viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº3681

Municipios | 8 may 2021

Lacerante realidad

En el Gran La Plata, 200 mil personas viven en asentamientos

Así se desprende del nuevo informe del Observatorio Socioeconómico de la UCALP. Sigue creciendo año a año la cantidad de nuevos barrios populares, a un ritmo mayor incluso que la del resto de los aglomerados del país.


LA PLATA-BUENOS AIRES (ANDigital) El Observatorio Socioeconómico de la Universidad Católica de La Plata (UCALP) publicó el último informe con datos de pobreza y estado de situación de asentamientos del Gran La Plata, dando cuenta de un sostenido crecimiento de la precariedad.

Se trata del tercer relevamiento que se viene realizando desde 2018 y concentra el estudio de las más de 20 variables relevadas en la totalidad de los barrios vulnerables de la región.

Este año el informe lleva el nombre de “Indicador de Integración y Desarrollo en tiempo de pandemia” y la presentación se realizó a través de una videoconferencia a cargo de la rectora de la UCALP, Rita Gajate, y la exposición del director del Observatorio, Rodrigo Martín.

Entre los puntos más salientes, se cuenta que siguen creciendo año a año la cantidad de nuevos barrios populares en el Gran La Plata, a un ritmo mayor incluso que la del resto de los aglomerados del país.

Del mismo modo, siguen expandiéndose los asentamientos preexistentes, encontrándose diferentes situaciones: asentamientos que crecen en terrenos colindantes, familias que en un mismo terreno subdividen para construir otro hogar y barrios que crecen en altura sobre el cinturón más urbanizado.

Este crecimiento da como resultado que en el Gran La Plata hay 260 asentamientos donde viven aproximadamente 50 mil familias (unas 200 mil personas).

Este crecimiento poblacional sumado a los efectos de la pandemia de incremento de vulnerabilidad ha hecho que la situación de integración y desarrollo de las familias que viven en estos barrios empeore.

En detalle, nueve de cada diez barrios necesitan mayor integración; en tanto que siete de estos lo necesitan de forma urgente no garantizan el derecho al hábitat y al desarrollo humano: por no contar con un acceso universal y equitativo a los servicios básicos.

El 70 % no tiene acceso seguro a la energía eléctrica. Las conexiones allí son precarias, inestables y muy peligrosas. La informalidad condiciona la convivencia de la familia, la posibilidad del trabajo, el estudio desde el hogar, etcétera.

Del mismo modo, el 60 % no tiene asegurado el suministro continuo de agua potable dentro del hogar. Sólo el 40 % de los hogares tienen tanque o “reservorio” de agua para consumo, el baño y para garantizar la higiene necesaria que impuso la pandemia.

Igual de alarmante es que nueve de cada diez no tienen cloacas, generando un hábitat no saludable tanto para la familia como toda la comunidad. (problemas con adultos mayores, niños, aguas negras en el barrio, etcétera).

En tanto, cuatro de cada diez barrios no tienen calles perimetrales pavimentadas, generando problemas de conexión urbana, transporte, problemas de basurales a cielo abierto, quemas, zoonosis, etcétera. Y el 60 % no tiene calles interiores pavimentadas, dificultando el acceso interno de ambulancia, bomberos, camión de basura, transportes, etcétera.

“Es fundamental que la Universidad se involucre en la realidad de nuestra región. No sólo desde la investigación sino también desde la extensión y el trabajo articulado con otros actores que realizan similares trabajos al nuestro. Creemos en ese rol como Casa de Estudio”,, contextualizó sobre el trabajo la rectora de la UCALP, Rita Gajate.

Por su parte, Rodrigo Martín sostuvo que “una vez más y ya por tercer año consecutivo tenemos un nuevo resultado para el Gran La Plata, con un agregado que alteró la mayoría de las variables: el año de pandemia. Por eso hicimos mucho hincapié en la conectividad, en la cercanía a los centros de salud y en indicadores vinculados a lo sanitario, como almacenamiento de agua con tanque o acceso a red cloacal”.

“La visibilización de los datos es apenas un eje del trabajo que venimos realizando. Lo más importante de este diagnóstico es poder aportar a la toma decisiones, logrando acciones concretas, más eficientes y efectivas, que permitan enfocarnos con urgencia en aquellos barrios más postergados”, añadió el magister.

Acto seguido, consignó que “es imposible analizar el Indicador 2020 sin tener en cuenta el contexto. Son décadas de falencias estructurales, que ahora se revelan mucho más por el COVID y que cobran otro valor”.

“La pandemia va a seguir mostrando y profundizando vulnerabilidades y debemos comprometernos para minimizar las heridas y el daño causado”, anexó, para luego dar cuenta que “hoy después de tres años de trabajo y de socializar la información logramos como comunidad tener mucha más información sobre cuántos, dónde y cómo están nuestros hermanos. Todos debemos ser conscientes y aportar colectivamente porque no es lo mismo el aislamiento en un barrio precario que en el centro de la ciudad, no es lo mismo tener baño que no tenerlo, tener un espacio para cada miembro de la familia para aislarse que no tenerlo, etcétera”.

“Sabemos que no es lo mismo y esto nos exige a todos involucrarnos porque la experiencia nos arroja que el Estado solo no puede. Entre todos debemos aportar para el efectivo mejoramiento de la calidad de vida y un auténtico progreso de un nosotros pueblo”, remató Martín. (ANDigital)

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