sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº3682

Interés general | 4 ago 2021

¡Dánoslo hoy!

El pan nuestro de cada día

Para los argentinos, es un producto esencial e insustituible. Pese a las sucesivas crisis, ocho de cada diez consumidores prevén mantener su nivel de consumo en el futuro. Frescura y sabor, entre los atributos más valorados.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (ANDigital) En Argentina, el pan tiene una presencia marcada en la vida cotidiana y este Día del Panadero, 4 de agosto, es una oportunidad para recordarlo.

El 77 % de los argentinos lo consume de forma diaria o al menos una vez por semana, y ocho de cada diez consumidores prevén mantener su nivel de consumo de pan en el futuro.

Así se desprende del Taste Tomorrow, la encuesta de consumidores de panadería, pastelería y chocolate más grande del mundo, realizada por Puratos en 40 países basado en entrevistas para recopilar datos de más de 17 mil consumidores y 80 influencers gastronómicos de las principales capitales del mundo.

En Argentina, los consumidores resaltaron la frescura como el atributo más importante del pan (71 %), seguida por el precio (61 %) y el sabor (57 %).

Las mujeres ganan espacios

Las panaderías locales atraviesan una nueva ola de la mano de una generación joven y a la vez una mirada que busca en el pasado la innovación para el futuro. La actualización del oficio implica el rescate de técnicas ancestrales, nuevos ingredientes, detalles de autor y una mayor especialidad que lleva a la diferenciación.

También, después de mucho tiempo, empiezan a abrirse nuevos espacios para que las mujeres lideren el trabajo en la cuadra, el espacio de la panadería en el que se elaboran y cocinan el pan, la pastelería: el detrás de escena en el que las cosas suceden.

La falta de oportunidades para las mujeres ya aparecía, en general, en la gastronomía. Pero en la sala de elaboración de las panaderías en particular, esto se veía aumentado por ciertos prejuicios y el carácter físico del trabajo, con amasijos que pueden tener 100 kilos o bolsas de harina de 50 kilos, aunque no constituían la única labor para realizar. Las tareas que quedaban para las trabajadoras eran, entonces, solo las vinculadas a la pastelería, los detalles, la atención al público. Pero esto está cambiando.

“Hoy, con una mayor inclusión en todos los ámbitos, y la reivindicación de la panadería, encontramos panaderías de especialidad en las que muchas integrantes son mujeres”, subraya Sofía Bruno, quien suele visitar locales de panaderías por su labor como asesora técnica de Puratos.

Y resalta: “Es algo ligado al momento actual del oficio, el regreso a la masa madre, el repensar las maneras de amasar. Todavía faltan más espacios en las panaderías de barrio, en donde ‘el maestro panadero’ está desde hace muchos años y es quien delega, pero esto empieza a cambiar”. (ANDigital)

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