sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº3682

Policiales y Judiciales | 27 nov 2019

Tras el fallo en Mendoza

Aguer dijo que “afortunadamente” en el Próvolo de La Plata “no han ocurrido cosas”

El anterior arzobispo de la capital bonaerense buscó limpiarse de cargo y culpa sobre los abusos a chicos sordomudos, cuya condena en Mendoza consideró “justa”.


LA PLATA-BUENOS AIRES (ANDigital) El histórico fallo dado a conocer este lunes contra dos curas y un auxiliar de jardinería, en el marco de la causa penal iniciada en 2016 por reiterados abusos sexuales contra niños sordomudos que se perpetraban en el interior del Instituto “Antonio Próvolo” de Mendoza, tienen sus coletazos en La Plata, aunque el exarzobispo Monseñor Héctor Aguer se desentienda de todo.

Tras considerar “justo” el fallo contra los sacerdotes Horacio Corbacho (a 45 años de cárcel) y Nicola Corradi (a 42), y el ayudante de jardinería Armando Ramón Gómez Bravo (a 18), y caratular de “horror” lo que ocurrió en esa provincia cuyana, dijo conocer “bien” el Instituto Próvolo, puesto que “tiene una casa aquí”, aunque sostuvo que en La Plata “afortunadamente no han ocurrido cosas”.

Todo a pesar que de Corradi enfrenta una fuerte acusación en los mismos términos en la Justicia de La Plata, que tramitan en la Fiscalía de Cecilia Corfield, con el aval del juez de Garantías Eduardo Silva Pelosi: en el expediente, al que accedió ANDigital, no sólo hay detalles de los ataques sexuales sino que también se señalan hechos de tortura contra chicos sordomudos, sucesos que se dieron entre la década del 70 y hasta la del 90.

“Yo no era arzobispo cuando estuvo Corradi acá (por La Plata). Sí con Corbacho; durante un breve período, porque Corbacho se ordenó en Mendoza, luego vino acá y luego volvió a Mendoza. Cuando lo trasladaban a Mendoza vino a verme porque no quería ir, quería integrarse al clero de La Plata. De ninguna manera, le dije, vos sos religioso”, contó Aguer, que aseguró que le respondió a Corbacho “simplemente por olfato”.

Al respecto Aguer agregó que “yo he sido arzobispo hasta junio de 2018 y nunca ha habido en la sede arzobispal una denuncia. Y la fiscal (Corfield) jamás se ha comunicado con nosotros. Por otra parte (el Próvolo) es una institución que no depende del obispo del lugar, por lo cual es una cuestión que debe resolverse en Roma, en todo caso”.

Por último, y en relación a los religiosos condenados, Aguer manifestó que “ahora tendría que venir en mi opinión una sentencia eclesiástica”. (ANDigital)

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