lo mismo las placas que él locutaba”, acota el autor de Fue primicia.

Por su parte, la histórica presentadora Rosanna González (estuvo en la transmisión inaugural junto a Gustavo Chapur y celebró los 25 años del canal), evoca ante ANDigital: “nos llamaban incluso antes que a la ambulancia, los bomberos o la policía. ‘Quería avisarles primero a ustedes’”.

“El atentado a la AMIA y la tragedia de Cromañón fueron dos episodios que nos marcaron, uno por la proximidad, llegamos primero y se confirmó el ataque terrorista cuando se creía que era un escape de gas, en el estudio estábamos shockeados como los televidentes; y en el restante, más de cerca aún, porque murió un compañero nuestro, Luis Santana, en tanto que Carla Ricciotti (hasta hace poco en Crónica TV), fue sobreviviente del incendio” en el boliche de Once, el 30 de diciembre de 2004.

Se teme lo peor

“Mi vieja, muy timbera, veía la quiniela y los sorteos en vivo no se levantaban nunca. Tengo patente el accidente de Menem Junior y la placa de ‘Asaltan y golpean a una anciana y le comen la pastrafola’. En el medio de un dramón, sacan ese detalle destacado. Representa bien el estilo, permite explicar a qué apuntaban originalmente”, reseña el entrevistado.

Definitivamente la triple fuga de General Alvear reposicionó al “nuevo” canal (devenido en Crónica HD), varios años después de la salida de García. Con la cuestión presupuestaria como condicionante y ya sin tantos móviles, el recurso que hace fuerte al canal es el de la placa roja, más irónica que nunca. “Cambió mucho, queda un grupo de históricos y un grupo nuevo que intenta mantener la mística, con menos recursos”, analiza Figueroa.

“La gran revolución del canal fue el hecho de transmitir las 24 horas en vivo. Si pasaba algo a las 3 de la mañana, había un presentador en ese momento, eso muy radial, Crónica hizo su sello y fue una gran ventaja. La gente sabía que si pasaba algo, se sintonizaba Crónica y se enteraba”, completa.

Y González sentencia: “el vivo permanente era un valor agregado, nos permitía transmitir con espontaneidad y la misma sorpresa que vive el televidente. Nunca fuimos guionados, las cucarachas las usamos desde hace muy poco. A nosotros nos pasaba lo mismo ante algo impactante que al televidente”.

También subraya que “atravesamos una modernización abrupta, cambiaron las escenografías tradicionales que seguían siendo eficientes, pero las demandas ya empezaban a ser otras. Cambió muchísimo, al igual que la presentación de los programas, el modo en el que nos dirigimos al televidente, antes éramos neutrales que presentábamos noticias, hoy hasta nos desplazamos en cámara, acompañado con un lenguaje y una forma de comunicarse distintas”.

“Por historia, por la gente que está ingresando, por el nombre y por lo que significa en el mundo, ojalá que Crónica TV siga mucho tiempo. En algún momento Ted Turner dijo que Crónica TV era la CNN de Sudamérica, un orgullo para nosotros. El canal implementó una impronta que luego copiaron muchos medios y eso es un valor instaurado en el periodismo argentino”, cierra Rosanna.

Con móviles en vivo ante un hecho de inseguridad en el Conurbano profundo, con la imprescindible presencia de perros ladrando y una voz en segundo plano que arengue: “esto es tierra de nadie”; con el conteo para la primavera o la recorrida estival en la costanera. El turf , la conferencia de los Redondos y las “imágenes sin procesar”. Lo bizarro y los hallazgos. Una marca inexpugnable en el periodismo nacional: “Poné Crónica”. (ANDigital)

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